Capítulo 37

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- Lauren, sabes que no sé pelear de verdad, ¿Cierto? - Dinah susurró mientras se acercaban a las chicas en las mini gradas. 

- No vamos a pelear, Dinah, es sólo hacer lo mismo de siempre y, bueno, tu porte ayuda. - Ella dijo riendo, adoptando la expresión seria e impasible cuando paró en frente de las chicas, haciendo incluso hasta  a Dinah sorprenderse con tal cambio de humor en tan pocos segundos. 

- ¿Algún problema? - preguntó Beatrice y Lauren se humedeció los labios.

- Realmente no me importa en qué lugar de mierda están sentadas, ya que todavía estoy a cargo de esta mierda, pero las conozco lo suficiente como para saber que quieren hablar conmigo. - Ella dijo firmemente. - Para haber venido hasta aquí debe ser algo importante. - La rubia más grande se arregló el pelo y se levantó, poniéndose cara a cara con Lauren, pero más alta, al final estaba encima de las gradas. 

- Mantuviste a una niña rica en secreto. - La chica dijo cruzando los brazos. - Sabes cuánto nos gusta asustar a una. 

- Ella está conmigo. - Lauren dijo tranquilamente, como si esa conversación fuera muy aburrida.

- ¡A la mierda! Nosotras siempre hace que las ricas nos consigan dinero y algunos cigarrillos. 

- Voy a repetir: Camila está conmigo. - Lauren dijo que entre dientes, sintiendo que la paciencia comenzada a vaciarse de sus poros. 

- Te has ablandado con ella aquí. Las personas ya no te miran con tanto miedo, ya que vives sonriendo por todos lados. - La mujer dijo y Dinah empujó el hombro de la misma tan pronto como ella se acercó demasiado a Lauren. 

- Sin tocar. - Dinah dijo sólo dos palabras con la cara seria, pero fue piadosamente respetada cuando la chica asintió, volviendo a mirar a Lauren.

- Camila está a punto de irse, no hay tiempo para conseguir nada para nadie, así que creo que es bueno que la dejen en paz. - Lauren alertó. 

- ¿Qué te consiguió? - Beatrice, que todavía estaba sentada, preguntó. 

- Algunos buenos orgasmos. Ya sabes es, ¿no es así? No tuve que forzarla a nada, así que todo salió mejor. La reciprocidad es deliciosa, deberías intentarlo. - Lauren se burló, haciendo que Beatrice se pusiera muy furiosa.

- Te la guardaste para ti, así que tendrás que pagarnos todo lo que nos podría haber dado. -La rubia dijo, consiguiendo la atención de Lauren para si. Una risa fría se le escapó de los labios. 

- Bromeas, ¿Verdad? porque si no es así, tengo que decirte que estás empezando a quitarme la paciencia. - Ella dijo y la rubia suspiró, humedeciendose los labios. 

-Donna tenía nuestro respeto y sólo estamos calladas porque ella nos pidió que obedeciéramos a la nueva líder, pero tú eres débil, no sirves para ese puesto.

- ¿Débil? - Lauren preguntó indignada. Ella sabía que era sólo chascar los dedos y casi todas las reclusas estarían allí dispuestas a luchar por ella, pero ella no quería pelea. 

- Mira, queremos unos cigarrillos y deberías ayudarnos. - La rubia dijo y Lauren asintió después de unos segundos de silencio, sabiendo que realmente la líder de allí ayudaba a las otras sobre todo. 

- Conseguiré los cigarrillos, pero si alguien le pone un mero pelo a Camila o sólo habla con ella sobre eso, juro que...

-Nadie le hará nada a la gallina de los huevos de oro. - La rubia dijo y Lauren suspiró, súbitamente calmandose.

 -Creo eso muy bueno. - Ella dijo y las otras dos se levantaron. 

-Siento haberme sentado aquí. Estábamos irritadas y vinimos listas para una pelea. - La rubia dijo, extendiendo la mano a Lauren. 

- Sería interesante verlas perder. - Lauren dijo fríamente, despreciando la mano de la chica. - Ahora salgan de mi camino, voy a por los cigarrillos. 

- Gracias. - La rubia dijo, alejándose de ellas al momento siguiente con sus compañeras.

- ¿Crees que Camila pagará los cigarrillos? - Dinah preguntó en cuanto las chicas se alejaron lo suficiente y Lauren se mordió el labio inferior, mirando con una mirada culpable a la rubia. 

- No le pediré nada a ella. 

- ¡Lauren! - Dinah dijo incrédula. -No lo creo. -Habló, poniendo una mano en su cara. - ¿Cómo vas a conseguir cigarrillos para todas estad reclusas? -La más baja apretó los labios y Dinah negó con la cabeza. - No. ¡No... ni lo pienses!

- ¡No tengo otra opción, Dinah! - Lauren dijo y la rubia comenzó a caminar enojada lejos de Lauren. - ¡Hey! Espera... - La menor gritó, viendo a Dinah parar bruscamente y voltearse hacia ella con la mirada enfurecida. 

- Podrías no darles los malditos cigarrillos. - Dinah dijo y Lauren negó. 

-No permitiré que toquen a Camila. -Lauren avisó. -No puedo dejar que la lastimen. ¡No puedo y no iré! 

-O sea, no serás la madrina de mi boda. - Ella dijo enojada. 

- Trata de entenderme... - Lauren lo pidió cuidadosamente. - Sólo tiene unos días para que se vaya y...

- ¡Y nada! Dile que necesitas ese dinero y estoy segura de que te ayudará con esos malditos cigarrillos. - Dinah dijo enojada y Lauren negó frenéticamente. 

-No voy a hacerlo. - Lauren bateó. 

- ¡Cielos, Lauren! Ella es asquerosamente rica y puede resolver esto. - Dinah dijo. - Ella puede resolver esto y también puede resolver... 

- ¡No! - Lauren dijo. - Ella pensó que yo era una cazafortunas hace algún tiempo. No quiero que ese pensamiento vuelva a aparecer en su mente. No me importa su dinero, sólo quiero su bien. 

- ¿Qué hay de tu bien?

- No voy a quedarme aquí discutiendo esto. - Lauren se quejó y Dinah se rió con frialdad. 

- Te quiero como a una hermana y a Normani mucho más, pero no puedo quedarme de brazos cruzados viendo como te joden por ser orgullosa. 

- ¿Qué vas a hacer? - Lauren preguntó temerosa. 

- Voy a decirle sobre los malditos cigarrillos y que ella no tiene que esperar trescientos años para que tu salgas. 

- ¡No te atrevas! - Lauren gritó al ver a Dinah correr hacia su celda.

- ¿Dónde está Camila, Maggie? - Dinah preguntó en cuanto irrumpió en el lugar y Lauren sostuvo su brazo, mirándola con una súplica silenciosa para no decir nada. 

- Uh, no sé. Una policía la llamó hace unos minutos y se fue. Todavía no ha vuelto. - Maggie dijo, levantándose de la cama. - ¿Me puedo ir? 

- Sí. Está todo bien, no te preocupes. - Lauren informó y Maggie sonrió aliviada, pidiendo permiso antes de salir de allí.

-No me mires así. - Dinah dijo de brazos cruzados al ver a Lauren volver a mirarte con súplica. - Le diré todo. No esconderé nada más. 

-Por favor...

- Tenemos casi todo el dinero para que salgas de esta mierda. - Dinah la cortó. - No voy a dejar que hagas una mierda como esa ahora que Normani ya ha ahorrado casi todo el dinero para tu fianza. - Protestó. - Ella no ha estado trabajando casi el doble de tiempo para pagar tu fianza para tu hacer eso. Ni siquiera lo pienses. 

- Pero Dinah...

-Te quiero como madrina de mi boda en unos meses, no permitiré que arruines mi momento. - Y dicho eso Lauren se calló, aceptando que Dinah esperara a Camila.

Esperó minutos; esperó horas... esperó y esperó, pero ella no volvió.

Presa Por Casualidad - Camren [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora