BENJAMÍN
La necesidad de ir a buscarlo me carcomía vivo. No quería hacerlo aún, quería darle el tiempo que Matt necesitaba, así que solo lo llamaba, o le hablaba por redes para saber cómo estaba, pero nunca me respondió. Y después de una semana, creo que estuvo bien, ahora debo ir a buscarlo. Tomé mi chaqueta, y me la puse, agarré mi casco, bajé rápido las escaleras. Francesco justo entraba.
- ¿Vas a salir? – preguntó él. Él que Matt me "dejo" le conté a mi hermano, en realidad él fue el de la idea de darle su espacio.
-Iré a buscarlo- respondí caminado hasta él. Francesco sonrió dejando su chaqueta en el sillón. -Espero que me haga caso.
Escuché una pequeña risa de parte de Francesco, se estaba burlando de mí. Lo miré rodando los ojos, él se volvió a reír.
-Pareces un niño buscando su juguete favorito- respondió él -Y sí te hará caso, despreocúpate.
Suspiré, y susurré un adiós, mientras salía de la casa. Me puse el casco, y subí a la moto. Siguiente destino: Casa de Matt.
No sabía ni si quiera si me recibiría bien, o si tal vez quería verme. ¿Me extrañará? ¿Me besara? ¿Me tirara un jarrón por la cabeza?
La idea de ver a Matt después de una semana no me asusta, me aterra. Es el hecho de cómo hemos "terminado" así sin más, aunque nunca habíamos empezado nada serio, estábamos camino a eso. Pero, como siempre, el destino odia verme feliz.
Sin darme cuenta, estaba en la calle de la casa de Matt. Esto fue una mala idea, esto no debería ser así. Estaba muy nervioso, como si fuera a tocarle la puerta al rey de Inglaterra.
Suspiré mientras bajaba de la moto. Había llegado, y mis manos estaban sudando. Maldita sea, Benjamín. ¡Cálmate!
Caminé despacio hacía la puerta, y la miré como si fuera gigante, retrocedí dándome marcha atrás, luego regresé y toque la puerta sin pensarlo dos veces.
Pasaron unos minutos antes de que una señora, muy joven, para ser sincero, abrió la puerta. Su rostro me estudio de arriba abajo, y luego sonrió.
- ¿Vendes galletas? – preguntó sarcástica. Negué con la cabeza.
-Soy amigo de Matt- respondí. Ella me miró de arriba abajo, por segunda vez.
-Él no se encuentra en este momento- habló ella, pero se hizo a un lado -Pero puedes pasar a esperarlo si deseas, no creo que demoré mucho.
Caminé hasta el sillón, y me senté, apoyando la cabeza en la parte superior de este, mirando al techo.
-No es la primera vez que vienes a esta casa ¿verdad? – preguntó su madre, sentándose en el sillón de al frente. Yo levanté mi cabeza, hacía ella.
-No, -respondí -He estado un par de veces aquí.
Ella planto sus ojos oscuros en mí, por tercera vez. Sus facciones en el rostro los había visto antes en Matt. También estaban sus ojos, oscuros, iguales a los de Matt.
- ¿Cuál es tu nombre, jovencito? – preguntó ella mientras cruzaba sus piernas.
-Benjamín.
Ella se puso de pie, y camino hasta la ventana de su casa, disimulando observar las calles desde ahí, luego preguntó.
- ¿Sabes que paso con Matt en esa fiesta, muchacho? – preguntó ella, mientras tocaba sus cortinas.
-Una pelea- respondí yo, volteando la cabeza, para verla.
- ¿Con quién, Benjamín? – preguntó acercándose a mí.
Tragué saliva. La madre de Matt era terrorífica por todos lados. Aunque he escuchado que es una mujer super linda, en ese momento me daba pánico.
-Conmigo- respondí.
- ¡Aja! -casi lo gritó cerca de mi oreja -Ya sabía- respondió riendo -Aunque no pareces mal chico, ¿Qué paso?
Suspiré, y pensé si contarle la verdad sobre que paso entre Matt y yo, o simplemente salir con una respuesta de adolescente. Aunque si es su madre, probablemente esté al tanto de lo que paso conmigo y con Matt.
-La historia es un poco larga- respondí.
-Tenemos todo el tiempo del mundo, querido- respondió ella -O bueno, hasta que Matt regrese.
MATT
Después de esa horrible fiesta, nada podía animarme a hacer algo productivo por mi vida. Esta tirado en mi cama sin moverme, hasta que recibí una gran noticia de mi madre, diciéndome que Roger Ruess, un viejo amigo, había regresado de México, y que estaría viviendo en la ciudad por unas semanas. Al escuchar eso, me puse de pie como si mi cama quemara, y traté de contactarme con él, y cuando lo hice, él me reconoció, y quedamos en vernos para ponernos al día de todo lo que había pasado estos años que no hemos estado juntos, y pues aquí estamos.
Roger es parte de una familia con una posición económica super alta. Miembros de varias ONG, y también grupos secretos de ayuda, en donde solo entras pagando una gran inicial, así que no me sorprendió cuando llegó en un Bugatti Chiron a mi casa, aunque mi madre casi le da un infarto.
Pasamos toda la mañana en la piscina de su casa, y luego hicimos un poco de comida en la parrilla, saliendo de la piscina.
-Aun estas todo mojado- hablé mientras me sentaba en una silla blanca para la piscina, hecha de aluminio, al parecer, y tomaba un poco de mi jugo de Naranja.
-Tú también, Matt- habló él mientras sacaba un pedazo de carne de la parrilla, y lo ponía en un plato, me lo acerco.
-Gracias- respondí mientras buscaba los cubierto, aunque el plato pesaba más que yo, se me dificultaba.
-Yo te los alcanzo- respondió Roger riendo.
El observar a Roger tan concentrado en la carne, y la búsqueda de un par de cubiertos, me hizo ver su cabello, castaño, casi rubio, sus ojos eran miel pero su piel, esa piel totalmente bronceada y dorada. No estaba tan formada, pero se notaba que hacía ejercicios.
-Aquí- habló él dándome el cubierto -Te has manchado.
Estaba a punto de preguntar dónde, cuando él ya había puesto su dedo en mi cuello, donde había un poco de grasa de la carne, que sin darme cuenta había chocado con mí, solo reí.
-A veces soy muy tonto.
- ¿Solo a veces? – preguntó Roger riendo.
La tarde con Roger paso totalmente rápido, y nada aburrida. Sentía que no me había divertido en tanto tiempo, y me había olvidado de todo en ese momento, y eso era bueno. Pero la tarde estaba acabando, y mi peso emocional, era más que mi ánimo, así que suspiré apagando el cigarrillo que tenía.
- ¿Algo mal? – preguntó Roger, yo negué con la cabeza.
-Debería ir a casa- respondí mientras me ponía de pie.
- ¿Enserio? – preguntó Roger, yo asentí. -Déjame que te llevo.
Entonces me puse mi short, y la ramera sin mangas con la que había venido, pero mi cuerpo estaba frio.
-Te prestaré una chaqueta- habló Roger -Así tendré una excusa para verte de nuevo.
Solo reí mientras me sentaba para ponerme las zapatillas, y Roger iba a su cuarto a traer la chaqueta. No paso mucho tiempo para estar dentro del auto de Roger, y una chaqueta de piel sobre mí.
-Tienes muy buen gusto para la moda- comenté tocando la chaqueta.
-Bueno, -habló él -Es mi madre en realidad, agradécele a ella.
Yo solo reí mientras el daba vuelta al volante, y seguía su camino. La casa de Roger era por las colinas, un poco alejado de la mía, muy alejado diría yo.
- ¿Piensas hablar con él? -preguntó Roger, agarrándome desprevenido.
- ¿Benjamín? – pregunté, él asintió. En la mañana tuve un buen tiempo de cotarle a Roger todo lo que había pasado con Benjamín desde que pareció en mi vida, y él también me conto un par de coas suyas. -Aún no lo sé.
-Si no lo sabes, es porque no estás seguro- respondió Roger, mirando la carretera, entramos a la calle de mi casa -Tu subconsciente te dice que no es bueno para ti.
-Y según tú, -hablé riendo - ¿Qué es bueno para mí?
Roger rio mientras se estacionaba frente a mi casa, apago el auto, pero antes me miró.
-No sé- respondió él -Alguien que pueda darte una vida que mereces.
- ¿Qué crees tú que me merezco? – pregunté un poco confundido.
-Te mereces todo, Matt- habló él -Y yo te lo puedo dar.
Lo miré por un momento, sin vacilar. Su mirada era serie, y yo solo pude suspirar.
-Roger- respondí, pero él no me dejo terminar.
-Solo piénsalo ¿sabes? – habló -No te estoy obligando a nada, solo una cita.
Asentí con la cabeza, mientras tomaba la apertura de la puerta del auto, y le sonreía.
-Lo pensaré, Roger- respondí mientras salía del auto, -Cuídate, nos estamos viendo- terminé, y cerré la puerta.
Caminé hacia mi casa, y entré. Escuché voces desde la cocina. No sabía que mi mamá tenía amigos, o sea sí, pero rara vez los trae a la casa. Dejé mis llaves en la repisa de la entrada, y caminé hasta la cocina. Benjamín y mi madre estaban hablando mientras se servían comida como los mejores amigos que eran.
- ¿Hola? – hablé, haciendo que ambos se quedaran en silencio un bueno tiempo.
-Matt- me llamó mi madre.
-Sí- respondí yo -Matt, tu hijo.
Mi madre asintió con la cabeza, un poco avergonzada, y camino hasta la puerta de la cocina, pero antes susurró a mi oído.
Escucha lo que tiene que decir.
Y con eso se fue. Benjamín estaba parado con un plato de Nuggets de pollo, y vainitas en la mano.
- ¿Quieres un poco? – preguntó.
- ¿Qué haces aquí? – pregunté, él suspiro dejando el plato en la mesa, y se apoyó en la cocina.
-Vine a verte- respondió él.
-Pues ya me viste- respondí -Te puedes ir.
-No.
Benjamín se acercaba a mi lentamente, yo tenía un poco de miedo. Entonces, él tomo mis manos, sin presión, sin acercarse más.
-No quiero irme, Matt- habló él -Sé que hice todo mal, pero de verdad quiero algo serio contigo, y necesito que me escuches.
Miré para todos lados, antes de mirarlo a él. Sus ojos verdes me cautivaban a cada rato. ¿Por qué te gusta tanto este chico, Matt?
-Habla- solté, traté de no sonar malo.
-Matt- habló Benjamín -No se repetirá- añadió -Aprendí a que no eres una persona cualquiera, y que se uno se tiene que esforzar para salir contigo.
Asentí mientras reía, no podía tomar a Benjamín enserio, y aunque no estaba molesto, todavía había un sentimiento feo en mi pecho al verlo.
-Te creo- respondí -Pero necesito que lo digas.
Él me miraba serio, un poco feliz también. Pero necesitaba que me lo pidiera, necesitaba escucharlo de él.
-Lo siento.
Y ahí está, el sentimiento desaparecía, solo necesitaba escuchar esas palabras de su boca para estar tranquilo.
-Está bien- respondí, y él solo empezó a reírse.
-Debí hacer eso mucho antes- susurró tomando su plato de comida, yo robé un pequeño Nuggets.
-Este es tu ego- mostré el Nuggets que tenía entre los dedos, y luego me lo comí.
-Solo contigo.
Sentí las manos de Benjamín en mi cintura pegándome a su cuerpo, mientras yo masticaba el Nuggets. Él solo empezó a reír mientras dejaba el plato y se concentraba en mí.
-Devuélveme mi ego.
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BAD CLASSMATE [EDITANDO]
Romance¿Porqué enamorarse de una persona que realmente no vale la pena? Una persona de la cual tú sabes no tiene futuro, una persona que no le da importancia nada ni siquiera él mismo, mucho menos su familia, ¿porqué enamorarse de este tipo de persona?. Bu...