XI

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Paulette no se apareció por la universidad en casi dos meses y al parecer todos en la universidad habían olvidado la gran asaña de Rubén, quien ahora, había vuelto a sus andanzas de antes, a seducir a las chicas y contar a sus amigotes sus acostones.

– ¿Qué habrá pasado con ella? - pregunto Rubén mientras se sentaban en el aula de la primera clase.

– No se, amigo ¿ahora te preocupa? - dijo Mangel despreocupado.

– No, es solo que...

Rubén fue interrumpido por el maestro que iniciaba con su clase, su aburrida clase.

– Muy bien jóvenes, quiero que saquen sus apuntes, vamos a repasar lo visto la semana pasada - dijo escribiendo en el tablero.

– Ay, que chorrada esta puta clase - susurro Rubén y sus amigos asintieron.

– Señor Doblas, haga silencio...

Al tiempo que Rubén rodaba los ojos, alguien irrumpía en la puerta del aula. La mandíbula de todos los chicos en la clase rosaba los pupitres y las chicas miraban con envidia.

Rubén simplemente estaba fascinado.

Una chica, con la blusa del uniforme muy pegada a su torso, dejando ver el despliegue de sus senos y una falda corta que apenas bajaba dos dedos por sus glúteos, unas piernas canela que daban a desear a cualquiera. Iba maquillada y tenia una sonrisa muy picara en la cara.

– ¿Qué son estas horas de llegar, señorita... Amm...? - dijo el maestro.

– ¿Puedo pasar o va a dejar que me quede en la puerta toda la clase? - dijo ella un tanto grosera.

– Pase...

Los ojos de todos la acompañaron mientras ella se sentaba justo al lado de los tres mosqueteros que no dejaban de babear. El maestro se acerco a su escritorio.

– ¿Como es su apellido, señorita? - dijo.

– Romero... - todos en la clase empezaron a murmurar y criticarla, mientras Rubén se ponía cada vez mas pálido. Pallete lo miro y sonrió con cinismo - Paulette Romero.







– ¡¿Como es que es posible esta puta mierda?! - grito Rubén a sus amigos sentándose en el comedor del campus.

– Joder, Rubén, no lo se... Quien diría que iba a volver después de haberla humillado asi - contesto Alex nervioso.

Rubén, no lo creía, de hecho, ninguno lo creía, y era que Paulette había cambiado demasiado, Rubén ni siquiera recordaba que su cabello se viera asi, siempre lo había llevado recogido y sus vestiduras. Era como la tentación del diablo en persona, le fascinaba pero mas que nada lo haría quedar como un tonto frente a todos ¿esta era su venganza?

Paulette llego al comedor, con la mirada de todos los chicos a sus pies a lo que ella no le daba mucha importancia. Se sentaba en una de las bancas enfrente de ellos y sonreía a Rubén con malicia.

– Me va a volver loco - dijo sin dejar de mirarla.

– Ya lo creo - contesto Mangel - Dios, es como un sueño hecho realidad

– ¿Alguna vez hubo una chica asi en esta asquerosa universidad? - pregunto Alex.

– No, claro que no... - contesto Rubén.

Rubén siempre creyó que las mujeres de esta universidad eran básicas y aburridas, hablaban de lo mismo y para lo único que servían era para darle placer, pero Paulette se notaba ser diferente y Rubén solo esperaba que ella no hiciera algo que perjudicara su reputacion, aunque sabia que lo haría.

Just Sex [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora