Capítulo 11

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Estábamos lejos de todos, la brisa de viento era relajante, así que me acerqué al barandal de la torre en la que nos encontrábamos.

Thais no dijo nada al principio así que lo que podía hacer era esperar a que iniciara.

—Hable con Malik.

Eso me interesaba, no por el chisme sino porque ellos eran amigos y que se fueran sin decirnos nada lograron picar mi curiosidad. Así que solo escuche atentamente.

—Me dijo que era la mejor opción que podías tomar es casarte con Klaus.

Iba a contestar pero el tapo mi boca con su mano, estaba fría, aun así logre notar un ligero temblar en ella. Él no me miraba así que solo retire su mano sin decir nada.

Tras notar el silencio, prosiguió.

—No quiero que tomes esa decisión solo por unos cuantos meses que quedan, se cuanto has trabajado para llegar a sobresalir, tanto que no es necesario ni que mis sombras te protejan, es solo que... —parecía que cada palabra que decía era un sufrimiento—. Necesito que me digas si aceptas casarte con él por beneficio o por... amor.

Estaba confundida y sorprendida o tal vez hasta enojada pero lo que decía Thais parecía increíble.

—Explícate.

Dudo por unos segundos, intento quitar su mano pero yo la aferre más.

—Quiero que seas feliz pero siento que interpongo mi egoísmo en tu decisión.

—¿Egoísmo?

Thais comenzaba a vacilar en lo que iba a decir, sus cuarzos rosas por fin me miraban, parecían dudar y su mano lo estaba delatando.

—Te... —dudó en sus palabras así como en su mirada—. No quiero que renuncies a lo que has trabajado.

Por algún motivo sus palabras no eran del todo sinceras.

—Thais dime la verdad —supliqué intentando que me mirara.

—No puedo... no aun, si quieres saber tendrás que esperar a mañana después del evento.

Sin decirme más soltó mi mano desvaneciéndose entre las sombras.

Estaba de regreso en mi cuarto, Thais no me explico nada más así que si quería saber que era lo que tramaba tenía que esperar a que el evento terminara. Estaba nerviosa, no por mis padres sino por la repentina invitación del Duque a todos los estudiantes.

Me desperté temprano para prepararme, un vestido de color azul profundo con adornos de estrellas blancas, me llegaba a la rodilla así que era muy cómodo, era sencillo pero era muy elegante para la ocasión acompañados de unas zapatillas amarradas a mis tobillos, mi cabello estaba recogido en una larga y elegante trenza en la cual tarde la mitad de la mañana para que quedara.

Con una pequeña capa a mis hombros me aventure a ir a la entrada principal.

Para mi sorpresa varios jóvenes estaban esperando elegantemente los carruajes, me sentía rara viendo cuantas personas esperando poder asistir a la fiesta del duque.

—Llegas tarde.

Volteé sobresaltada a la voz que hablo detrás de mí. Encontré a una joven con el cabello recogido en varias coronas de trenzas y un elegante vestido parecido al mío pero de color verde hoja con contrastes negros en los bordados de flores.

—¿Regina?

La joven miró sorprendida para después soltar una alegre carcajada.

—Parece que no me reconocías —comentó divertida.

—No miento cuando te digo que te ves muy bien —contesté admirando su hermoso maquillaje que lograban hacer resaltar sus ojos.

Me contesto con una sonrisa agradecida, se acerco y tomó mi brazo galanamente.

Nos reunimos con los demás jóvenes quienes iban parecidos en su vestimenta así que me sentía más relajada al ver que no era la única con esas tipos de prendas.

Una cabellera plateada se acerco lentamente a nosotros.

—¿Thais? —preguntó admirada Reg.

El joven se veía mucho más guapo que los días normales, su traje era muy simple pero elegante, el color blanco combinado con negro hacia resaltar sus ojos rosas de una manera llamativa, llevaba puesta un conjunto de pantalones y playera blanca a diferencia de su chaleco negro y su gabardina que poseía ambos colores en sus costados. Portaba unas botas que parecían recién enceradas de color negro.

Al parecer lo único que lo distinguía era su rebelde cabello que al parecer había intentado ser aplacado sin éxito.

El joven llego a nosotras con mirada de pocos amigos cuando miro a la multitud de la que salía.

—Odio estos eventos...

—¿Entonces qué haces aquí entonces? —preguntó Reg sin reservas.

Obtuvo una mirada de intriga de su parte pero antes de contestarnos dirigió su mirada a mí, abrió su boca pero la cerró al instante, lo único que hizo por lo siguientes segundos fue intercambiar miradas entre nosotros.

—¿Preparados para el evento?

Una cuarta persona apareció ente nosotros, a diferencia de todos los demás él estaba vestido normalmente.

—¡Malik!

Todos nos sentimos un poco incómodos al verlo normal y nosotros elegantes.

—Está bien —se encogió de hombros—.También recibí una carta pero por desgracia mis padres salieron de viaje y Jenn quería visitar a sus padres así que me pidió que la acompañara.

—¿Está bien que no asistas? —preguntó Thais.

Su única respuesta fue una sonrisa despreocupada.

—Con ustedes es más que suficientes para averiguar lo que necesitamos —su voz sonó seria pero su mirada transmitía cautela—. Deberías tener cuidado Aisha.

Encogí los hombros pero sabía a lo que se refería así que asentí solemne.

Con una sonrisa se despidió dejándonos solos nuevamente.

—Pensé que no recibió la invitación —comentó pensativa Reg mientras lo veía a lo lejos.

—Supongo que realmente no quería ir —completó Thais restándole importancia.

A veces ninguno de nosotros sabíamos que pensaba Malik pero el parecía feliz al no asistir o al menos no parecía impórtale mucho no hacerlo, era su amiga pero sus reservas eran muy fuertes.

—¿Podemos ir en un carruaje los tres? —pregunté desviando la conversación.

Los dos jóvenes se extrañaron por mis palabras pero terminaron asintiendo.

Para nuestra suerte dejaron que los tres viajáramos en un solo carruaje a pesar de no estar del todo convencidos pero accedieron.

La Trampa de la DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora