TAEHYUNG
Todas las mañanas sin falta salgo a caminar, junto con mi fiel amiga: una cámara Leica M—Rangefinder, aunque tengo una Leica M6 no salgo siempre con ella porque es de rollo y no puedo revisar las fotos al momento. Soy adicto a las cosas hermosas y si en mi recorrido encuentro algo que llame mi atención tomo una foto, al llegar a casa si no tengo tanto trabajo podré pintarla, pero casi siempre tengo mucho trabajo.
Hoy el único pendiente que tengo es pintar un cuadro, por lo que mi recorrido no duraría mucho pues tengo que aprovechar la luz del sol que entra por la ventana de mi estudio para poder pintar a la perfección. Tomo unas cuantas fotos de personas en el parque, una en especial es una pareja con tez extremadamente blanca que llama mi atención, parecen de porcelana, sin pedir permiso les tomo una foto y sigo mi camino. Veo una que otra flor hermosa y las fotografío, antes de seguir mi camino reviso lo que llevo hasta el momento, pero por alguna razón las fotos de la pareja no se ven, quedo sorprendido, pero no le tomo gran importancia, igual y es la cámara o algún efecto de la luz.
Camino hasta mi cafetería favorita, puedo llegar a ese lugar con los ojos cerrados, un pequeño lugar, con un acabado rustico, no es muy grande el, pero es muy agradable, el olor a café me invade al entrar, y aunque no me gusta mucho el sabor del café su aroma es lo que me fascina. Hay una pequeña fila para ordenar así que mientras reviso de nuevo la cámara pues ya son varias veces que me pasa, tomo fotos de personas y es como si no existieran, pronto me toca pedir mi orden, hoy se me antoja un Rooibos Chai, se trata de un té cuya base es un rooibos sudafricano, que es un arbusto con pequeñas flores amarillas, sus hojas se mezclan con jengibre, regaliz, cardamomo, anís estrellado, canela, pimienta negra, almendras y manzanas.
¡Es simplemente irresistible! La señorita que me atiende es muy amable conmigo. No puedo evitar fijarme en su tez pálida, igual que las personas del parque, recordé las historias de vampiros que leía y negué mientras sonreía, quizás ya me había hecho daño estar tanto tiempo encerrado y pintando.
“Los vampiros no existen”
Tomo mi té y me siento en una mesita para dos personas cerca de la ventana, la mañana es hermosa. Me gusta ver a la gente pasar, a veces ni siquiera las miro a ellas si no a sombras detrás de ellas o podría decirse ¿espíritus?, es tan raro porque soy consciente de que no todos pueden verlas, al principio me aterraba la idea de verlas, ellas no saben que yo puedo escucharlas y percibirlas porque las ignoro la mayor parte del tiempo. Aunque cuando las miro me distraen por completo.
Terminó mi té antes de que se me haga más tarde, apenas son las 9:30 a.m., así que regreso tranquilamente a mi departamento para empezar con el trabajo de hoy.
Mi departamento es algo grande para un soltero de 24 años, vivo sólo, pero elegí un lugar grande porque amo tener espacio para trabajar a gusto en mis pinturas, tomé una buena decisión al elegirlo. Tiene un estudio amplio con un gran ventanal que brinda mucha luz natural y un estudio para tomar fotos y un pequeño cuarto oscuro poder revelar las que tomo con cámara de rollo, si hago un balance del espacio del departamento parece más bien un lugar de trabajo que un hogar, no me quejo, siempre está todo bien ordenado.
Empiezo a acomodar lo esencial para hacer la pintura que me han encargado, es un retrato de una niña, de más o menos 7 años, tiene el cabello largo y rubio, unos ojos color avellana llenos de vida y felicidad, lleva un bonito vestido azul, parece una princesa, me lo han encargado para recordarla siempre, la pequeña Sunny no sobrevivió a un accidente de auto, y su hermana mayor me pidió hacer la pintura, es tan difícil para mí hacer esto, más cuando veo a la niña correr por mi departamento. Su espíritu va de una habitación a otra, por más que trato de ignorarla no puedo del todo, es tan raro para mí poder verla y escuchar su risa. Siempre procuro evitar a los espíritus pero el hecho de que el de la niña este en mi departamento me hace difícil las cosas, tanto concentrarme como ignorarla.
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El último Henki
FanfictionMi nombre es Kim Taehyung, tengo 24 años y vivo en la ciudad de Daegu en Corea del Sur. Desde muy pequeño me di cuenta que no soy como los demás, ¿la razón? Tengo la habilidad de ver espíritus. No estaba seguro si era algo bueno o malo, así que conf...