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Yeji miraba al niño que estaba hasta el frente del salón. Algo en él se le hacía familiar.

El niño le sostuvo la mirada por un largo rato pero la maestra interrumpió su debate de miradas para indicarle su lugar.

Se sentaría en la mesa que estaba a dos lugares frente a la suya. Su compañero de mesa lo saludó muy energético.

Claro, se tenía que sentar con Son Jooheon.

Yeji no tenía compañero de mesa. Y no era porque la maestra lo hubiera decidido así. Sino que nadie de su salón quería estar cerca de ella. La consideraban rara.

- Muy bien niños, continuemos con nuestra clase - la maestra habló con entusiasmo mientras explicaba en el pizarrón una suma.

Pasaron las horas y por fin tocaba la refacción. Hyunjin se había llevado muy bien con su compañero de mesa. Era alguien muy agradable y divertido.

Se acercó al lugar en donde la maestra había dejado su mochila. Junto a las demás en un mueble con gabinetes y ganchos para guardar materiales y colgar las mochilas.

Abrió su mochila y sacó su lonchera. Era de Pororo. Justo cuando se iba a ir se topó con alguien. Se disculpó haciendo una breve inclinación y vió que la lonchera en las manos ajenas era igual a la suya.

- Oye, nuestras loncheras son...- dejó de hablar cuando se fijó con quién había chocado. La niña con la mirada juzgadora. - Oh, perdóname. No...no te ví.

Pero la niña no respondió. Solo hizo una leve inclinación y sacudió la cabeza a modo de negación. Dió media vuelta y regresó a su solitaria mesa.

Hyunjin quería seguirla, no era bonito estar solo.

Aunque el nunca había sentido la soledad en sí, no le gustaba el aura solitaria que emanaba la niña.

Volvió a su mesa, volteando de vez en cuando a la mesa de la niña, la cual sacaba de un recipiente con forma de mariposa un pedazo de manzana.

- ¿Por qué volteas? ¿Qué estás viendo? - el compañero de mesa de Hyunjin siguió su mirada y se empezó a reír al ver lo que veía - Si estás viendo a la niña de la última mesa, te recomiendo no hacerlo. Es rara.

- ¿Rara? ¿Por qué?

- Siempre está sola. Y llegamos a la conclusión de que vive sola. Nunca hemos visto a sus papás. - Jooheon enumeraba cada cosa con los dedos - Una vez intenté hablarle pero solo me evadía. Así que si quieres intentar ser su amigo ten por seguro que no lo lograrás.

Hyunjin solo asintió a las palabras de su compañero. Siguió comiendo, quiso intentar ya no pensar en la niña pero era imposible.

Todo el día estuvo pendiente de todos los movimientos que ella hacía. Quería hacerse cercano a esa niña.

Cuando el timbre que indicaba el final de las clases resonó por todos los salones. Los niños se levantaron corriendo a traer sus mochilas.

- Muy bien, saben la rutina. Los que se van en el autobús a la derecha. A los que vienen a traer a la izquierda. - al oír las instrucciones Hyunjin inmediatamente se formó a la izquierda. Estaba feliz de poder llegar pronto a casa y contar lo que pasó en su primer día.

Su amigo Jooheon también estaba en la fila de la izquierda. Con una rápida mirada buscó a la niña en su fila pero la encontró en la fila de la derecha. De hecho, era la única en esa fila.

La maestra tomó la mano del primero de cada fila y salió del salón. Al llegar a la puerta principal muchos padres ya esperaban a sus hijos los cuales corrieron y fueron recibidos con cálidos abrazos.

- Hyunjin, ya vinieron por mí. Nos vemos mañana - dijo su amigo. Vió que corría hacía dos hombres. Uno de ellos lo cargó y el otro le daba un beso en la mejilla.

Algún día Hyunjin sería recibido de esa manera.

Luego de una media hora todos ya se habían ido. Solo quedaba él, la maestra y la niña.

- Yeji, toma tus cosas. El autobús no tarda en partir. - la maestra tomó la mano de la niña y caminaron hacía afuera del edificio en donde un autobús amarillo las esperaba. Habían muchos niños abordo pero todos eran más grandes.

- Yeji, su nombre es Yeji. - susurró el pequeño Im para sí mismo.

Vió que la maestra esperaba que Yeji subiera sana y salva para luego regresar a dónde estaba él.

- Hyunjin, ya vinieron por ti - anunció su maestra.

Frente a la puerta estaba su padre. Al verlo corrió a sus brazos. Subió y justo cuando ellos partían el autobús lo hacía también. Pudo ver a Yeji en la una de las ventanas de los asientos delanteros. Iba sola.

Su corazón se sintió pesado. Tenía que hacer algo.

- Papá, quiero irme en autobús.

El Im mayor lo volteó a ver con mirada confundida.

- Espera...¿Por qué? ¿Acaso fue por lo de esta mañana?

- No, no es nada de eso. Es solo que...- dirigió la mirada al autobús que iba delante de ellos. - Quiero ayudar a alguien.

Jaebeom sabía que su hijo tenía un corazón muy gentil. Si él decía que debía ayudar alguien el no se opondría.

- Muy bien, entiendo. Mañana iré a hablar para que te cambien al autobús.

Hyunjin sonrió ampliamente, Jaebeom pudo apreciar esa sonrisa desde el retrovisor. Amaba esa sonrisa.

......

- Bueno, señor Park. ¿Acepta este nuevo trabajo?

Park Jinyoung volvió a leer todas las condiciones de ese nuevo trabajo. Había algo que lo ponía incómodo y nervioso. No, no era algo. Más bien alguien.

Lo pensó por bastante tiempo pero luego pensó en su hija. Quería lo mejor para ella.

Dió un suspiró cansado. Volvió a revisar los papeles. Negó un par de veces para luego dar su respuesta.

- Está bien, lo acepto. Acepto trabajar en este nuevo proyecto.

" Todo sea por Yeji " - pensó para sus adentros mientras cerraba el trato con un apretón de manos con el director.

Muy bien, quería seguir narrando la historia solo con los niños por unos cuantos capítulos más pero necesitaba que tuviera un poco de drama jajajaja.

Espero que les guste.
Nos vemos en la próxima actualización.

Dejen sus bellos comentarios y estrellitas :3

Este capítulo está dedicado a: Blue_9499
por darme ánimos y porque me pidió actualizar :3

I Fall In Love, AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora