Capítulo 1

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Abrí los ojos por la intensa luz que se filtraba por las ventanas, mientras se acostumbraban mis ojos, note que estaba en mi habitación.

Me enderece de la cama sentándome en el borde, el cuarto era pequeño y solo contaba con lo necesario que un estudiante necesitaba.

Las habitaciones de la escuela eran individuales así que no tenía compañeros de cuarto, cosa que me alegraba, aunque realmente la mayor parte del tiempo me la pasaba en la biblioteca o en los jardines, solo visitaba la habitación cuando dormía.

Me levante de la cama y me vestí con el uniforme, una blusa blanca y una falda de color rojo sangre, combinando con una corbata del mismo color pero lo que me encantaba de ese uniforme era la gran gabardina negra con el cintillo rojo bordado con dorado en el brazo derecho, era el símbolo del reino, un fénix con las alas extendidas.

Me volví al espejo para arreglarme, mi cabello me llegaba hasta la cintura, su color era uno común, castaño pasando a rojizo, pero mis ojos eran especiales, poseía un azul profundo, decían que era un regalo de los dioses y aunque realmente nunca había llamado la atención de los demás, puedo decir que eso cambio hasta que supieron de mi don.

Me sentía cansada, el sueño que tuve hizo que me levantara antes de mi hora normal así que opte por la mejor opción, dirigirme al comedor.

La escuela en la que asistía era una de las mejores del reino. Su nombre "EL Renacimiento del Fénix". Estaba dividida en cuatro secciones, dormitorios para alumnos, la biblioteca central, las aulas y la zona de prácticas.

La parte que más visitaba además de la biblioteca era la zona de prácticas, donde cada uno de los alumnos seleccionados a magos podía ir.

Para ser sincera ni siquiera yo pensé que iba a terminar en una categoría tan alta. Cuando cumplí los diez años descubrí en un accidente que podía utilizar magia de hielo. Era raro encontrar a alguien así pues se podría pensar que los magos de agua pueden crear hielo pero por alguna razón no es como que yo pueda usar el agua como extensión.

Simplemente utilizaba hielo solido, pero con ello traía otra virtud. Gracia a la pureza, la creación de magia curativa era más efectiva que la de agua.

Estaba cerca del comedor cuando alguien llamo a una mujer que conocía.

—¡Iliane Creu!

Una de mis amigas que conocí en los primeros días de escuela, ella era la maga más poderosa de fuego, era conocida pues el color de ese fuego era azul. Así que por esa razón era una de las mejores en clase.

Ella poseía un título de nobleza más alta que la mayoría, además de que era muy bella.

Su cabello era como la obsidiana, mientras que sus ojos violetas mostraban frialdad con la gente. Pero en realidad cuando estábamos solas sonreía bastante y hacia bromas como si fuera una niña.

Cuando las jóvenes que la llamaron pasaron a un lado de mí, se sorprendió al verme.

—¡Buenos días señorita Iliane! —saludaron las jóvenes muy alegres mientras que ella les regreso el gesto gentilmente.

Espere unos minutos cuando se desocupo de ellas se acerco a mí sonriendo.

—No pensé verte tan temprano en el desayuno Aisha —sonrió burlonamente.

—No porque me quedara dormida para la primera clase la vez anterior, quiere decir que lo vuelva a repetir —sonreí tranquilamente.

Ambas reímos alegremente, nos dirigimos a desayunar para ir a clases. Iliane y yo no tomábamos las mismas clases de la mañana pero la hora de entrenamiento junto con la segunda hora después del descanso las clases de historia y literatura del reino era en las que nos encontrábamos.

—¿Te parece que te vea en el descanso en el patio lateral? —preguntó de manera inocente.

La voz de Iliane atrajo mi atención, nunca había quedado ella conmigo para el descanso.

—De acuerdo —conteste sonriendo con ánimo.

Nos separamos al terminar nuestro desayuno así que me encamine a mi salón, antes de llegar encontré mucha gente alrededor de alguien.

—¿Quién está haciendo tato revuelo?

Un joven alto se paró a mi lado para ver a la multitud.

—No sé, pero será mejor entrar a clase Thais.

El joven me sonrió asintiendo.

Thais Wolfgang era uno de mis mejores amigos, era hijo de un noble de bajo tango a pesar de eso, era conocido como el mejor mago de sombras que existía en la escuela. Su apariencia de niño era lo que atraía a las jóvenes, su cabello plateado parecía revelarse ante el intento de peinarse. Sus ojos resplandecían como los cuarzos rosas, eran lo más llamativo de él.

—Parece que pasaste una mala noche —comentó Thais examinándome.

—Para ser sincera soñé con alguien de mi pasado —explique sin ganas—. Pero ya no recuerdo en realidad quien era ni como se llamaba.

—Parecen melancólicos, ¡qué horror!

Una joven de cabellera castaña se mostraba frete a nosotros en el asiento de enfrente.

—Regina... Buenos días —salude divertida.

La joven formo una sonrisa en sus labios, contestó alegre el saludo.

Regina Lawrs era una de mis mejores amigas que había conocido en mi último año de la escuela, ella manejaba el elemento viento, muchos decían que el plateado metálico de sus ojos representaba el viento en ella.

—¿Alguno de ustedes sabe quien estaba afuera estorbando? —preguntó desconcertada.

Ambos negamos pero igual habíamos esquivado a la gente para entrar al salón.

—Pareciese que fuera de la realeza —comentó Reg viendo a la multitud.

—Esperemos que no —contestó Thais —. Siempre que vienen, solo traen problemas.

Eso era cierto, siempre que la realeza y sus súbditos llegaban la escuela se hacia un escándalo durante una semana.

El maestro llegó poco después logrando hacer desaparecer toda la gente para que entraran en sus respectivos salones.

Y así paso el tiempo hasta el descanso, donde no sabría que alguien esperaba por mí.

La Trampa de la DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora