Me inclino hacia adelante y le susurro sobre el cuello:
--Hola.
Harry da un respingo y hace malabares con sus cuadernos para que no se caigan. Río.
Él respira profundo.
--Demonios, Ridley. ¿Por qué andas por ahí asustando a las personas?
Pero no le contesto, porque apoyado en un casillero a unos metros de nosotros está Max, manteniendo una conversación con uno de sus amigotes, pero con la mirada fijamente en mí. La siento en mi cara. Así que finjo que no lo he visto y en vez de contestarle a Harry sonrío y le jalo de la camiseta hacia mí.
En un segundo tengo sus labios sobre los míos.
Me asusto un poco, porque mi cabeza empieza a girar y empiezo a no saber cómo respirar ahora que lo estoy besando. Me asusto… porque si no se aparta él primero yo me quedaré enganchada más del tiempo en que debo.
Porque sus labios me gustan.
Así que cuando Harry me pone las manos en la cintura y me jala contra él después de dudar un momento, me siento más nerviosa pero también más emocionada.
Y empiezo a rezar para que sea él quién se aparte primero.
Harry me aprieta tan fuerte que tengo la impresión de que me voy a quebrar en dos. Enredo mis piernas con las suyas y… ¡Oh, Dios! ¡Que se aparte ahora! Porque yo, yo seguramente no lo haré.
Entonces me doy cuenta de que me gusta Harry. Y Kimera tiene razón: Cuando alguien te gusta, solo pasa. Es para descubrir que estás enamorada cuando tienes que tomar el tiempo para descubrirlo.
Harry me gusta…
¡Mierda, Harry me gusta!
¿Cuánto ha durado el beso? ¿Diez segundos? ¿Más? Maldita sea, ya es suficiente. Tengo que hacer un acopio de todas mis fuerzas para separarme.
¿Ya he dicho yo que soy buena para la psicología? Yo quiero mirar hacia atrás para ver si Max estaba observando el beso, y así Harry seguiría mi mirada y comprendería porqué lo besé. Y no tendríamos que hablar sobre esto. Sin embargo cuando me despego y lo miro, él se lame los labios y, y, ¡Además se puso rojo! … Y yo no quiero hacer otra cosa que volver a estar en sus brazos. Y por un segundo, cuando lo veo a los ojos, puedo jurar que él está pensando lo mismo… Humm… ¿Sería suficientemente malo si lo beso de nuevo?
Cierro los ojos y tomo una rápida decisión. Miro hacia atrás, hacia Max, que nos está mirando con manchas rojas en su rostro y con los puños apretados. Y luego me giro hacia Harry, que como yo he pensado ha seguido mi vista. Pero no se ve enojado ni remotamente decepcionado. Me sonríe un poco y me jala de nuevo hacia a él, pero en vez de besarme los labios, me da un beso en la frente.
Es como… la cosa más tierna.
Me derrito.
ﻫ
--Lo siento—Le digo al tiempo en que llegamos a su moto.
Toma el casco que ahora se podría decir que es mío y me lo pone.
--¿Sobre qué?
Lo miro mientras me lo abrocha, intentando elegir las palabras.
--Humm… Por eso.
Me mira a los ojos y se pone un poquito rojo, levemente.
--¿El beso?
Asiento mientras sonrío, concentrada en las manchas rojas en sus mejillas. Me asusta un poco cuando mi primer impulso en inclinarme y besárselas. Afortunadamente mantengo mi cordura para mantenerme en mi sitio.
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Reckless.
Teen FictionRidley Sutton salta de corazón en corazón, rompiendo todo. Harry Conrad no. No la va a dejar. *Esta historia fue publicada en un blog anteriormente, con mi nombre de autor similar. *No es el Harry de One Direction. -Derechos reservados-