La silla se mecía suavemente cumplimento con función y arriba de ella una pelirosa felizmente sonriente mientras miraba un atardecer cálido y acogedor, el sol no tardaría en desaparecer pero ella se mantenía expectante.
Después de un par de minutos se escuchó un "Estoy en casa" de la persona a la que ella se encontraba esperando.
Se levantó felizmente y camino hacia dentro de su hermosa casa, era espaciosa, aunque según Itachi era muy parecida a dónde el vivió gran parte de su infancia.
—Bienvenido— siguió avanzando hasta llegar junto a él.
El solo se limitó a darle un beso en los labios.
—¿Cómo te sientes? Mañana será tu operación— después de varios años intentando convencer a Itachi de recibir los ojos de Obito este por fin accedió, Sakura sería la encargada de dicha operación.
—Bien, aún estoy algo dudoso pero supongo que quiero conocer el rostro de los niños— sonrió con un poco de esperanza—. Por cierto ¿En dónde están ellos? No los escucho.
—Estan arriba, jugando un poco— camino al pie de la escalera y gritó— ¡Niños, bajen a cenar!
Se escucharon unas risitas y pequeños pasos apresurados.
Dos niños de melenas negras y ojos de matices iguales bajaban energéticamente los escalones gritando “Papá” con cada paso hasta que por fin ambos se arrojaron encima de este.
Aún eran muy pequeños, cinco años y siendo exactamente iguales eran la viva imagen del rostro varonil de Itachi, aún así, había un pequeño más apegado a mamá y otro a papá.
El mayor se acercó al Uchiha emocionado.
—¿Me ayudarás con mi entrenamiento de shurikens?— el más allegado a Itachi portaba un par de armas ninjas en sus manos.
—¡Naruto! ¡Sasuke!— sentencio Sakura— su padre a tenido un día muy agotador, déjenlo llegar a la mesa— ambos se quejaron, Itachi río ante la escena.
—Lo siento Sasuke, otro día será— golpeo su pequeña frentecita con sus dedos mientras el otro niño abrazaba a Sakura mientras la acompañaba a la cocina.
Un poco sonrojado toco su frente donde segundos antes había recibido un poke de su padre y dijo con ligera diversión.
—Mentiroso.
Lo tomó de la mano y lo guió a la mesa.
(...)
Había pasado un par de días desde que mamá y papá se habían ido de casa, la abuela Haruno se encargó de cuidar a los pequeños traviesos durante dos largos y divertidos días, debido a la edad ambos pequeños estaban llenos de energía, de vez en cuando Mebuki terminaba rendida.
Justo en el primer día el timbre de aquella acogedora casa sonó.
—¡Enseguida voy!— colocó a los niños en su sala de juegos encerrandolos con una pequeña cerca diseñada para niños, estos eran tremendos y gastarme bromas a su abuela era su especialidad.
Al abrir la puerta se encontró con una chica muy bella y de largo cabello.
—¿Hinata? ¿Eres tú? Cuanto has crecido, la última vez que te ví yo...— recordó que aquella última vez, cuando culpo a su hija de la muerte de sus mejores amigos.
—Si, lamento mucho lo sucedido, Sakura y yo habíamos hecho las pases hace unos años, me he arrepentido durante todo este tiempo, pero jamás había tenido el valor de volver a buscarle hasta que supe lo de Itachi ¿Podría entregarle esto?— le extendió un sobre—. Espero poder volver a ser amiga de Sakura, yo lo lamento mucho.
—¿Quién es ella?— se escuchó una vocesita detrás de la abuela.
—¡Naruto! ¿Que haces aquí?— el pequeño, que era el más travieso, se había escabullido ágilmente y burlado la "alta" seguridad de la abuela, logrando llegar hasta la puerta.
—¿Naruto?— pregunto un poco tímida Hinata.
—Es cierto, no los conoces— Mebuki se hizo a un lado haciendo avanzar al pequeño hasta quedar bien enfrente de la Hyuga—. Él es Naruto, y Sasuke, su gemelo seguramente esta dormido.
—Eres muy bonita— pronunció con la lengua un poco enredada, típico en los niños de esta edad.
—Muchas gracias— se agachó con los ojos un poco llorosos—. Tú también eres muy lindo, Naruto— beso suavemente su frente.
—Acabas de darme mi primer beso— pronunció sonrojado.
—¡Naruto! ¡Ese no fue tu primer beso!— le regaño la abuela.
—¡Sí, si lo fue y Sasuke debe saberlo! — corrió puertas adentro seguramente para buscar a su hermano mayor mientras sostenía su frente, como si quisiera protegerla.
—Se parece un poco a Naruto— sonrió mientras lloraba— Tengo que irme.
(...)
El segundo día transcurrió sin mucha relevancia hasta la tarde, los pequeños de Konoha celebrarían su ingreso al preescolar.
La mayoría de los niños hijos de amigos de Sakura mantenían casi la misma edad.
Shikadai, Inojin, Chouchou, Metal Lee, y había un pequeño de pálida piel y cabellos azules que se hacia llamar Mitsuki, todos excepto Mitsuki mantenían relación amistosa desde hace mucho, incluso los pequeños Sasuke y Naruto.
La diversión comenzó y con ellos los reconocimientos, y adivinen que, exacto, los pequeños Uchiha fueron los de mayor puntaje en los distintos exámenes de admisión.
Tomados de la mano estuvieron al frente de la clase hasta que el pequeño Sasuke reconoció a su papá entre todo el público.
—¡Naruto!— tiro de su mano y señaló a su padre.
—¡Están aquí!— grito Naruto al ver también a su madre.
Ambos corrieron hasta llegar a ellos, pero había un detalle, un ligero cambio... Papá ya no llevaba venda en los ojos, y estos, por primera vez en sus cortas vidas eran vistos por ambos niños.
—Papá tus ojos son hermosos— señaló Sasuke acariciando suavemente sus ojos.
—No— pequeñas lágrimas caían por las mejillas de Itachi—. Ustedes son hermosos— abrazo a ambos hijos con fuerza y los levantó, también era la primera vez que Itachi veía a sus hijos.
Con sus hijos en brazos se acercó a Sakura para besarle suavemente y con ternura.
—Te amo, Sakura.
—Te amo— sonrió más feliz que nunca— Itachi.
ESTÁS LEYENDO
Olvidando [Itasaku]
FanfictionSakura Haruno a perdido a lo que mas amaba en su vida, se aisla de todos sus amigos y de todos los que la aman, solo una persona es capaz de hacer que ella olvide todo ese dolor El único Uchiha del bando bueno está dispuesto a ganar su corazón. Pro...