~ -¿Has aprendido la lección?- Le pregunte en tono fuerte a la vez que pasaba mi mano desde su espalda hacia sus nalgas acariciándola repetidamente, a lo que ella dijo con decisión -¡NO!- (esta perra está loca seria el meme que describiría la situación). En este punto no sabía de qué otra manera castigarla por la falta de experiencia; así que opte por llevar mi mano libre hasta su vagina para darle un poco de estímulo a la vez que me dispuse a darle una nalgada más fuerte (ahora si pude ver mi mano marcada en su nalga), se le puso bastante roja así que decidí darle un poco tiempo para darle otra una vez más.
Le pedí que se colocara de nuevo de rodillas y que se pusiera de pie, me coloque de espaldas a ella y bruscamente la lleve hasta la pared y la pegue a la misma con decisión, la tome por el pelo y con mucho tacto empecé a pasar mi pene sobre sus nalgas mientras le susurraba al oído...
-Desde un principio supe que lo querías dentro de ti, pero eres tan sumisa y pasiva que no podías ni pedírmelo. Desde que leíste esa historia que escribí me empezaste a desear, y no preguntes como lo sé; confórmate con saber que tú espera acabo, que tus días o noches tocándote mientras fantaseabas con que yo te lo hacía acabaron-.
-Quien se iba a imaginar que hoy una mujer como tú me apoderaría y tendría el privilegio de obtener mi virginidad-.
Ella estaba temblando un poco porque si me metí en mi papel dominante, pero ya no había vuelta atrás, estábamos a nada de que nuestros cuerpos emprendieran un viaje por todo el éxtasis acumulado del momento. Ella no se quedó callada o lo que dije, sabía que ella diría algo pero no imagine que podía ser, aun temblando se pegó a mi cuerpo y se inclinó un poco pegando su frente a la pared y exclamo en tono fuerte...
-¡VAMOS, HAZLO YA, HAZME TUYA MALDITA SEA! Quiero más de ti, porque SI ansió y deseo que metas tu pene en mí-.
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Podía ver en tu rostro... como tus gotas de sudor brillaban como perlas
FantasyBasado en un hecho real alternativo con una chica que me gusto, pero que de la nada nació un deseo sobre los cuerpos de cada uno y nuestras almas desgarran nuestros pechos para conectarse mediante el sexo.