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Taehyung

—Y sobre quienes participarán es bastante obvio que el rubio no —dijo Yoongi seriamente. Observé a Namjoon y Jungkook y ambos estaban de acuerdo. No es que estuviera ansioso por participar así que me sentí un poco aliviado. Pero tenía que demostrar que no tenía miedo. Aunque estuviera aterrado.

— ¿Pero por qué? —pregunté como si estuviera herido. Yoongi rió.

—Vamos niño. no tienes entrenamiento y sabes prácticamente nada de este mundo. Además todos aquí sabemos que te alivia el no participar —tragué saliva. Tenía toda la razón.

—Será mejor así Taehyung —intervino Jungkook —. Así mientras nos encargamos del vampiro tú entrenarás con mi guía.

—Si…si creen que pueda ser de ayuda estoy dispuesto a cooperar.

—Como carnada solamente —dijo Yoongi burlón.

— ¡Yoongi! —reprendió Namjoon. Yoongi solo se encogió de hombros y se puso de pie.

—Bien. Si no hay nada más que decir largo. Tengo cosas que hacer —tomó su chaqueta y caminó hacia la puerta —. Cierran cuando se vayan.

Y salió de su casa. Deben ser bastante cercanos como para dejarles su apartamento.

—No le hagas caso a Yoongi —dijo Namjoon un poco cansado —. Él es así. Olvidó el significado de la palabra amabilidad desde hace mucho.

Solo me limité a asentir. Después cada uno tomamos nuestras cosas y salimos de casa de Yoongi.

Jin

Bajo de mi moto una vez que llego a mi destino; un hospital especial para enfermedades terminales que es donde trabajo actualmente. Entro sin saludar a nadie lo cual logro leer en sus caras les sorprende pero no estoy de humor para platicar con nadie que no sea mis pacientes.

—Doctor Kim, una paciente suya amaneció grave hoy —me informa la enfermera en cuanto me ve.

— ¿Quién? —Pregunto evitando cualquier emoción.

—La señorita Lee, habitación 133 —no la dejo terminar hablar pues ya voy a paso rápido hacia la habitación dicha. Hoy es mi día de descanso pero siempre doy una ronda por las noches, si quizá hubiera llegado antes mi paciente no estaría mal.

Dejo de recriminarme cuando entro a su habitación, está dormida y enseguida siento todos sus malestares, es difícil tratar la leucemia sobre todo en fase terminal. Lo único que puedo hacer es aliviar su dolor momentáneo.

¿Por qué no puedo curarla? Realmente puedo, no es nada difícil para mí, soy demasiado poderoso para hacerlo, él problema es que ella no lo quiere y yo respeto los deseos de mis pacientes por muy difícil que sea para mi verlos morir cuando sé que puedo salvarlos.

—Podrás descansar tranquila —le prometo, enseguida tomo sus manos y siento como fluye mi poder a su cuerpo débil, al instante ella deja de sufrir, no hay dolor pero la enfermedad sigue allí. La suelto cuando ya tiene suficiente.

Salgo de la habitación sabiendo que pronto acabará su tortura, odio la parte que viene, dejar que otro doctor haga su mejor esfuerzo sin éxito alguno, la chica morirá posiblemente en la madrugada.

Me alejo para entrar a otra habitación.

—Buenas noches doctor Kim —me saluda el pequeño.

—Deberías de estar durmiendo, ¿cómo fue el día de hoy?  Pregunto tomando su expediente, mientras lo reviso él habla emocionado.

—Hoy tuve más fuerza y energía, quizá por eso aún no tengo sueño —es por mi poder, seguro le di de más.

El último HenkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora