--¡Harry, no!
Él sigue riendo a carcajada limpia y no me suelta. Me toma de la mano y sigue empujándome hacia fuera.
--¡Basta, voy a mojarme!
--¡Es el punto, amargada!
Al final él se sale con la suya; Me saca afuera de la casa, en medio de la lluvia, y cuando estamos parados en medio camino, él se inclina y besa mis labios.
--Eres un cursi.
--Y tú una amargada corta royos—Dice entre beso y beso.
Suelto una risita y dejo que llene mi rostro con sus labios.
ﮪ
Seco mi cabello con una toalla y miro de reojo a Harry, que se ha quitado la camiseta para que se seque.
Intento no alucinar mucho.
En eso mi celular suena.
--Hola—Contesto sin checar el identificador.
Harry se mete la camisa de Charlie que le he prestado y me sonríe.
Intento no alucinar más.
--Hola.
Es Josselyn.
--Quería preguntarte si querías hacer algo en un par de horas—Continúa—Tengo ésta cena familiar de la cual me encantaría escapar.
--Oh, lo siento. Pero Kimera se instala con su hermana mayor hoy, y voy a estar con ella. ¿Quedamos para otro día?
Quince minutos después, cuelgo el teléfono y miro por la ventana.
Ahora que su hermana ha cumplido la mayoría de edad hace unos días, las autoridades han dejado que su hermana se haga cargo de ella, y su hermana tiene todo listo para comenzar de nuevo en un pequeño departamento al otro lado de la cuidad, muy lejos de su antigua casa. Victoria ha conseguido un trabajo, y ya ha heredado el dinero de la cuenta bancaria de sus padres, y espera realmente que las cosas funcionen, igual que todos. Kimera, por otro lado, no está del todo lista. Porque le llevará tiempo realmente volver a hablar con su hermana, le tomará tiempo perdonarla, como también le tomará tiempo reír y aplacar las imágenes de aquella noche. Porque no dudo que tenga pesadillas, ya que yo también las tengo, a veces. La mayoría del tiempo, sueño con Kimera. Yo, entrando por esa puerta, y Kimera retorciéndose en el suelo llorando desconsoladamente, marcada de por vida, cambiada, dañada. Irremediablemente herida. A veces sueño con Kimera en una versión más joven, de catorce años, la sueño caminando por las calles solitarias de noche, asustada porque alguien está persiguiéndola. Un hombre malo. Alguien que quiere herirla.
La última versión de mis pesadillas son unos dedos presionando contra mi cuello, obstruyendo mi respiración.
Ésas son mis pesadillas. Jordan dice que tengo que hablar de ellas, que no tengo que guardármelas. Dice que hablar de ello ayuda. Yo realmente no estoy muy convencida de cómo, pero le hago caso. Porque finalmente lo he admitido: Necesito ayuda, y no voy a fingir que estoy bien.
Ya no puedo hacer eso.
Por otro lado, está mi relación con Josselyn. Es otra de las cosas que han cambiado en éstas últimas semanas. La primera vez que nos reunimos juntas aquí en mi casa, nosotras realmente no actuamos como antes. No es porque ninguna de las dos no lo intentara en absoluto o no lo suficiente. Es sólo que las cosas habían cambiado, ¿Sabes? Había pasado simplemente tanto tiempo, y nosotras estábamos gastadas. Esa vez haciendo desayuno en mi casa, me di cuenta de que no conocía a Josselyn Anne Harrison en absoluto. Y Josselyn no sabía nada sobre mí. Éramos solamente dos perfectas extrañas. Estar juntas fue incómodo, y varias veces la miraba a los ojos y me daban ganas de zarandearla de los hombros un poco, sin embargo, seguimos intentando. Tal vez en verdad no tenga un caso, porque no siento en verdad que haya nada aquí qué salvar, puesto que hemos partido por caminos diferentes. Pero en verdad quiero intentar y esperar a ver si mi camino y el de Josselyn se juntan de nuevo en las mismas vías. Quiero ver si con el tiempo ella vuelve hacia mí. Y si vuelvo hacia ella. Si nuestros caminos se vuelven a juntar.Pero si no pasa… Entonces estoy bien con ello. Porque al menos lo intenté.
Porque el amor, en cualquier de sus formas, así es;
Es un camino. Con baches, grietas, cuestas arriba y bajadas. Así es la relación que se tiene con todas las personas que están en nuestras vidas; A veces nos desviamos, a veces perdemos el camino. A veces nos rendimos y otras veces sólo nos cansamos y nos rendimos cuando estábamos a la mitad.
No podemos evitarlo. Al final las cosas pasan porque así deben de pasar.
No sé si algún día pueda recuperar mi camino con Josselyn.
No sé si mamá se desviará de nuevo.
No sé si Kimera se levantará del suelo y seguirá con el suyo.
Y ciertamente, no sé sobre Harry y yo.
No sé acerca de los caminos de todas aquellas personas que amo y que alguna vez amé.
Pero por hoy todo lo que sé, es que hoy tengo todo lo que alguna vez podría necesitar.
Hoy soy feliz.
Sonrío cuando siento el cálido aliento de Harry en mi cuello, y luego me volteo para tomar sus besos mientras me rodea con sus brazos.
--Mi pequeña imprudente--Susurra en mi oído.Unos deliciosos escalofríos surcan por mi espalda cuando se acerca de nuevo a besarme.
ESTÁS LEYENDO
Reckless.
Teen FictionRidley Sutton salta de corazón en corazón, rompiendo todo. Harry Conrad no. No la va a dejar. *Esta historia fue publicada en un blog anteriormente, con mi nombre de autor similar. *No es el Harry de One Direction. -Derechos reservados-