El último Henki

26

Tae

Al entrar a aquella cabaña lo primero que percibo es oscuridad y frío, un frío que cala hasta los huesos. De un momento a otro las luces se encienden y la veo. Lleva puesto un vestido negro de seda, con tirantes finos, largo y con un escote que le quitaría el aliento a cualquiera, su cabello va suelto y es tan negro que casi se confunde con su atuendo. Su tez es tan blanca como la de un vampiro, sus ojos no podían ser diferentes, su negro logra hipnotizar si los miras directamente por mucho tiempo.

Después de lo que parece una eternidad la escucho hablar y enseguida sé que ella fue quien cantaba para mi. Su voz es melodiosa, tan dulce y atrayente.

Jungkook da un paso hacia ella y entonces lo veo todo con más detalle, un círculo rojo con una estrella dentro de él, los muebles están todos en los rincones, seis libros están tirados sin ningún orden aparente. Contengo el aliento, Akane estaba invocando demonios. ¿Lo logró? sinceramente esperaba que no, o esto se pondría peor de lo que me imaginé.

—No te muevas corazón —una advertencia simple, Jungkook y todos los demás presentes ven con determinación cada rincón de la casa, sin perder detalles —. Ni siquiera preguntaré cómo me encontraron, puedo ver que tienen a un híbrido y mira, Jung está vivo —su risa es suave e hipócrita —. Es una alegría verlos —las luces parpadean un poco y de repente estamos a oscuras. Pero eso no es problema para Yoongi y Nam, aunque ni ellos se mueven —. Un último juego.

Su voz la he sentido tan cerca de mi que volteo a buscarla sin éxito, a mi derecha están Jungkook y Jimin, a la izquierda Nam, frente a mi Yoongi y atrás Jin y Hoseok. Nadie se ha movido, las luces se prende de nuevo, los libros ya no están y ella está sentada en un sofá.

—¿Cómo? —La voz de Yoongi sale con sorpresa.

—Tengo mis trucos cariño. No eres el único veloz aquí —contesta sin tomar mucha importancia —. Ahora bien, tengo una pregunta. ¿Ustedes siete son todos? Su ejército es esto —nos señala despectivamente y ríe.

—Será suficiente con nosotros —menciona Jungkook más confiado de lo que realmente logro sentirme.

—Tan ingenuos, en especial tu Jungkook —su mirada deja de ser de burla y se torna enojada —. Seré clara, estoy furiosa porque mataron a mi media hermana y aun más porque han intervenido en mis planes. Así que acabaré con ustedes sin una gota de piedad.

Un chasquido de dedos basta para estar rodeados, una docena de demonios aparecieron de las sombras, el lugar de por sí es reducido ahora me siento atrapado por completo.

—Son “miles”—menciona impresionado Hoseok.

—¿Son qué?—Pregunto con miedo.

—Demonios usados para las guerras. Extremadamente fuertes y peligrosos —contesta Jin con extrema seriedad. Esto si es grave y aunque tengo entrenamiento  no creo ser capaz de terminar con ellos.

—Será mejor que llevemos la pelea afuera —susurra Jimin. Todos estamos de acuerdo, el problema es que no podemos salir ya que son varios los que se interponen en nuestro camino.

—Oh no, no pueden salir. La única regla que tiene este juego es quedarse dentro de la cabaña —dice triunfante —¿Es muy pequeño el espacio para ustedes? — Pregunta más que divertida. Otro chasquido y la cabaña se extiende del tamaño de los terrenos desiertos que tuvimos que cruzar para llegar aquí. Una exclamación de sorpresa se hizo presente de parte de Jimin y mía —. Es hora de que comience la diversión.

—Ya me cansé de esto. Acabaré contigo maldita bruja —Yoongi es el primero en atacar y enseguida se desata la guerra.

Por cada demonio que logramos exterminar dos más salen. Me quedo sin municiones con el primer demonio que logro matar, en definitiva son difíciles de matar, todos estamos teniendo ciertas dificultades. Jimin se ha convertido en hombre lobo, es impresionante de ver su pelaje es plateado, ha crecido unos 10 o 20 centímetros, su cuerpo está lleno de músculos. Jin y Hoseok han decidido usar hechizos y sus armas de combate.