11 || Heart

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- Otra vez, desde el principio -ordenó la profesora de música.

El festival navideño iba a ser este viernes y Natsu había quedado con la profesora de música para ser parte del medley de villancicos. Los ensayos eran en recreo y después de clase y la pelinegra nos había literalmente rogado por acompañarla.

Esta vez hablé con mi tía sobre ello y gustosa me dejó. He de decir que Natsu y ella son como mejores amigas.

RenJun también iba a participar. Él se había ofrecido a tocar el piano.

Aun no les había contado nada a ellos sobre mi cita (o algo así) con JeNo. Una parte de mi quería guardarselo como un pequeño secreto.

- Mira lo que encontre -dijo MinJi mostrándome una caja de leche de fresa.

- Gracias -respondí tomando la cajita. La leche de fresa era mi favorita.

Por otro lado, la castaña había comprado una leche chocolatada.

- Esto es tan aburrido -dijo la castaña rodando los ojos- . Debería hacer un medley de canciones navideñas más actualizadas. Ya estoy harta de "Belén, campanas de Belén", ¡ugh!

- Creo que es la primera vez que concuerdo contigo -respondí y seguí tomando mi lechita de fresa.

- Muy bien. Tomemos un descanso -anunció la maestra y Natsu y RenJun se nos acercaron.

- Los villancicos me están matando -se quejó el chico sentándose al lado de MinJi.

- ¿Y por qué aceptaste? -contestó MinJi.

- Todas las vacaciones de navidad mi familia y yo vamos a unas cabañas en Yangdong, un pueblo de Gyeongju. Pero esta vez unos amigos y yo queríamos ir solos. Mi madre aceptó a cambio de que participara.

- Bien por ti. Yo solo me quedo en mi casa viendo dramas y atascandome en la cena navideña y de año nuevo -replicó MinJi.

- ¿Les gustaría venir?

Todas lo volteamos a ver sorprendidas.

- ¿En serio? -preguntó Natsu.

- ¿Por qué no?

●•●•●

- Por mi no hay problema, querida. Aquí los de la decisión final son tus padres -dijo mi tía e hicé un puchero.

- ¿Y tú qué crees que piensen?

- Tu madre es un amor, pero tu padre -SeungYeon rodó los ojos y continuó lavando los platos- es un caso aparte. Si se entera que habrá chicos, será un no definitivo. Pero quien sabe. Es capaz de pensar en la excusa más ridícula con tal de que te quedes.

- Es que en verdad quiero ir.

- Lo único que podríamos hacer es omitir la parte de los chicos. Lo demás ya será pura suerte.

- Muchas gracias, tía -me levanté del banco en el que estaba sentada y la abrazé.

- Eso sí, deberás hornearme unas deliciosas galletas navideñas antes de irte porque si no me muero -rió y yo también lo hice.

●•●•●

Los días cada vez se volvían más fríos y ahora parecía Rodolfo todas las mañanas con mi nariz roja.

Lovely Defects; ljn • nctDonde viven las historias. Descúbrelo ahora