Prólogo

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Camila llegaba de su trabajo extremamente animada aquel día, al final habia consiguió el teléfono de Cindy, su compañera de trabajo. Su traje femenino gris amoldaba su silueta de una forma deslumbrante para quien la viese; su falda hasta un poco abajo de las rodillas modelaba su trasero, dando confianza para quien sabía ser dueña de las más bellas curvas; en los pies su taco aguja negro, combinaba con el marco de sus anteojos. Sus aros de oro combinaban con su pulsera y reloj, en cuanto su cuello ella llevaba su simple collar de corazón. Lo habia conseguido cuando era más joven, de su padre.

El corazón se abría y en él había espacio para una pequeña foto. El señor Cabello se reusó a dejar a la niña colocar una foto de el allí. Dijo que su deseo era que el corazón fuese ocupado por quien la chica se enamora y realmente entregase su corazón en la intención de formar un día una familia. Camila jamás se enamoró tan intensamente, por tanto, andaba con el corazón dorado vacío en su pecho, apenas para mantener el recuerdo de su fallecido padre.

La puerta del frente crujió cuando ella la empujó y en el mismo instante sus ojos con parpadearon, su boca se secó y su corazón se destrozó.

La sangre inundaba la cocina, en cuanto Camila no sabía cómo reaccionar. Desesperada hizo lo que cualquier persona haría: corrio hasta el cuerpo inconsciente de su hermano en el suelo. Sus ojos ya están borrosos debido a las lágrimas y entonces ella llevo su dedo hasta la arteria del pulso del muchacho, apenas para confirmar: sin pulsación. Decidió intentar en el cuello solamente para constatar: su hermano estaba muerto.

Su hermano mas joven, de apenas diesiocho años, estaba tirado en el medio de su cocina, muerto.

Muerto

Muerto

Camila entre sollozos intensos, abrazo el cuerpo y lloro alto sin importarse que la sangre la ensuciara. Su hermano se fue, ¿qué porquería importaba su traje sucio?

Algunos instantes después, con las manos temblando, alcanzo su bolso, que estaba tirado a su lado, y retiro su celular, marcando el número de emergencias.

Un sollozo llamó su atención así que desligo, haciéndola girar para el fregadero, su boca se amargó y su corazón se aceleró

- Qué...¿Qué hiciste?- Camila grito, viendo la cuchilla en encharcada de sangre en la mano de su madre, qué hora se dejaba llevar por el llanto..

- Él me llamó loca... Yo no soy... Yo no quise.... Oh cielos - La mujer temblaba. Camila, tomada por el odio, se levantó y el ruido de sus tacos contra el suelo se destacaban en el ambiente silencioso.

- ¿Tu lo mataste?- Camila pregunto, viendo como los ojos sin vida de Sinu se encontraba con los suyos.

- Yo no queria- La mujer dijo, completamente fuera de si.

- OH, cielos! No, no, no...- Camila repetía para si misma, sabiendo que su madre no estaba sobre efectos de sus remedios. - Dame eso.- Camila dijo, intentando agarrar el cuchillo de la mano de su madre, sin embargo la mujer esquivo a su hija.

- Yo voy a ir presa, no?- Pregunto desesperada

- Tu necesitas ser internada. Tu lo mataste! - Camila grito, mismo sabiendo que aquella no era la forma cierta de reaccionar en aquella situación, pero ella no podía contenerse. El dolor la estaba corrompiendo - Dame eso- Camila pidió acercándose a su madre y empujando el cuchillo de su mano.

- Devuélvemelo, haré lo mismo conmigo. - Gritó la mujer, sostenida por Camila, quien empujó, con fuerza, las manos de la mujer debajo del agua para lavarlas. Su cuerpo fue empujado, pero Camila fue más rápida y sostuvo el cuchillo, evitando que su madre se suicidara.

- ¡No mamá!- Gritó. Su madre sufría un trastorno mental, sin embargo pasó los últimos años de su vida tomando medicamentos que una amiga de Carlos le dio sin receta, porque nunca aceptó ir a un manicomio. Como tomaba sus medicamentos correctamente, la familia paso a no importarse en ir tras nada, Pero, ¿cómo demostraría Camila que su madre sufría de eso tan rápido? Estaba segura de que el diagnóstico llevaría tiempo y llevaría largos meses en la corte. ¡Oh cielos!

Su madre sería arrestada o internada si pudieran probar su trastorno, lo que era obvio que conseguirían, al final el existía.

- Camila, ¡para! - La mujer gritó desesperada. - ¡Para! ¡Para! ¡Para!

- ¡Levanta las manos y deja caer ese cuchillo! - Camila escuchó repentinamente, haciendo que ella retrocediera y se llevara las manos a la cabeza.

- No es lo que parece. No puedo dejar caer este cuchillo, porque mi madre puede suicidarse. ¿Podría alguien venir a agarrarla, por favor? - Preguntó Camila mientras temblaba de adrenalina.

- Ella trató de matarme también. Ella nos odia! Nos odia! - Gritó Sinu. - Gracias a Dios que llegaron.

- Señorita, está bajo arresto por el acto de homicidio e intento de homicídio doble. Lo que usted diga ahora será usado en su contra en la corte. - Camila cerró los ojos y suspiró, con un solo pensamiento dominando su mente:

Puta mierda. ¡Joder!

- Todos los testigos en el vecindario dicen que la señorita Karla Camila Cabello Estrabao vivió en constantes desacuerdos con su hermano Carlos Cabello Estrabao. - Dijo la mujer en la corte. - No se ha obtenido evidencia de un posible trastorno mental en la Sra. Sinuhe Cabello Estrabao, por lo que no la someteremos a un examen clínico. - Camila se estremeció, ¿Cómo asi que ninguna prueba? ¿Dónde estaba su hermana de todos modos? Sofía lo sabía todo, conocía a la persona que acostumbraba a darle ilegalmente lo remedios a su madre, pero la Cabello más joven había desaparecido del mapa últimamente. - Después de revisar todos los hechos y pruebas presentados aquí, declaro a la señorita Karla Camila Cabello Estrabao culpable de homicidio culposo y tentativa de homicidio a la señora Sinuhe Cabello Estrabao, cumpliendo una condena de veintidós años en prisión, sin derecho a fianza o reducción de la pena por buen comportamiento.

¿Qué? Camila sintió que su estómago se revolvía y una gran necesidad de vomitar. Su presión sanguínea bajó y tuvo que sentarse nuevamente para evitar caerse. Las voces se convirtieron en un sonido distante y su visión estaba completamente borrosa. ¿Qué demonios estaba pasando con su vida? Eso solo podría ser una pesadilla. Una de las peores.

Presa Por Casualidad - Camren [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora