Capítulo Diecinueve

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Pov Arellys

El día estaba lluvioso, el aroma a tierra mojada se podía percibir en todo el campamento, extrañamente lo sentía agradable y de cierta forma me tranquilizaba, todos iban de aquí para allá muy ansiosos quizás porque las fiestas estaban prontas a llegar y porque en estos días el lugar era un completo caos, pues no todos se iban a pasar Navidad y año nuevo con sus familias ya que muchos de ellos no tenían, entonces se quedaban aquí y tenían el trabajo de organizar todo.

Por mi lado se podía decir que aún no he superado el tema de Peter y han pasado ya como dos meses, me he guardado todo lo respectivo a él porque no quiero preocupar a nadie y con ello estoy hablando de Ed, quién ha estado muy atento conmigo y ha buscado ayudarme pero no hemos podido avanzar, digamos que en los libros del campamento e incluso en internet no he encontrado nada con respecto a lo que dijo el oráculo, no hay como cambiar una profecía.

-¡Arellys!-salí de mi ensoñación encontrándome con Quirón a unos metros de donde yo estaba, me acerqué a paso rápido.-¿Recuerdas que me preguntaste sobre la profecía?

-por supuesto ¿Pudo conseguir algo?-pregunté esperanzada.

-algo no, sino alguien... quizás el mismo que lo predijo pueda ayudarte-se cruzó de brazos.

-habla de...

-si, el oráculo-me interrumpió.

-¿En dónde lo encuentro?

-en el ático de la casona-señaló su hogar con la barbilla.

-¡Gracias!

-no se lo digas a Dionisio.

-puedes confiar en mí, no diré nada.

Corrí hacia la casona y entre con mucho sigilo, subí las escaleras y entré al ático.Estaba repleto con objetos que supongo son mitológicos y otros que podrían pertenecer a los múltiples Dioses que han estado aquí antes que nosotros, recorrí el lugar entre estornudos ya que había mucho polvo en el ambiente y yo soy un poco alérgica a eso pero principalmente a los ácaros.
Llegué finalmente al centro donde en lo que parecía un especie de trono había un cuerpo que se irguió ante mi presencia

-Arellys Wesson-dijo mi nombre una vos sepulcral proveniente de la perona u cosa frente a mí.-¿En qué puedo ayudarte?

-hay una profecía que usted predijo poco antes de mi nacimiento y yo... quería saber si podría cambiarse.

-"El día que Arthemisa, Diosa de la caza y los animales, de a luz a su primer y única hija le abrirá una nueva oportunidad a uno de los peores villanos, será la razón de su felicidad o su destrucción pero la decisión será de la hija de Arthemisa, Arellys.
Sólo deberá tener en cuenta que debe escoger entre ser semidiosa o entregarle su corazón a Peter Pan. "-recitó como en automático-es esta ¿Correcto?

-si-murmuré con un nudo en el estómago, hubiera preferido no volver a oírla o leerla.

-las profecías no pueden cambiarse, me temo que a partir de la decisión que tomes, cualquiera de estas dos opciones será a lo que apunte tu destino.

-¿Cómo puedo saber cual es la correcta?-pregunté desesperandome, no me estaba ayudando y hasta creo que me confundió más de lo que ya estaba.

-no hay modo de saberlo... porque cualquiera puede ser la indicada y eso lo sabrás tú y tu corazón.

-creo que... ya debo irme, de todas formas muchas gracias por ayudarme.

-no hay de qué, estaré aquí siempre que me necesites-y con eso se desactivó, por así decirlo.

Al salir sentí que no había sido de ayuda, porque aún estaba confundida no lograba saber cual era la opción correcta ¿Pero lo había realmente?, que tal si ninguna de las dos era una buena opción o que tal si ambas lo eran. Porque si por mi fuera escogería la opción de salvar a Peter pero mi consciencia no me perdonaría el no haber conseguido mi titulo por lo que estuve luchando desde que soy una niña.

Sin darme cuenta llegué al lago, me senté en la orilla y ahi me quedé un buen rato hasta que noté que el agua comenzó a moverse y salió una sirena a la que conocía de mi pequeño viaje a Neverland.

-¡Sea!-exclamé con alegría.

-Arell, tengo un mensaje para ti.-se acomodó el cabello.

-¿De Peter?-pregunté emocionada.

-sí... Peter quiere que sepas, que no importa lo que eligas él lo acepta porque te ama y cree que no vales la pena,lo vales todo.

No pude evitar que unas lágrimas de emoción se instalen en mis ojos, me los limpié y fue ahí donde noté el brazalete de Peter en mi muñeca y lo supe...

-¿Puedes llevarme con él?

-no estoy muy segura, porque poder puedo pero no llegaras con vida.

-o tal vez si...-de mi bolsillo saqué unos chicles pero no eran de los comunes y corrientes, estos eran capaz de permitir que estuvieras en el agua sin la necesidad de contener la respiración, fue un pequeño obsequio de Hermes por ayudarlo en una entrega.

Tras ponerlo en mi boca me sumergí en el agua hasta llegar con Sea, ella tomó mi mano y nos hundimos rumbo a Neverland.
El viaje fue un pelin largo, pero valió la pena, al salir del lago corrí en dirección al campamento.

-¡Peter!-grité durante el camino con la intención de que escuchará y apareciera antes.

Sonreí al verlo unos metros delante de mi, tomé un poco de velocidad y poco antes de llegar me lancé a sus brazos quedando a horcajadas suyo y uní nuestros labios rápidamente. Sujeté su rostro con mis manos mientras que las suyas se ocupaban de sostenerme y dar pequeñas caricias en la parte baja de mi espalda.

-Arell... ¿Acaso esto es un sueño?-preguntó tras separarnos.

-no lo creo-mordí mi labio al tiempo que me perdía en sus ojos verdes, esos que lograban hacer revolotear las mariposas en el interior de mi estómago.

-no quiero ser descortés...-se interrumpió brevemente-no puedo creer que haya dicho eso-frunció el ceño pensativo pero cambió el gesto a uno relajado-¿Por qué estas aquí?

-te elijo a ti-acaricié su mejilla.

-¿Qué?

-no quiero mi título, te quiero a ti Peter Pan.

The Mission ~Peter Pan~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora