Capitulo 17

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MATT

El sonido de las olas relajaban mis oídos, y el olor a brisa marina llenaba mis fosas nasales, mientras que el viento tocaba mi piel, haciendo que esta se erizara. Pegué mi cuerpo un poco más hacia el de Benjamín, buscando calor. Él me abrazo un poco más fuerte, mientras se apoyaba en sus brazos.

-Hace un poco de frio- habló él. - ¿No crees?

No respondí, solo sonreí como idiota antes de asentir con la cabeza, mientras me abrazaba más al brazo del ojiverde.

-Vamos a casa- respondió Benjamín mientras se ponía de pie, y luego estiraba su mano, para ayudar a levantarme.

Cuando estuve de pie, él rodeo mis hombros con su brazo, y en la otro tenía sus zapatillas colgadas. Solté un pequeño bostezo, él se rio.

- ¿Sueño, pequeño? – preguntó el ojiverde, mientras me dedicaba su mirada.
-Un poco- respondí -Casi me quedo dormido en la playa.

Antes de decir algo más, sentí el brazo de Benjamín, tocar mis piernas, mientras me cargaba cual novia.

- ¡Bájame! ¡No! – grité llamando la atención de algunas personas a mi alrededor. Él solo negó con la cabeza mientras seguía caminando.
- ¿Sabes que solo acepte ser tu novio, mas no ser tu esposo? ¿verdad? – pregunté, él solo sonrió.
-Probablemente más adelante- entonces él soltó una risa fuerte, por la mirada un poco achinada que le había hecho.

La música era muy fuerte, eso llamó mi atención, dejando la mirada de Benjamín para enfocarme en la casa de Roger. Esta casa estaba llena de muchachos, algunos de nuestra escuela, al parecer habían hecho una fiesta.

-Yo quería dormir- comenté, y Benjamín suspiró, mientras hacia una mueca gracias de "¿qué podemos hacer?".

Entramos en búsqueda de nuestros amigos, fuera de la casa había gente, pero dentro era un mercado de ambulantes. Era casi imposible encontrar a alguien en este lugar.

-Están en la cocina- dijo Benjamín. Bueno algo imposible para alguien como yo, nada imposible para alguien como Benjamín.

El entrar a la cocina, era un poco complicado. Benjamín tuvo que empujar a un par de personas, para poder llegar. Caitlin nos sonrió cuando nos vio.

- ¡Chicos! – habló ella, y vio que Benjamín me tenía de la mano. Y aunque no dijo nada, porque ya habíamos tenido aventuras mucho antes de estar juntos, oficialmente, sabía que se moría por preguntar.
- ¿Qué sucedió aquí? – pregunté.

Vi que Caitlin iba a bajar de donde estaba sentada, pero al parecer piso mal, y casi se viene encima del piso, pero Benjamín y Max, quien salió de la nada, la agarraron antes de que su cara chocara con el piso.

-Estas muy ebria- hablé más para mí, que para los chicos.
-La llevaré a una habitación- habló Benjamín.
-Te ayudo- le dije mientras sostenía un brazo de Caitlin.

Mientras Benjamín la llevaba cargada, como me tenía a mí antes de llegar a la casa, yo espantaba a la gente, para que se quitaran del camino. Al final, el subir las escaleras no fue tan difícil, como le llegar a ellas. Dejamos a Caitlin en su cama, y cerramos la puerta con llave, por seguridad, uno nunca sabe que pueda pasar.

- ¿Enserio quieres volver abajo? – preguntó Benjamín, y lo miré algo confundido. -Me refiero a que podemos encerrarnos en nuestra habitación, así...
- ¡Benjamín! ¡Hermano! - la voz de Sam interrumpió la idea de Benjamín -El equipo esta abajo, ¿no quieres acompañarnos con unas cervezas?
-No, yo...- respondía Benjamín, pero ahora yo lo interrumpí.
-Sí irá- respondí, el ojiverde abrió sus ojos como platos, mientras negaba un poco la cabeza -Creo que será una oportunidad para que gane puntos en el equipo.

Benjamín bufó mientras Sam solo asentía con la cabeza. El castaño me dio su cerveza mientras tomaba a Benjamín del brazo, y lo jalaba hacia las escaleras.

-Nos vemos, gruñon­.

Quiñé el ojo mientras Benjamín era bajado por las escaleras en contra de su voluntad. Sentí que alguien tocaba mi hombro, y volteé a ver a un rubio, con los ojos rojos.

-Max- hablé -Pensé que estabas abajo.
-Ven- habló él, mientras me tomaba del brazo, y me jalaba hacia el lado del bar.

Cuando llegamos, quitó la cerveza que Sam me había dejado, del cual no tomé ni un sobro, y la dejó en la mesa. Entonces, Max empezó a servir pequeños shots de tequila.

-Estás loco si crees que voy a tomar eso- hablé, él solo se burló un poco.
-Los dos tomaremos esto- respondió él -Eres mi mejor amigo, y no nos hemos dado una buena borrachera en un buen tiempo- y extendió su brazo, dándome el shot. - ¿Listo?

Yo asentí, entonces Max entrelazo nuestros brazos, y tomamos el shot. Me quemó la garganta, entonces tomé el limón, y la sal.

-Odio tomar así- respondí, él se volvió a reír.
-Tenemos toda una botella, cariño.

2:30 A.M.

Estaba sentado en la cocina, con la mirada perdida. Hace un buen rato había perdido a Max. Toqueteé mi bolsillo, para encontrar una caja de cigarros, de no sé quién. Solo prendí uno, y fumé un poco antes de levantarme.

No sé si fue un presentimiento, o una señal de salir a la sala de la casa, porque Caitlin estaba ahí, llorando en el sillón junto a Max, quien tenía otra botella de tequila, para variar.

Corrí hacía Caitlin, y ella seguía sollozando, mientras trababa de articular palabras, pero salían como si fueran lamentos.

-No debes darle trago, Max- hablé un poco más consiente que esos dos.
-No le he dado nada- respondió negando con la cabeza.
-Cait- la llamé, ella solo cerró los ojos, -Cait, escúchame- la volví a llamar, ella abrió los ojos media ida aún.
-Tengo sueño- respondió, mientras absorbía sus mocos, y sus ojos rojos de tanto llorar.
-Échate aquí- respondí mientras la acomodaba en el sillón, entonces escuche como su respiración se calmaba, entonces Caitlin estaba dormida.
- ¿Has visto a Benjamín? – pregunté, Max hizo una señal de que lo había visto arriba, yo asentí mientras me ponía de pie -Cuídala.

Subí las escaleras casi corriendo, al contrario de hace unas horas, ahora estaba más despejado. La gente estaba tirada en el piso, durmiendo. Llegué al segundo piso, pero no había rastro de Benjamín, solo gente besándose entre ellos. Caminé, y entonces la idea de Benjamín durmiendo en el cuarto llego a mi mente, pero cuando abrí la puerta de nuestro cuarto, sí, Benjamín estaba ahí, haciendo una inspección bucal a una rubia plastificada encima de él. No dije nada, solo miré unos segundos antes de cerrar la puerta con fuerza. Benjamín sabía que los había visto.

Bajé las escaleras corriendo, tipo maratón. No quería estar en esta casa desde un principio.

Mierda.

Me queje por la caída que me brinde al salir por la puerta. Me corté el brazo con una botella que estaba rota en el piso, y entonces volví a correr a la playa, y corrí hasta llegar a una pequeña palmera, sin sentido, en medio de la nada, y entonces me tiré en la arena, y dejé que mis lagrimas saliera, estaba triste, y dolido, más lo último. Realmente creía que estábamos hechos el uno para el otro, es por esto cuando dicen que uno es joven aún para saber de amor. Yo solo me sentía roto. Me acurruqué un poco, por el frío, y entonces quedé dormido.

BENJAMÍN
4:00 A.M.

- ¿Sabes algo? – pregunté cuaco vi a Sam llegar. Él negó con la cabeza.
-Nada, hermano- respondió mientras se sentaba a mi costado -Aparecerá, tranquilo.

Cubrí mi rostro con mis manos, está molesto, estaba asustado, pero estaba triste. Lo que Matt vio, aunque no es excusa, no fue cien por ciento real. Yo estaba drogado, y tomado. Taylor me llevó a mi cuarto, ella dijo que me ayudaría a encontrar a Matt, y yo estaba muy inconsciente.

Caitlin caminaba de un lado a otro, mientras seguía llamando desesperada, hasta que tiró el celular hacía el piso, y se sentó a mi costado, rompiendo en llanto. Max la abrazo.

Yo tomé mi chaqueta y mientras me la ponía caminaba a la puerta de la casa. Entonces escuché la voz de Max.

- ¿A dónde crees que vas? – preguntó el rubio.
-A buscar a Matt- respondí mientras abría la puerta.
-Sabía que le harías daño- soltó, y entonces me detuve. -Lo sabía desde que te vi por primera vez.

Solté un sonido de queja mientras daba la vuelta, y lo observaba, estas jugando con fuego, Max.

-Algo me dice que tú tienes que ver con todo esto- respondí acercándome. -Y te juro que, si así es, te romperé la cara.
- ¿Siempre tienes que resolver todo así? – preguntó Max, sarcástico -Verdad, que tu familia siempre resuelve las cosas así.
-Max, te estas pasando- habló Caitlin, poniéndose de pie.
-No, Caitlin- habló Max, sin despegar su vista de la mía -Sabemos que eres peligroso, Benjamín- habló Max - ¿Pero cuan peligroso puedes llegar a ser?
- ¿A qué te refieres? – preguntó Caitlin.
- ¿A qué me refiero, Benjamín? – preguntó sarcástico Max, mientras las miradas de Caitlin, y Roger estaban sobre mí.
- ¿Dónde está tu hermano, Benjamín? – preguntó Max acercándose a mí - ¿No está fuera de la ciudad?
-Sí- respondí por lo bajo.
- ¿Enserio? – preguntó Max - ¿De vacaciones? – se acercó más a mi - ¿O está huyendo?
-Cierra la boca- hablé acercándome a él.
-No creo que deberías meterte en la vida de los demás, Max- respondió Caitlin, cruzando sus brazos.
-Sí, cuando sé que Matt se está metiendo con un criminal- respondió Max, - ¿O me equivoco?
- ¿Benjamín? – me llamó Caitlin -No entiendo.
-La familia de Benjamín está metida en el tráfico de drogas e diferente países, Caitlin, terminará mal, y arrastrará a Matt con eso.

Antes de poder defenderme, Roger se acercó a mí, y corto toda la conversación.

-Deberías irte, mi padre es policía, y no quiero que te vea- habló Roger -Vete de una vez.
-No me iré hasta encontrar a Matt- respondí.
-No es necesario que me esperes- y solo la voz sonó como un relajante para mis oídos.
-Matt- hablé, y me traté de acercar.
-Creo que te han dicho que te vayas- habló él -Quiero que te vayas, Benjamín.

La mirada de Matt era diferente, estaba apagada, e hinchada. Tal vez lo hice llorar, no lo sé.

-Hey- hablé acercándome un poco más.
-Aléjate- respondió él -Quiero que te vayas de mi vida, te odio.
-No- respondí tomándolo de los hombres -Tú me quieres, y yo también.
-Benjamín vete- me respondió -Te lo ruego, vete, no me hagas más daño.

Sus ojos estaba húmedos, al parecer volvería a llorar, y mi pecho empezaba a arder de una manera descontrolada.

-Matt- hablé, él volvió a negar con la cabeza -Por favor.

Sentí las manos de Matt tocarme los brazos, y los jalo hacía abajo, para soltarlo. Entonces camino para alejarse, pero tomé su brazo, y lo pegué a mi cuerpo, juntando nuestros labios, él me empujo, y sentí su mano chocar con mi mejilla con fuerza, y un sonido fuerte en toda la sala. Matt me había tirado una cachetada.

-Lárgate de una vez.
-Llamé un taxi- habló Roger mirándome, -Toma tus cosas, tienes diez minutos.

Subí casi corriendo las escaleras para tomar mi caja de cigarrillos, y lavarme la cara. No había traído nada, todo era de Matt, pero la tensión abajo era demasiada.

Escuché le claxon, y bajé las escaleras. Caitlin le estaba curando una herida a Matt desde el sillón, entonces me acerqué a ellos. Me puse de cuclillas frente de él.

-Vámonos juntos, Matt- hablé, y sonrió sarcástico.
- ¿Qué? – preguntó confundido.
-Vámonos juntos de aquí.
-No- respondió él, mirando a otro lado.
-Por favor, Matt- hablé, él regreso su mirada, otra vez el claxon -Vámonos juntos.
-Necesito que te vayas, Benjamín- habló Roger.
-No me iré sin Matt- respondí.
-Sí lo harás- respondió Matt -Por lo menos has eso bien conmigo.

Asentí, y caminé hacia la puerta, volví a mirar a Matt, susurré un te quiero, pero él solo bajo la cabeza, y salí de ese lugar.

Cuando llegué al taxi, solo lloré. No me había sentido así desde el día que mi padre murió. Me sentida vacío, y devastado. Matt no volvería conmigo nunca.


MATT
6:00 A.M.

Entré a mi casa, y solté un suspiro de cansancio mientras me sacaba los zapatos. Caminé a la cocina, y tomé una manzana. Subí las escaleras, mientras mordía la manzana.

- ¡Mamá! – la llamé, pero no contestaba, era raro que este durmiendo aún.

Entré a su habitación, y todo estaba tan arreglado, era demasiado perfecto, como si mi madre nunca hubiera estado ahí, pero entonces el agua toco mis pies, entonces caminé hasta el baño para cerrar la cañería. Solté la manzana, esta dio unos rebotes antes de dejar de moverse como el pecho de mi madre.

-Mamá- la llamé mientras caía a su costado -Mami- la volví a llamar, su piel estaba fría, mi cuerpo empezó a temblar.

Tomé mi teléfono, y marqué a emergencias, mi voz temblaba, mis lagrimas volvieron a salir de mis ojos.

-Necesito una ambulancia para la calle treinta y uno de california- respondí -Mi madre está muerta.

Lo último lo dije casi sin voz, solo me apoyé contra ella, y empecé a llorar con mucha más fuerza. Me hice una bolita buscando el calor del cuerpo frío de mi madre.

-Mami- la llamé otra vez, con esperanza de que me respondiera, pero era imposible, mi madre se había ido.

El sonido de la ambulancia me mareaba, sentí unos brazos levantarme, mientras me separaban de mamá. No quería, no quería que me la quiten.

- ¡No! – grité - ¡Mamá! ¡No!
-Todo está bien- habló un oficial agarrándome -Por favor cálmate.
-Mama- volví a susurrar, y entonces volví a llorar.

Vi como metieron a mi madre dentro de un saco y la subía a la ambulancia, había un pedazo de papel en el piso. Me agaché para levantarlo.

Leucemia.

Cerré mis ojos con fuerza. Mi madre se había ido, y no había luchado, aunque tendría sus razones, no creía que fuera justo.


BAD CLASSMATE [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora