Capítulo 7

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Me encontraba de camino al cuarto, los chicos avisaron de que estaba enferma así que me retire de la enfermería después de que Klaus se fuera.

No estaba segura de lo que iba a hacer de ahora en adelante, ni siquiera tenía la certeza de lo que dijo el duque fuera verdad pero sabía que no quería ese futuro.

Me quede parada en el pasillo, la noche había caído y la mayoría de las clases terminaban en la tarde así que los alumnos se retiraba a la biblioteca o a las salas de prácticas así que no caminaban tantas personas en los pasillo.

—Te encontré.

Alcé la mirada al recién llegado.

Thais caminaba impaciente hacia donde me encontraba, paró en seco cuando estuvimos de frente. Le intente sonreír juguetona.

—¿Qué sucede? —curioseé despreocupada.

—Reg me dijo que te encontraría en la enfermería pero cuando fui no había nadie —su ansiedad era evidente.

—¿Te gustaría caminar? —le anime tratando de mostrarme tranquila.

Thais accedió a mi petición sin rechistar, caminamos por los pasillos hasta llegar a uno de los balcones más alejados.

Contemple el cielo nocturno, las estrellas brillaban con intensidad desde ahí, de cierta manera lograba sentir que estaba más relajada, la brisa nocturna era agradable al refrescar mi cuerpo.

El joven mago se quedo callado esperando a que hablara sobre cómo me sentía. Él no me interrumpiría ni preguntaría si yo no quería hablar pero tampoco deseaba ahogarme en el silencio.

Así que comencé a hablar sobre Iliane, de cómo sentía la frustración, una deseosa sensación de hacer mil preguntas que no obtendrían respuesta, él escucho en silencio sin interrumpirme. Me dejo llorar y desahogarme de todo lo sucedido así como también lo que ocurrió con Klaus.

Al finalizar solo me abrazo tiernamente esperando mientras me calmaba.

—¿Qué quieres hacer? —preguntó suavemente mientras acariciaba mi cabello.

—No lo sé... —intenté pronunciar entre hipos—. No quiero renunciar a mi lugar en la corte pero tengo miedo que él tenga razón de los acosos.

Thais me separo un poco y limpió suavemente mis mejillas de las lagrimas. Su piel era rasposa pero su toque era amable. Me hizo sentir un poco mejor.

—Puedo ayudarte con eso, a pesar de que no estaremos juntos puedo hacer que mis sombras te cuiden —dijo lentamente—. También nosotros podemos hacerte compañía entre clases.

—No quiero que los molesten a ustedes por mi culpa —aclaré—, nuestras posiciones sociales no son tan altas sin embargo los que poseen más poder intentaran tomar represalias.

—Entonces solo te ayudaremos a pelear batallas duras —pude ver como sus ojos color cuarzo brillaban—, a pesar de todo, siempre te ayudare aun si no me lo pides.

Le sonreí agradecida por tener tanta consideración conmigo.

—Tus ojos azules demostraran lo valiente que eres Aisha.

—Peleemos juntos entonces.

Thais me sonrió complacido, ambos sabíamos que estaríamos el uno al otro para cualquier cosa así que hizo que mi pecho se sintiera más liviano.

La Trampa de la DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora