Juntos ²| Jungkook

Capítulo 2

No tenía ni una clase, aún así desperté por el incesante ruido que mi estómago hacía, así que no tuve más remedio de encender la cocina a regañadientes, porque pensé que alguno de los chicos se había adelantado con el desayuno.

El movimiento de una silla captó mi atención, dándome cuenta de un Jin que parecía salvaje por el estilo de cabello y su ropa mal colocada. Al terminar con nuestro asunto, ellos seguían, hubo un momento en que la señora Lee, la amigable vecina que tenemos, vino a decir que no interfirieramos en sus sueños, fue más divertido ver su mueca al recibirla en una sábana.

Me he acostumbrado tanto a tener cada día este ser demoníaco y su pareja, que no necesitaba cerciorarme de que Nam bajará, por lo que a cada uno le deje su plato en frente de dónde se sientan. Es como su tradición, después de una noche de pasión, a comer juntos.

Al subir, la ducha dejaba de sonar y le daba paso al chico Jeon con una toalla alrededor de la cintura, pasando su lengua de una mejilla a otra, es así como hace que nos imagine en una situación que hará y le quite su tiempo para ir a su clase, no digo temprano porque son apenas las once y media. Su espalda desnuda el algo que quiero enmarcar.

–Así será, ¿de acuerdo? – dice, dejando caer la tela para ponerse su calzoncillo, Seohyun concentrate.

–Espero no tengas algo más planeado.

–¿Por qué lo dices? – su tono es divertido.

–Estamos hablado de ti, Jeon Jungkook, dices una cosa y sales con otra – soltó una risa.

–Te encanta. Al igual que a mí el que te pongas mis camisetas.

La intención de darme un beso, se esfumó por lo que ahora miraba, tragó y dejó en segundo plano el colocarse la que llevaría.

–Tengo que irme.

–Ten cuidado, ¿si?, no dejes que nadie se te acerque.

–Me encantan tus celos.

–¡Ya!,¡se te hará tarde!

Hizo un corazón con ambos brazos arriba de su cabeza y me dejé caer en el colchón con una sonrisa tonta.

Pensaba en seguir durmiendo aunque sea pocos minutos, luego de eso ir a ayudar en lo que sea a mamá. Antes recordé que tendría que apresurar mis asuntos pendientes para no dejarlo a lo último

Una vez más me encontraba en mi escritorio, haciendo líneas, puntos, círculos y cuando salían de la patada, borraba, borraba y borraba. Mi actitud en ocasiones que contengan estrés, era el triple o quíntuple de peor al que normalmente es, por lo que si se acercan a darme un consejo, por más pequeño que sea, los mandaba a callar. Así paso con Yoongi hace un gran tiempo, terminamos rompiendo la mesa del comedor, por suerte nadie se rompió algo.

Yacían quince papeles entre arrugados, rotos o manchados, en el bote de basura en la esquina. Hasta he llegado a llorar. Cuatro tazas de café a un lado para ayudarme a concentrar y calmar los nervios, ah si, servían en eso y en manchar el trabajo ya avanzado. Ahogué un grito, ganas de estampar mi cara en la madera no me faltaron.

Teníamos que entregar un diseño de cómo nos representamos, colores y prendas que más nos llaman la atención. Yo sé perfectamente lo que me gusta y lo que no, por ende no se me tendría que hacer tan difícil.

Me rendí y alejé antes de querer tirar cada cosa por la ventana. Iría a la casa de enfrente a distraerme. Definitivamente necesito la paciencia de Jungkook al tomar una fotografía.

–Miren quien se dignó a visitarnos – papá estaba en el sofá – Desde que estás con él no vienes aquí.

–Eres muy dramático. Nos vemos los domingos y al venir a ayudar.