Capítulo 1

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Siendo las ocho de la mañana, mi despertador daba señal que debía levantarme.


Maldita sea.

Me llamo Matthias, pero mis amigos me dicen Matt. Tengo dieciséis años, y entro al último año de la escuela. Siempre me he sentido un poco pequeño, la verdad, sin ofender mi metro sesenta. Flaco, cero musculo, cabello negro, y ojos un poco claro, acaramelado, mejor dicho.

- ¿Matt? – me llamo mi madre desde el pasillo de mi cuarto.
- ¿Sí? – pregunté mientras me estiraba un poco en mi cama. Sabía que era tarde, pero hasta que Caitlin llegue.
-Caitlin esta abajo- terminó de decir mi madre mientras escuchaba sus pasos alejándose del pasillo.

Mierda.

Siempre me pasa lo mismo, me levanto a la hora, me distraigo haciendo algo, y ya voy tarde, no sé, se le llama ser confiado.
Terminé de cambiarme lo más rápido que pude, y baje corriendo las escaleras. Vivo en el último piso de mi casa, eso es una tortura para mi desde que nací.

-Deberíamos tener un ascensor en esta casa.
-Si trabajarás, tal vez habría uno- respondió mi madre mientras yo entraba en la cocina.
- ¿Te puedes apurar? - preguntó la castaña al verme.
-Buenos días a ti también, risueña- respondí dándole un pequeño beso en la frente.
-Deberían irse, están tarde- habló mi madre dándome una bolsa de papel con mi almuerzo dentro.
-Si querías deshacerte de mí, debiste abortar- respondí tomando la bolsa y dándole un beso en la mejilla a mi madre.
-Lo pensé- respondió ella haciéndose a un lado, para que yo saliera de la casa. - ¡Adiós, Caitlin!
-Adiós, Fernanda.

El auto de Caitlin era un pequeño escarabajo color rosa pálido. Fue un poco difícil de encontrar ese auto para la madre de Caitlin. Aún recuerdo como mi mamá llegaba a casa estresada del todo el día estar con la madre de Caitlin buscando un auto para ella. El auto era de la madre de Caitlin, y se lo dio a mi mejor amiga, cuando pudo tramitar su licencia de conducir.

- ¿Subirás? – preguntó la castaña. - ¿O quieres invitación? – ella ya estaba dentro del auto, en el asiento del conductor, con las manos en el timón.
-Al parecer alguien se ha levantado con cara de odiar la vida- respondí al entrar al auto, dejando mi mochila en la parte trasera.
-Solo te odio a ti- respondió ella sarcásticamente, poniéndose en marcha hacía la escuela.

Yo solo reí un poco mientras abría mi bolsa de almuerzo, compraría algo en la cafetería de la escuela para almorzar.
Mi madre me había puesto un sándwich de pollo, lechuga, y muchas papas.

-Se supone que ese es tu almuerzo- habló Caitlin, abriendo un poco la ventana del auto.
-Se supone que deberías conducir- respondí dándole una mordida al sándwich.
-Esta en rojo- respondió ella. -Invítame un poco, mejor amigo.

Volteé arqueando una ceja, mientras masticaba un pedazo de mi sándwich.

- ¿Ahora soy tu mejor amigo? – pregunté sarcásticamente. Le estire un poco en sándwich para que ella pudiera morder un poco.
-Mi madre nunca me hará un almuerzo- respondió Caitlin, riendo.
-Mi madre seguirá creyendo que soy un bebe- hablé mientras ella empezó a conducir, la luz estaba verde.

Seguía comiendo mi sándwich mientras veía las tiendas por la ventana. Hace tiempo que no hacía comprar con Caitlin. Antes era algo de todos los sábados, shopping en la mañana, almuerzo, y tarde de películas. Ahora, lo hemos dejado un poco, hablamos más por teléfono, y estamos viendo las universidades a donde ingresaremos, eso nos quita tiempo para nosotros.
Mis ojos se desviaron a un short de Jean rasgado. Pero una moto de atravesó entre mi futuro short, y yo. Observé al chico que estaba sobre la motocicleta. Un chico un poco alto, con pantalones pegados, y polo maga cero.
La luz se puso verde, y el chico desapareció. Caitlin avanzó otra vez.

-Parece que viste un fantasma- habló ella mientras masticaba.

Yo estaba a punto de responder, pero el hecho que Caitlin estaba masticando llamo mi atención. Mire mi sándwich, que ya no estaba.

-Maldita sea, Caitlin- hablé poniendo mis brazos cruzados. -Te terminaste mi sándwich.
-Estabas mirando a otro lado- respondió ella riendo, -Alguien debía hacerse cargo de ese Sándwich.
-Desgraciada.

Caitlin estacionaba el auto mientras yo tomaba nuestras mochilas, cuando el auto estuvo apagado, le di a Caitlin su mochila.
Bajé del auto por la puerta del copiloto, y vi la misma moto del chico con el que nos habíamos cruzado hace un momento.
Caitlin y yo caminamos por los pasillos de la escuela, llegando a nuestros casilleros. Teníamos cursos diferentes, porque estudiaríamos carreras profesionales diferentes, y bueno, en mi escuela te preparan para los cursos que tomaras en la universidad, así no se hace un martirio.
Me despedí de ella, tomé mis libros y caminé hasta mi salón de clase. Normalmente me sentaba en el medio de todos, pero pegado a la ventana. Me gustaba el aire fresco mientras estudiaba. No me consideraba un ratón de biblioteca, pero me preocupaba por mi futuro profesional.
Observé a lo lejos como un chico alto, con el buzo de la escuela entraba al salón de clase. Tenía el cabello rubio desarreglado, de recién haberse bañado. Y se notaba tenso, como si recién hubiera entrenado, lo cual era cierto. Max estaba tratando de entrar al equipo oficial para representar a la escuela, y así conseguir una beca por deportes. Él tomó el asiento al lado mío. Aunque ya nos habíamos visto todo el verano, igual lo abrace al verlo.

- ¿Qué tal te fue? – pregunté un poco emocionado.

Él solo esbozo una pequeña sonrisa, mientras miraba la carpeta. Luego me miró a mi asintiendo con la cabeza.

- ¿Te aceptaron? – él seguía sonriendo y asintiendo sin hablar. - ¡Oh por Dios, Max!

Volví a abrazar a mi mejor amigo, estaba muy emocionado por él, se merecía todo eso y más. Max y yo siempre hemos tenido una relación de amigos muy mimosa, desde siempre. Él era como mi hermano mayor.

-Te lo mereces.

Max solo me dedico una pequeña sonrisa. Sí, el rubio estaba emocionado.

- ¿Matt podrías dejar de colgarte de Max como si fueras un mono? – preguntó el profesor mientras entraba al salón. Yo asentí tomando asiento, mientras Max solo se reía. -Bueno chicos, ustedes me conocen, saben cómo es mi clase, y como soy yo...

Pero el profesor fue interrumpido por un chico, quien había tocado la puerta del salón.

- ¿Puedo ayudarte? – preguntó el profesor acercándose al chico. Tuvieron un pequeño intercambio de palabras. Max decía unas cosas sin sentido, ya que estaba muy concentrado en el muchacho de la puerta, como si lo hubiera visto en otro lado antes.

- ¿Me estás haciendo caso? – pregunto Max, mientras tomaba mi hombro.
-No, lo siento, Max- respondí, mientras tomaba mi lapicero. -Tuve un dejavu.

- ¿Sobre qué? – preguntó el rubio, pero no pude responder, el profesor me corto.

-Chicos- habló el profesor con un papel en la mano. -Este es Benjamín Qithe, y será su nuevo compañero de clase este último año- todos observaron al chico con pinta de matón parado frente a toda la clase, podía escuchar pequeños susurros de las chicas sobre él, pues no estaba nada mal. -Puede tomar asiento, Benjamín.

El nombrado tomo asiento, dos filas atrás de mí. Max solo se reía de los susurros de las chicas.

-Bueno, haremos un trabajo del libro, abran la página treinta y dos...
-Eh- susurró el nuevo. -Profesor- el profesor lo observó, -Aún no me dan los libros, los recogeré la semana que viene.
-Está bien, Benjamín- respondió el profesor, yo solo rodé los ojos, el profesor me miro.

Por favor no, por favor no, por favor no.

-Matt- me llamó el profesor, yo levanté la cabeza de donde me había ocultado. - ¿Por qué no ayudas a nuestro nuevo compañero?

Asentí mientras me ponía de pie y tomaba mi libro. Max me miro en forma de burla, solo atine de darle una manaza en el cuello.

-Y sin violencia, Matt- habló el profesor sentándose en su escritorio.

Mierda.

Mesenté al lado de este chico que tenía un aroma muy agradable para la aparienciaque tiene.

-Hola- saludé estirando mi mano, él solo me miro, y luego regreso su mirada asu celular. -Me llamo Matt, un gusto.

Volví a sonreírle, pero ahora él solo tomo el libro que tenía entre mis manos,haciendo como si yo no existiera.

Creído.    

BAD CLASSMATE [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora