02 || Renjun

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[♀)

- ¡Vamos, DaeRim! No seas mala onda con tu amiga... -se quejó MinJi mientras recargaba su cabeza en mi hombro.

- ¡Señorita MinJi, aun le faltan 20 sentadillas! -gritó la profesora para después sonar su silbato.

- ¡Ya voy! -gritó la castaña con desgano.

- Ya te dije que no paso nada -seguí haciendo mis  intentos de sentadillas.

- ¡No te creo nada! Llegaste con la cara más roja que un tomate. ¡Es obvio que pasó algo!

- ¡Señorita MinJi! -volvió a gritar la profesora.

- Lo siento -contestó y siguió con sus sentadillas.

Como había dicho MinJi, obviamente había pasado algo. Pero el simple hecho de recordarlo me inquietaba y encendía el color de mis mejillas. Tal vez no debería tomarlo tan personal, puede que me este ilusionando yo sola y él tan solo trataba de hacerme sentir mejor. Además, había sido un gesto de amabilidad. Si hubiera sido cualquier otra chica también la habría ayudado.

¡Deja de darle vueltas al asunto, Dae!

- Deja de presionarla -intervino Natsu- . Apuesto a que tú tampoco nos contarías tus aventuras con los chicos.

- ¿¡A-aventuras!? -me sorprendí al escuchar aquella palabra venir de la boca de Natsu- No, no, no, JeNo y yo no... -por dios, que vergüenza.

- Ok, ok. Sabemos que eres demasiado pura para meterte en ese tipo de cosas -me dijo MinJi mientras seguía con sus sentadillas- . Como sea, terminemos con estas sentadillas.

Natsu y yo asentimos.

Lee JeNo, sal de mi cabeza por un momento por favor.

[♂)

Hace rato que veía a través de la ventana el partido de futból que llevaban a cabo los chicos de primer año. Era mucho mejor que escuchar a RenJun hablar sobre la célula.

- JeNo -sentí un codazo por parte de mi compañero de asiento, ChanHee- . Te toca seguir la lectura -me dijo mientras me señalaba el párrafo que debía leer.

- ¿Algún problema, joven JeNo?

- No, profesor -respondí para después continuar con la lectura.

Mentiría si dijera que en realidad estaba concentrado en la partida de futból de allá afuera. En realidad, estaba pensando en ella.

Recuerdo el día en el que nos conocimos. Sus mejillas se encendieron al notar que llevaba mirándome con aquellos grandes ojos color avellana un buen rato.

Adorable.

- Muchas gracias, joven JeNo -dijo el profesor y me volví a sentar.

La veía algunas veces de reojo en la cafetería. Aquel moño violeta rosado que adornaba su media cola alta no podía pasar desapercibido ante mis ojos. No era como si yo lo buscara. Simplemente, aparecía.

Era una chica linda. Tierna. Muy tierna. Te nacía la necesidad de protegerla, como si fuera un cachorrito perdido. Aquello me recordó a JiWoo.

JiWoo era una chica que conocí cuando estaba en mis últimos años de primaria. Era algo bajita y siempre se encontraba feliz irradiando una gran sonrisa para todo el mundo. Nos hicimos buenos amigos y la traté como si de mi hermana menor se tratase. Lástima que JiWoo se mudó a Japón dos años después.

Lovely Defects; ljn • nctDonde viven las historias. Descúbrelo ahora