03 || Cookies

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[♀)

Un estrepitoso trueno acompañado de un relámpago retumbó en el amplio espacio de la biblioteca.

- Hace algo de tiempo que no te veía.

- Si... -la verdad, esto era algo incómodo. De hecho, muy incómodo.

Desde que conocí a RenJun aquel primer día siempre se ha comportado muy amable conmigo. Algo fuera de lo común. Y no es que ser amable sea algo malo. Sino que siento que lo es un poco en exceso.

- Déjame ayudarte -me dijo y de inmediato tomó la pila de libros que llevaba. Ni siquiera me dió tiempo de negarme.

- Eh... gracias -agradecí con una sonrisa nerviosa.

El silencio se hizo presente y solo se podía escuchar el sonido de la lluvia. Volteé a verlo. Me estaba viendo con esa sonrisa. Siempre me dedicaba esa sonrisa que de alguna forma me ponía nerviosa.

- ¿Y la bibliotecaria? -pregunté al sentir que el calor empezaba a acumularse en mis mejillas por la incomodidad del momento mientras agachaba la cabeza ligeramente.

- Eso quisiera saber -respondió acercándose a mí- . Pero no te preocupes, estoy seguro de que llegará pronto -dijo utilizando aquel tono de voz tan característico. No era un tono dulzarrón, pero tampoco era demasiado grave. Era el tono de RenJun.

- Claro... -dije sin poder sostenerle la mirada y solo ví como esbozó una sonrisa sin mostrar sus dientes.

- ¿Quieres sentarte?

Asentí y ambos nos sentamos en la mesa más cercana.

- Escuché que JeNo te llevó a enfermería en brazos -soltó de repente haciendo que mis mejillas comenzaran a arder de tan solo recordar el momento- . ¿Fue algo grave?

- Eh... no -respondí torpemente- . Solo unos pequeños raspones en las rodillas.

- Y--

Justo cuando RenJun iba a volver a hablar, la puerta de la biblioteca se abrió.

- ¡Oh! No los esperaba a estas horas, muchachos -dijo la bibliotecaria ajustándose sus anteojos.

La bibliotecaria era una dulce viejita, más bajita que yo, llamada Do-Jin. Su cabello ya era completamente blanco a pesar de que no era de tan avanzada edad. Como venía frecuentemente a la biblioteca, ya había entablado una pequeña amistad con ella.

- ¡Pero si son RenJun y Dae! -dijo mientras caminaba detrás del mostrador con su morralito verde.

RenJun y yo nos acercamos al mostrador y observamos como la viejita sacaba lentamente un par de libros; lo que contenía el morralito.

- Listo... ¿qué se les ofrece?

El de pelo castaño comenzó a hablar, pero solo lo oía. Mi atención se había concentrado en uno de los libros que había sacado la bibliotecaria Do-Jin de su morralito.

●•●•●

Llevaba como 10 minutos observando aquella tarta de chocolate desbordante de frutos rojos y crema batida.

Las manos me picaban terriblemente de nervios y el corazón se me aceleraba.

- Dae, tienes que hacerlo -

Mi mente tan solo se podía concentrar en Lee JeNo. Porque si. Lo que había hecho era por él.

Había tomado prestado un recetario de postres que me llamó mucho la atención. La bibliotecaria Do-Jin iba a clases de repostería y había llevado sus libros para compartirlos con la maestra de educación física. Al parecer estaba interesada en hacer un pastel para el cumpleaños de su esposo. Quién lo diría.

En fin, ni siquiera me dio tiempo a pensarlo dos veces cuando ya estaba pidiendo el libro prestado. Y es que se me ocurrió que podía hacerle un postre como agradecimiento a JeNo.

Tomé un gran respiro y tomé el libro entre mis manos.

El simple hecho de pensar en lo que iba a hacer me hacía querer echarme para atrás. Pero sabía que tenía que hacerlo. Él había sido tan lindo conmigo y sentía la necesidad de devolverle el favor apropiadamente.

Abrí el libro.

- ¡Dae! -canturreó mi tía entrando a mi cuarto.

- ¡Yeon! -grité lanzando el libro accidentalmente hacia su dirección.

La castaña tan solo alcanzo a apenas y agacharse, resbalandose en un fallido intento de recuperar el equilibrio

- L-lo siento tanto. En verdad. Lo siento mucho. No era mi intención -dije atropelladamente dirigiéndome hacia mi tía.

Mi tía, SeungYeon, era la que cuidaba de mi. Yo vivía en Incheon, sin embargo, al decidir mis padres que está sería mi mejor oportunidad de preparatoria, tuve que mudarme con mi tía.

En verdad me sentía muy a gusto con ella. Era como una adolescente en el cuerpo de una mujer.

- Por Dios, Dae -dijo mientras la ayudaba a levantarse- . ¿Acaso quieres matarme... con un libro? -dijo completamente desconcertada al recoger el recetario.

- Si... En verdad, lo siento -volví a disculparme.

- ¿Y este recetario? ¿Quieres aprender repostería? -dijo hojeando el libro mientras se sentaba en mi cama.

- Algo así -dije sentandome a su lado.

- ¡Pero si ya cocinas como toda una chef! -exclamó SeungYeon mientras me daba un ligero codazo- Hasta tienes la mejor nota en tu taller de cocina.

Solté una risita nerviosa ante sus halagos.

Mi tía siguió revisando algunos de los postres mientras me sugería intentar algunos.

- Tía -dije con el corazón descontrolado.

- Dime.

- Si pudieras darle un postre a un chico...., ¿qué le harías?

- ¿Es el chico de la sonrisa de cachorro, verdad? -me dijo dandome aquella mirada de "lo sabía".

- Si... -musité mientras sentía mis manos sudar y mis mejillas arder.

Hace dos semanas que mi tía se había enterado que me gustaba JeNo, todo gracias a que nos lo encontramos en el supermercado y, por supuesto, actué como toda una tonta delatandome yo sola. Que vergüenza.

- Ay, pequeña Dae -suspiró dejando el recetario a un lado- . Aunque no soy una experta en el amor, creo que lo que más vale es que lo hagas con el corazón. Pero esas galletas rellenas de ganache de chocolate blanco que hay en ese libro se ven extremadamente bien.

Ambas nos reímos y nos alistamos para hacer las galletas.

JeNo, espero que te gusten.

●•●•●•●

No me gustó mucho como quedó el capítulo pero ahí está :')

Ahora con estas 'vacaciones' por la suspensión de clases debido al coronavirus, intentaré publicar más seguido.

Cuídense mucho ♡♡♡

Lovely Defects; ljn • nctDonde viven las historias. Descúbrelo ahora