Lovely Defects; ljn • nct

06 || Letter

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Casi inmediatamente después de gritar mi nombre, ChanHee comenzó a ahogarse y tuve que ir corriendo a la cocina por un vaso de agua. Él lo tomó con desesperación mientras se agarraba de mi hombro.

- ¿Qué hiciste qué? -dijo con la respiración agitada.

- Solo le hice un cumplido, es todo -musité esperando que esto acabara pronto.

- No me digas que te gusta la niña esa -dijo ChanHee sin prestar atención a lo que había dicho.

Me había molestado un poco que se hubiera referido a ella de esa manera.

- Deja de decirle niña -dije sintiéndome algo fastidiado.

El castaño puso cara de indignado y bufó.

- Ahora la defiendes, qué carajos, JeNo - soltó para después dirigirse a la cocina a dejar el vaso.

- No es eso -grité restregandome la cara de frustración- . Es solo que...

- Solo que qué -me gritó desde la cocina.

- Solo se me hace tierna, es todo. No me gusta.

- Ya lo veremos -me respondió dando por finalizada aquella conversación.

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Las manos me sudaban y jugaba con el borde de las mangas de mi saco para calmar la inquietud que sentía.

El domingo había pasado demasiado rápido y ya era lunes. Un lunes en el cual deseaba tres cosas: no toparme con JeNo, que el día pasará rápido y que dejara de hacer tanto frío.

Metí mis manos en los bolsillos de mi abrigo intentando calmar los nervios (o tal vez era el frío), decidida a concentrarme en otra cosa.

- Hola.

Una voz dijo cerca de mí tomándome por sorpresa haciendo que diera un brinco.

- ¿RenJun?

●•●•●

Ambos salímos de la tienda de conveniencia acompañados de una bebida caliente; él con un café sabor vainilla y yo con un chocolate caliente. Le dimos un sorbo a nuestras bebidas cuidadosamente y en cuanto sentí el calor inundar mi boca solté un suspiro.

- Menos mal que la tenemos cerca -dijo el castaño refiriéndose a la tienda.

Asentí.

De vez en cuando me topaba con RenJun en el camino a la escuela. Al principio solo me dedicaba a escucharlo pues no tenía el valor de entablar una conversación. Simplemente me parecía extraño la cercanía repentina de un chico. Sin embargo, empezaba a perder el nerviosismo y la vergüenza. Y me había dado la oportunidad de hacerle la plática poco a poco.

- Los inviernos parecen volverse más fríos cada año -dijo para después tomar de su café.

- Eso parece -contesté- . Aunque espero que no sea así. No soporto mucho el frío -dije esbozando una sonrisa.