Lo que nos esperaba no estaba ni en nuestros mejores sueños. La mansión del duque era hermosa, llena de jardines cuidados pero lo que nos impresiono fue la gran fuente que estaba a la entrada junto a dos escalera que abrían paso a los invitados dejando a todos atónitos.
Ciertamente todos parecíamos intrusos y de un notable estatus social diferente.
—¿Creen que debimos venir? —preguntó Reg asustada e impresionada.
—No creo que el lujo sea lo único que poseen —comentó Thais fríamente—. Aunque de verdad si quieren irse, aun estamos a tiempo.
No dije nada al respecto, estaba tan aterrorizada de que Klaus fuera tan adinerado y que tan fácilmente dijera que era su prometida, sentía como el corazón casi se sale de su lugar.
—¡Jóvenes! —alguien nos llamo a lo lejos.
Apareció frente a nosotros el mayordomo que me había dado la carta, al verme pareció sonreír satisfecho.
—Por favor pasen, los demás invitados está adentro esperando.
Lentamente retomamos nuestro camino, era tan lujoso que me sentía mal, no deseaba nada de eso así que tenía que ver el modo de salir de su propuesta de la manera más amable posible y hablar con mis padres antes de cualquier cuestión.
Pasamos a unos de los salones que estaban preparados con mesas y sillas llenas de comida adornadas de manera exquisita y vistosa.
Recorrí con la mirada cada una de las mesas hasta que llegue a las personas que quería.
Mis padres estaban sentados a lo lejos, Reg y Thais fueron a sus respectivos lugares y yo camine a velocidades inigualables hacia mis padres.
—¡Querida hija, que alegría verte!
El saludo de mi padre era muy animado y la sonrisa de mi madre indicaba que estaban todo menos nerviosos.
Me senté con rapidez a su lado, contemple a mi madre quien tomaba de su copa de vino.
—Madre tengo que hablar contigo sobre...
Un gran estruendo interrumpieron mis palabras, todos los invitados voleamos a ver las escaleras que sobresalían, cuatro personas aparecieron por ellas, dos de ellos eran los duques vestidos elegantemente y sostenían una sonrisa.
Sentí como mi voluntad desaparecía por completo al ver a Klaus quien iba a un lado de ellos. La otra persona no logre verla desde mi punto de vista.
—¡Bienvenidos a la mansión Farid! —La voz gruesa del duque lleno toda la sala—. Agradezco de corazón que aceptaran esta invitación, mi familia y yo estaremos felices que disfruten de esta tarde.
Todos los presentaron aplaudieron por sus palabras, afortunadamente estaba sentada pues de no haber sido así hubiera caído al piso de inmediato.
Tras unas cuantas palabras más que no intente siquiera escuchar cuales eran, desee hacer que mi madre me escuchara pero ella no parecía querer perderse el discurso.
No quería llamar la atención así que solo me quede sentada viendo el mantel blanco de la mesa, mis piernas temblaban y de alguna manera me sentía asfixiada.
¡No! Tenía que reponerme, mi futuro estaba en riesgo así que tome aire y enfrente a mi madre pero cuando me di cuenta de la situación ya era tarde.
Mi padre estaba hablando alegremente con el duque Farid como si fueran amigos de toda la vida, mi madre estaba contenta y riendo, si no los conociera diría que de verdad actuaban como si fueran amigos.
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La Trampa de la Duquesa
RomanceAisha Izarne después de ser engañada y manipulada por su mejor amiga a órdenes del príncipe heredero, es forzada a ser un trato de matrimonio con el duque Klaus para mantenerla a salvo. Aisha acompañada de Klaus y sus amigos, buscaran salvar el rei...