XXXIV

89 7 4
                                    

Parecían sacados de una película cuando entraron al enorme edificio donde Mike daría una conferencia para dar a conocer sus negocios a grandes empresarios. El momento ideal para que Rubén y Paulette le arruinaría sus asquerosos planes.

Rubén iba de traje; había decidido tomarse está venganza muy en serio. Paulette iba hermosa, elegante y decidida, tanto que, a Rubén le era imposible no mirarla al caminar, parecía que la Paulette mala y calculadora de la universidad había vuelto y no dejaba de lado el deseo de hacerla suya en cualquier momento... Pero primero lo primero.

Subieron justos al ascensor, uno al lado del otro. Paulette suspiro sonoramente.

—¿Estas lista? —le pregunto Rubén.

—Solo un poco nerviosa. No se que reacción vaya a tomar Mike cuando nos vea.

—Eso es lo de menos, Paulette, hay que humillarlo, hay que hacer que lo lleven a la cárcel ¿esta bien?

—Espero que mis padres se enteren de todo esto para que dejen de fastidiarme.

—Lo harán —sonrió.

Tomo la mano de su amada y salieron del ascensor cuando abrió las puertas en el lugar indicado. El primer obstáculo fue la recepcionista, o mas bien la secretaria de Mike.

—¡Ey, ey, ey! —grito corriendo tras ellos —. ¿A donde van?

—A ver al señor Mike, por supuesto —dijo Rubén —, este es su piso ¿no?

—Si, pero el señor Mike esta en una conferencia en estos momentos y necesitan autorización de él para ingresar.

—Linda —dijo Rubén acercándose a la chica la cual se intimido de inmediato. Paulette sonrió pensando en que ese era el efecto que él siempre logro en las mujeres —, te aseguro que pronto este señor, no va a tener acceso ni a su propia casa.

—¿Por qué dice eso?

—Ya lo veras y de una vez te digo que si no te gustaba trabajar con él, esta es tu oportunidad para irte porque tal vez mañana, él ya no este aqui, estará en una cárcel y si necesitas trabajo yo puedo guardar un puesto en mi empresa.... Entonces ¿puedo seguir mi camino o nos echaras a patadas y te seguirás aguantando al imbécil de tu jefe?

La chica miro a Paulette quien se encogió de hombros con una sonrisa. Pareció dudarlo por unos segundos pero luego corrió hasta su puesto de trabajo, tomo su chaqueta de la silla y su bolso y salió a correr.

—¡Puerta enorme a la izquierda! —grito antes de bajar por las escaleras.

Rubén volvió con Paulette quien lo miro con los ojos entrecerrados.

—¿Estabas coqueteando con ella? —le pregunto.

—No, sabes que con quien coqueteo es contigo y nadie mas.

—Si, claro, galanazo.

—Ay, me prende que me digas asi —sonrió.

—Concéntrate galán.

Siguieron el camino indicado y llegaron a la puerta enorme de madera, dentro se escuchaba la voz de Mike explicando algunas cosas sobre sus empresas. Paulette esperaba un poco de tiempo para relajarse pero Rubén actuó primero y empujo las puertas con las dos manos.

Se escucharon jadeos de asombro al verlos juntos, todo el mundo sentado en la mesa redonda los reconoció, claro, hacían parte de familias poderosas. La cara de Mike se transformo en una roja llena de furia.

—Perdón por entrar de esa forma tan abrupta y arruinar la excelentísima conferencia que debía estar presentando el señor Mike. Debe haber estado muy interesante, seguramente después de ella todos aplaudirían, almorzaría, se tomarían unos tragos y por qué no, llamarían a algunas putas para que bailaran encima de la mesa —dijo Rubén casi sin respirar.

Just Sex [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora