Capítulo dos

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Pov Arellys:

Caminé por el bosque hasta dar con Sam mi pegazo, era un gran caballo blanco con la cresta y la cola de color lila.
Quirón me había ido a visitar para explicarme como llegar al Olimpo, por suerte no estaba muy lejos, la entrada más cercana era en el Empire State en New York.

-Hola pequeño-acaricié su hocico y me monte en él.-Al Olimpo-dije sujetandome en el momento en que emprendió vuelo.
El tráfico con criaturas mitológicas era lo mejor que podía haber, iba rapidísimo y casi nunca había quien estorbara.

En cuestión de minutos me encontraba bajando del lomo de mi Pegaso en el último piso del Empire State, ajuste mi mochila a mis hombros y abrí una puerta en la cual había un ascensor que me llevaría al Olimpo. Suspiré nerviosa al tiempo que me metía dentro del elevador y presionaba el botón con el nombre "Olimpo " en griego antiguo.

Al llegar pude apreciar lo mágico y hermoso que era el Monte Olimpo, unas grandes escaleras me daban el ascenso hacia mi destino, con antorchas a los lados iluminando el camino. Entré todo estaba de punta en blanco, lo único que podía oírse eran mis pisadas por el fino mármol que decoraba el piso,a cada lado de las columnas habían estatuas de los Dioses y Semidioses mas importantes, entre ellos Zeus, Poseidón y Hades.

-Arellys, mi bella nieta ¡Qué gusto tenerte aquí!-me giré encontrandome con un señor entrado en años, de pelo canoso, ojos azul eléctrico y vestido con un traje.

-Zeus, es un gusto conocerlo-dije respetuosa.

-Supongo que ya sabes por qué estás aquí-dijo admirandome con una sonrisa, asentí.-Su nombre es Peter Pan y tu deber es eliminarlo.

-Espera ¿Está diciendo que debo cazar al niño que no quiere crecer?-pregunté divertida.

-exacto, se que suena tonto pero es mi deber advertirte que él no es lo que parece-entrelazó sus dedos-no te dejes engañar, Pan es un demonio y me atrevo a decir que incluso es peor que mi hermano Hades.

-¿Qué pasa si no lo logro?-pregunté temerosa.

-bueno, no pasarás la misión y eso significa no ganar tu título de semidiosa.-explicó.

-entonces voy a terminar con él-sonreí.

-esa es mi niña-acarició mi cabello-¿Sabes una cosa?, eres idéntica a tu madre.

-¡Gracias! por cierto ¿Ella esta aquí?

-Recientemente salió a cazar al bosque.-respondió.

-En ese caso, creo que ya debo partir-dije apunto de ir hacia la salida.

-antes debo darte algo-lo miré notando en sus manos un libro algo viejo, era grande y de pasta dura, lo extendió hacia mi-eso te ayudará en tu viaje a Neverland, te recomiendo que lo leas antes de partir a tu cruzada.

-así lo haré, ¡Muchas gracias!

Regresé hacia el Empire State y me dediqué a investigar el libro que me dio mi abuelo, tengo que decir que era muy interesante, lo primero que hice antes de partir a Neverland con mi mascota, fue marcar mis brazos con algunos signos para que pan no pudiera percibirme estando en la isla, hice lo mismo con Sam.
Me monté sujetandome fuerte para luego indicarle que fueramos a Neverland, el dió un relinche antes de despegar.
Atravesamos la segunda estrella a la derecha bañandonos con un suave rocío y aterrizamos en lo que parecía ser una playa.
Saqué mi arco y flecha sólo por si acaso y me dispuse adentrarme al bosque con mucho cuidado, tendría que hacerme un refugio para dormir los días que estuviera aquí, busqué un árbol alto y en él con un poco de ayuda monté una pequeña cabaña, la escasa magia del lugar me ayudó un poco.
Viendo que aún era de día, decidí ir a espiar a mi víctima, por lo que recorrí el lugar hasta que di con un pequeño campamento, me subí a un árbol con una copa frondosa y me quedé ahí observandolo todo. Por lo que pude ver eran todos varones, no había ni una sola niña, también noté que no eran ni muy grandes ni muy pequeños en cuestión de edad.
Uno de los niños perdidos llamó mi atención era un chico alto y delgado, ese era Pan pude reconocerlo. Ahora sabía que su cabello era castaño claro y sus ojos eran verdes, también que su piel era tersa y blanca como la nieve, tengo que admitir que era muy apuesto pero eso no debe ser un impedimento para mi trabajo, yo debo cazarlo y así obtener mi título que es para lo que me estuve preparando desde que entre en el campamento Media sangre.

-Félix, seguro que no hay intrusos en la isla-preguntó el castaño mirando al grupo de niños frente a él, mientras que el tal Félix sólo se dedicaba a limpiar un trozo de carne que supe, antes era una ardilla.

-si Pan, Neverland esta limpio nadie se ha metido-dijo con un tono cansino en la voz.

"Eso creen"-pensé con una sonrisa traviesa en el rostro.

A unos pocos metros de donde estaba sobre la copa de un árbol había una cabaña, me fijé que las demás estaban en el piso, así que supuse que esa era la de Pan y por lo que con mucha agilidad me metí.
Era una pequeña casa de madera con una cama antigua de dos plazas y unos cuantos muebles. Estaba por empezar a urgar para ver que podía averiguar de mi enemigo, cuando la presencia de alguien me obligo a quedarme en mi lugar.

-¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí?-preguntó, era la voz de un chico, Pan. Me volteé despacio, descubriendolo a unos centímetros de mí, era mucho más apuesto ahora que lo tenía mas cerca.

-eso no debería importarte-sonreí-pero si el porqué estoy aquí.

-iluminame-levantó su ceja izquierda.

-no puedo decirte-me acerqué a su oído-es un asunto secreto.

De un movimiento de Pan, me encontraba en el aire siendo afixiada con magia.

-vas a decirme si quieres seguir viviendo-gruñó.

-antes muerta-dije en apenas un hilo de voz.

-eso de puede arreglar-dijo con una sonrisa sádica en el rostro.

-¡Pan!-un espectro negro transparente entró por la ventana, era una sombra con ojos blancos y con la forma de un niño.

-Sombra, ¿Te unes a la fiesta?-preguntó.

-Me encantaría, pero me temo que vengo a acabarla, no puedes dañarla.-dijo mirándome por lo que Pan lo imitó.

-¿Por qué?-quiso saber.

-¿Pan, no lo sientes?-la sombra frunció el ceño.

-Sentir ¿Qué?

-el poder-aclaró.

-¿Viene de ella?-asintió-¿Qué eres?

-S-Soy una per-persona común y co-corriente-dije con dificultad.

-Dímelo-demandó.

-Mi madre es Arthemisa.-había aflojado un poco el agarre.

-Imposible-levantó una ceja-¿Crees que soy idiota?-por un momento tuve ganas de asentir, pero me abstuve, no era el mejor momento.-Arthemisa, juró que no se relacionaría con un hombre, por lo tanto quería mantenerse virgen.

-Estoy aquí, ¿No?-dije divertida-creo que cambio de opinión.

-Pan, dejala-la sombra decidió hablar.

Sentí como caía al piso de golpe, me había soltado de la forma más bruta posible por suerte no me hice daño, porque sino Neverland se quedaría sin gobernador.

-sino te importa, debo irme.-dije levantándome con dificultad para luego ir hasta la puerta.

-te quiero lejos de mi campamento y mis niños, ¿Oíste?.

-tranquilo, no debes preocuparte por los niños porque no he venido por ellos-sonreí con malicia-he venido por ti, Pan y no descansaré hasta destruirte.

Regresé a mi cabaña y decidí dormir, mañana sería un nuevo y presiento que pesado día, también.

The Mission ~Peter Pan~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora