XXIX

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Paulette entro en un pánico atroz, el corazón le latió de una manera agresiva y pensó que hasta allí sería todo, sus planes de serle infiel con Rubén iban en picada hacia abajo y seguramente todo esto acarrearía problemas con Mike, con sus padres y hasta con la prensa... A no ser de que inventara algo, ¿pero que? Tendría que ser muy buena mintiendo por que también cabía la posibilidad de que él ya lo supiera.

– ¿Vas a responderme o...? - insistió Mike.

– Eh... si, es que... - suspiro - Se averió una tubería y los plomeros no contestaron, así que llame a uno de oficio...

Se golpeó mentalmente pues era la excusa mas estúpida del planeta y lo único que espero fue el grito, el regaño de parte de su marido.

Mike frunció ligeramente el ceño y miro a su esposa con duda.

– ¿Qué tubería era? - pregunto.

– Ehh... La del baño de servicio de arriba, goteaba en la cocina y molestaba un poco. Fue solo una pequeña fisura y la reparo muy rápido.

– Eficaz el hombre ¿eh? - sonrió.

– Si, lo mismo dije.

Su esposo volvió a sonreír y la dejo sola para dirigirse a su oficina. Paulette soltó el aire contenido desde que su esposo la intervino con esa terrible pregunta. Cayo en cuenta que si quería estar con Rubén, tenia que ser mucho mas cuidadosa, o ambos tenían que ser mas cuidadosos. Pero admitía que aquella sensación de peligro le encantaba aunque sabia que le traería millones de problemas si los pillaban.

– ¿Qué le dijiste? - susurro Rubén por teléfono.

Muy tarde en la madrugada, Paulette había decidido salir de la cama a la cocina y llamar a Rubén para contarle lo sucedido y también advertirle que tal vez estaba siendo vigilada por sus vecinos o peor aún, por cámaras.

– Pues que eras un plomero de oficio... afortunadamente se lo creyó... - murmuro ella.

Rubén soltó una risita y Paulette sonrió al imaginarlo.

– No podemos estar en tu casa - dijo él - es mas que obvio que alguien te vigila.

– Y si me vigila ¿Como se supone que vaya a salir de aquí?

– Algo nos inventaremos. Podrías salir disfrazada - volvió a reír y Paulette se contagio.

– ¿Por que susurras? ¿estas con alguien? ¿te he llamado en un mal momento?

Del otro lado de la ciudad, en un lujoso motel, Rubén dirigió la mirada desde el pequeño balcón hacia dentro de la habitación que había alquilado para una chica rubia que yacía en la cama, muerta de cansancio por los múltiples orgasmos que el hombre le había provocado.

– No... - susurro de nuevo - es solo que, es... Bueno, estoy con alguien...

Paulette mordió un poco su labio inferior sintiendo que los celos se apoderaban de ella. Pero estaba mas que decidida en que volvería a conquistar a Rubén de una a otra forma y que no serian necesarios los celos luego, ya que Rubén estaría tan enamorado de ella que no tendría que mirar a nadie mas.

– De acuerdo - dijo Paulette - No voy a molestarte mas. Descansa.

Colgó antes de darle tiempo a Rubén de contestar. Él no quería que lo hiciera, muy en el fondo quería que fuese ella la chica que estuviera en su cama, en vez de la rubia que roncaba sonoramente boca abajo. Suspiro frustrado y se quedó mirando las estrellas a la espera del amanecer.

– ¡¿Amantes?! - se escandalizo Mangel.

– Shh... - Rubén se llevo el dedo índice a los labios - Se supone que nadie puede saberlo. No lo grites. Te lo cuento por que... no se, pensé que deberías ayudarme.

Just Sex [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora