Capítulo 19 <<Cuando las flores de cerezo caen>>

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¿Has visto la nieve alguna vez? ¿Aquellas pequeñas cositas blancas que caen del cielo tan lenta y pacíficamente? Es un espectáculo muy agradable de ver, pero apuesto a que nunca has visto una nieve rosa. Sí, la época de flor de cerezo comenzaba a llegar a su fin, aquellas coloridas y vivas hojas se desprendían de las ramas de los árboles más fáciles que de costumbre, pero extrañamente mantenían un color vivo y lleno de luz, como aquel retoño que acaba de florecer hace algunos instantes, volaban al ritmo del viento y se dejaban acariciar suavemente por el suelo, brillantes y hermosas.

En medio de todo este espectáculo había un pequeño grupo de personas reunidos, siendo custodiados por árboles de cerezo, todos parecían estar enfocados en un par de personas específicamente, un joven muy apuesto de cabello azabache y profundos ojos negros, que lastimosamente no podía lucir debido a la ceguera, vestido del mismo color con un emblema Uchiha bordado detalladamente en su espalda, un Clan a punto de extinguirse, y frente a él, una chica con peculiar cabello color rosa de piel blanca, ojos verdes cristalinos y labios rosados naturalmente el kimono de ella era blanco como su suave piel, con finos detalles en tonos rojizos, y para una extraña pero feliz sorpresa se encontraba un poco abultada del vientre que era detallado por un liston ancho de color rojo.

Después de unos minutos aquella escena se vio inundada de aplausos calurosos que daban inicio a una nueva vida. Una rubia se acercaba a ellos con lágrimas en los ojos, se abalanzó primero sobre el chico en un cálido abrazo, después miro a aquella persona a la cual considera su hermana, su alma gemela, se acercó cuidadosamente, estiró su mano hasta tocar aquel pequeño bulto que se asomaba travieso y después la miró a los ojos.

—Es tú momento de ser Feliz, Sakura.

La abrazo de una manera tan dulce que son de esos abrazos que te provocan querer probarlos, de aquellos que te transmiten la más pura sensación de los sentimientos de esa persona, te obligan a tener una conexión que nadie jamás se atrevería a romper, podrías pasar años así y jamás te aburririas.

El Uchiha las contempló un momento, imaginando lo bellas que deberían verse, su estómago se revolvió y una sonrisa se marcó en su gentil rostro, si, parecía un sueño, su esposa, ¡Lo has entendido bien! SU ESPOSA estaba frente a él, y dentro de ella su hijo, era tan irreal, se pellizco un par de veces para saber si no estaba soñando, pero Sakura seguía allí, podía sentirla con los brazos extendidos, recreando en sus memorias un rostro que le hacía entender que todo iba a ir bien, que pasarían mil años y el estaría a su lado, en este mundo y en los próximos, jamás dejaría de amarla, jamás se cansaría de ella, jamás la abandonaría. Se acercó y la besó, primero en la frente y luego en los labios, no supo ni en qué momento sus ojos comenzaron a llorar, y estaba bien, desde que tiene memoria el solo a llorado por cosas tristes, pero ahora todo era diferente, estaba tan feliz que podría explotar en cualquier momento.

—Te amo Sakura.

Pronunció entre pequeñas lágrimas.

—Te amo Itachi.

Respondió sonriente, tomo sus manos y las apego a su vientre.

—Y ellos también.

Extrañado la miró por unos segundos ¿Ellos? ¿Había escuchado bien? se suponía que dentro de Sakura solo había espacio para un bebé ¿Cuantos tenía allí dentro?.

—¿Ellos?— volvió a cuestionarse pero esta vez en voz alta.

—Así es.

—¿Cómo sabes que son ellos y no el?

Soltó una risita burlona.

—Por que soy su madre.

Finalizó con una mueca de diversión, los invitados los miraban enternecidos, su madre era la más afecta a ellos y se encontraba feliz de saber que si hija superó todos sus miedos, que está construyendo su propia familia, aunque muy en el fondo pensar en vivir sola la llenaba un poco de tristeza, ya no vería a su pequeña correr por los pasillos como lo hacía cuando jugaba con su padre.

—Mamá.

La llamo ella casí como si pudiera leerle los pensamientos.

—Jamás te dejare sola.

Tomo su hombro.

—Se lo aseguro.

Intervino Itachi acercándose a ambas con su contento rostro.

Después de un par de brindis aquella pequeña boda se convirtió en un pequeño y preciado recuerdo en los corazones de cada uno de los presentes.

Apuesto a que si Sasuke o Naruto estuviesen aquí serían las personas más felices, Sakura significó mucho para ellos como ellos para ella, pero el destino puede hacer malas y dolorosas jugadas, y hay que aprender a superarlas, cada una de ellas, a olvidar en un pequeño rincón de nuestros corazones aquellos eventos trágicos y tratar de aprender de ellos, por qué mientras vivas lo demás no importa.

Olvidando [Itasaku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora