Prólogo

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El tiempo pasa muy rápido, es ahí donde te das cuenta que lograste sobrevivir ya dos años con chicos

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El tiempo pasa muy rápido, es ahí donde te das cuenta que lograste sobrevivir ya dos años con chicos.

Conseguir empleo fue fácil, el conservarlo no tanto, ya que se sabe que tengo a familiares que no pueden comportarse como personas adultas en momentos serios. Paseamos perros, ¿para qué?, para que Choi Seohyun fuera casi arrastrada por la calle, solo porque Jin estaba de graciosito. Cuidamos niños, no nos salió, no, no les salió bien a Jimin y a Yoongi. Creímos que eramos caso perdido hasta que nos propusieron lavar la ropa, sin embargo, yo no entraba aquí, ya que, podía cagarla, quién terminó por hacerlo fue el mayor de los Kim.

Ahora parece que los vecinos nos temen, menos a Jinho claro está. Con nueve años sigue siendo un angelito.

Pude aprender a cocinar sin necesidad de tener un extintor al lado y manejar sin irme a estrellar a un árbol o lo primero a lo que me cruzara en el camino.
 
Obtuve un auto como regalo de cumpleaños número veinte, ahora soy toda una experta. Claro, fueron muchas clases que tuve que tomar, tanto con papá y con Jungkook, aquí entre nos, me gustaban más con mi chico.

Con respecto a la carrera, me sentí tan idiota al ver que lo tenía frente a mis ojos cada que los Kim venían con esas sus cosas de modelar para matar el aburrimiento. Diseño de modas, fue a la conclusión que llegué y, joder, me encanta.

En lo que concierne a Yoongi, Namjoon y Hoseok, fueron contratados en una empresa, gracias al apoyo que tuve de sus parejas en hacer ver el increíble desempeño al componer, ahora son los tres famosos raperos. No sólo eso, el primero ha estado dando clases de piano en una escuela primaria, el segundo clases de inglés y el tercero, en una academia de baile. ¿Quién lo diría?, mi mejor amigo bailarín, sigo sin creerlo.

Estoy rodeada de famosos. Kim Seokjin obtuvo muchas ofertas luego de simplemente posar como un maniquí junto con Kim Taehyung. Jimin trabaja con Hoseok, con la diferencia de que eligió el baile contemporáneo.

Mamá intentó salir con alguien y ni siquiera tenía la decencia de decirnos. Todo por cómo sería la reacción de papá al saber que tenía citas con su mayor rival al tratarse de conquistarla. Fue gracioso ver cómo lo amenazó pero no el que luego la dejara por otra. De solo recordar me hierve la sangre.

JunYong nos visita en eventos especiales o cuando tenemos el agrado de celebrar más de un cumpleaños juntos porque no pudimos por nuestros horarios muy apretados.

Nos deja a Jungkook y a mí, es nuestro tercer año de universidad. Dando lo mejor para no reprobar ninguna materia, serán pocas, pero he visto a unos de otra especialidad teniendo que recuperar o dejarla para el siguiente ciclo... qué triste.

Igual de triste que no me di ese año sabático.

Las tareas nos la dividimos para ciertos días, hicimos un horario y quién no lo sigue se queda sin comer.

Estamos más que cómodos. Nunca faltan las veces en que por accidente vemos algo que no queríamos - conste, solo Jungkook me ha visto desnuda - aún así hacemos bromas al respecto. Si, me uní a esas bromas.

Hay que estar alegres, nadie se ha muerto hasta entonces.

–¡Jung Hoseok! – dramático Seokjin hace su aparición de la cocina. Oh, oh, alguien no lavó los platos – Sabes lo que pasa.

–Sip.

Yo no estaría tan confiada, menos sonriendo.

–Bien – se cruzó de brazos – No sabrás dónde escondí tu dinero – su expresión da risa – Y me encargaré de que en la academia no te presten.

–Hyung – hizo berrinche – Venía cansado, apenas podía mover mis piernas.

–Bien follaste con Tae – vaya mierda – En ayunas y sin peros.

Trató de convencerlo yendo detrás suyo.

Todavía disfrutando de esa escena, siento el flash chocar con un lado de mi cara. Jungkook mostró una sonrisa sin nada de arrepentimiento por dejarme viendo colores. Se sentó en el posa brazos, enseñando la recién fotografía, saliendo fatal con mi cabello mal amarrado en un moño. Recuerdo el día que mostró una mía en bikini, casi se les tira encima a sus amigos por verme con agua en su boca.

–¿Proyecto?

Asintió. Si ocupaba la cámara significaba eso o solo la está ocupando porque quiere. Los ocho nos hemos puesto de acuerdo en que al ser adultos, veríamos todos esos recuerdos.

Se deslizó, quedando a mí lado – ¿Y tú?

–¿Qué crees? – rió – El hombre se puso malditamente estricto

–Sé que saldrás bien, siempre lo haces – puso una mano en mi pierna y acarició – Al igual de cómo te sientes. ¿Qué dices?

–Que terminaré en la habitación sin compañía.

A punto de desaparecer; enganchó su brazo en mi abdomen, ahora sentándome en su regazo y apretujando. Dejaba besos en la espalda, se podría decir que va mal intencionado, por lo que había dicho anteriormente, pero esto también llegaba a relajarme por lo estresante que llega ser el borrar y volver a hacer líneas y todo aquello para tener de resultado el diseño de mi estilo de prenda. Ese señor se fija en lo más mínimo, es el que me cae como patada al hígado.

–¿Vieron a Holy?

Oh si, ahora tenemos a una mascota.

–Jimin lo sacó a pasear – puso su cara de tonto.

–Gracias – salió.

Decidí arrugar la página, ya estaba sucia y aunque me enojara volver a empezar, tendría que. He sido perfeccionista con respecto a ello y por lo gran hijo de puta que llega a ser.

Al ir por un poco de agua, presencié el maltrato hacia Jung. Le moví la mano a modo de despedida y que no lo iba a salvar de esta.

De nuevo, el gran destello me aturdió.

–¿Es necesario?. Si sigues así quedaré ciega.

–Serás la ciega más hermosa del planeta, ¿qué va?, del universo entero.

–No me hagas sonrojar.

–Como digas, Choi Seohyun.

En serio lo amo.

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Juntos ²| JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora