Capítulo 22.

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Al principio, su cálido aliento perfora mi cara, pero luego él contiene la respiración. Un segundo me está mirando a los ojos, y después él los tiene cerrados. Sus labios forman una sola línea. Suelta mis manos y retrocede un paso.
  No, no, no, no. Esto está mal. Oh, Mierda, no debí decirle nada.
--Harry.
Se lleva los dedos índice y pulgar al puente de su nariz y exhala.
--Dime que en verdad no lo hiciste.
Escucho mi respiración en el medio del silencio. Harry abre los ojos y los clava en los míos. Y no sé cómo leer sus ojos.
--¿Fue una venganza? ¿Pagarme con la misma moneda?
--¡No! Déjame explicarte.
Él me mira y deja caer los brazos a sus costados.
--Estoy aquí, ¿No es cierto?
Pues si es cierto. No sé, yo estaba esperando algo como una salida súper dramática o algo.
Pero sigue aquí.
No gritos, ni reproches, ni lágrimas. Él está ahí parado, dispuesto a escuchar mi explicación. Sigue aquí.
Oh, Harry.
--Estás aquí—Asiento entre susurros.
No me contesta.
--Yo…--Empiezo—Yo honestamente, en verdad, pensé que me habías traicionado. Pensé que estabas con Sunny. Pensé que me habías superado, así que pensé… Pensé que yo tenía qué hacer lo mismo; Tú no me querías y Max sí. Estar con él pareció… ¿Correcto?—Bufo—No lo sé. Tal vez soy solo una estúpida.
Toma aire y se tarda un poco en dejar salir su pregunta.
--¿Estuviste con Max como un día… y te acostaste con él? ¿Cómo?
--Él no es de esas personas que les gusta formar conexiones antes de.
  Arrastra los pies de un lado a otro, caminando en círculos enfrente de mí.
--Después de todo lo que él te hizo, Ridley, ¿Cómo pudiste volver con él? Te engañó. Y no ha hecho nada más que acosarte.
  Me vuelvo a encoger de hombros, sintiéndome desolada y un poco impotente. Sólo quiero correr hacia él y que me tome en sus brazos.
  Pero me quedo ahí.
--¡No lo sé…! Ya te lo dije; yo… Tú no estabas conmigo, y luego él llegó, y me sentí… querida.
Bajo la cabeza.
--Yo lo siento. Pero en verdad pensé que estabas con Sunny, y enloquecí un poquito. En verdad metí la pata esta vez. Hasta el fondo. Harry, yo… Por favor.
   Curioso, que ahora no me da vergüenza decir que lo siento. Ahora estoy desesperada por disculparme, por hacerle saber todas mis razones. Todos mis porqués. 
  Por favor, Harry, entiéndelos. Por favor.
--Entiendo.
¿Qué él hace-perdón-qué-cosa dijo?
Levanto la cabeza hacia él, mientras mi pecho se va llenando de esperanza.
--¿Qué?
--Te creo. Lo puedo ver en toda tu cara.
 Lentamente, dejo sacar el aire en mi pecho y me acerco a Harry para que terminemos con esto; Para que me rodee con sus brazos, bese mi frente y me arrulle con el sonido de su voz.
  Pero él retrocede un paso.
Mi respiración se corta.
--¿Harry?
Me mira a los ojos, y una sombra los cubre. No me gusta. Esto  no me está gustando.
--Te dije que te creo, y es cierto—Toma aire—Pero todo está hecho un lío aquí. Tú con Max, Sunny… Yo y tú. Esto…--Sacude la cabeza—Esto no se siente bien. Que tú te hayas metido con Max, que hayas sentido que yo no te quería. Que Sunny se confundiera, viendo señales falsas. Y sé que tampoco se siente bien para ti, que yo y Sunny nos hayamos besado… Esto no va a estar bien por un tiempo, ni contigo ni conmigo.
--¿Estás… rompiendo conmigo?
La última vez que utilicé esa frase, fue con Max. Yo estaba ahí, con mi semblante arrogante y una sonrisa cínica y creída pintada en mi cara, preguntándome si en verdad él estaba cometiendo el error más grande de su vida. Pero ahora… estoy destrozada.
  Oh, malditos sentimientos.
--No realmente. Te estoy pidiendo tiempo.
--¿Tiempo?
Esa palabra todavía no termina de ser aceptada en mi vocabulario.
--Sí; Darnos tiempo para respirar. Para superar esto…
Él sigue intentando explicarse, pero yo lo capto: Tiempo para cerrar las heridas, para perdonar lo que hicimos. Los errores que hemos cometido aquí.
  Para perdonar lo que hice.
Maldita sea. Debí saber cuándo se apareció en mi patio que Max no era buenas noticias. Nunca lo ha sido. ¿Por qué esta vez tendría que ser diferente?
  Un nudo en mi garganta se forma y asiento con la cabeza gacha, intentando con todas mis fuerzas que las lágrimas no salgan. No estoy muy segura de si son de frustración o de dolor.
   Todo es tan confuso.
También necesitamos tiempo para esto, me doy cuenta; Para desenredar las cosas. Para la confusión.
 Oh, mierda. Esto no se siente bien.
--Creo que es lo mejor—Dice Harry, dando unos pasos hacia mí. Levanta una mano y engancha su dedo índice con el mío. Sonríe un poco.
--Sip. Está bien.
Muy bien, eso de intentar actuar indiferente no me está sirviendo en este momento.
Y entonces, lo dice suavemente:
--No significa que no te quiera.
Creo… creo que yo también lo quiero. No sólo me gusta, creo que lo quiero, en verdad.
Y se lo digo.


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