Yo entré primero al salón, y detrás de mi estaba Benjamín. Busqué con la mirada a Max, y cuando lo encontré, sabia a donde tenía que dirigirme. Aunque el me miraba con cara de pocos amigos.
-Creo que tu novio me odia.
Miré un poco confundido a Benjamín, y luego solo me reí, negando con la cabeza.
-Max no es mi novio, -respondí, caminando hacía Max. -Es mi mejor amigo.
-Pensé que era tu novio- habló Benjamín. -Están todo el día juntos.
Volví a negar con la cabeza, pero sentí como Benjamín me tomaba de la cintura, mientras caminábamos hasta el sitio de Max. Paré de caminar.
-Si no es tu novio, no creo que le molesté.
-A él no, - respondí. -Pero a mí sí.Tomé su mano y la retiré de mi cintura, y seguí mi camino solo hacia el sitio que Max me había guardado.
- ¿Qué fue eso? – preguntó Max, un poco confundido.
-Te espero a la salida- nos interrumpió Benjamín, luego siguió su camino al fondo del salón.
-No tengo idea.
Observé disimuladamente, como toda la clase, Benjamín y Mary se estuvieron riendo, casi todo el día.
-Creo que le interesa Mary- habló Max. Mirando a los mencionados, y luego mirándome a mí.
-Oh- fue lo único que pude decir, y regresé mis ojos a los libros de ese momento.
Cuando sonó la última campanada del día, Sali casi corriendo junto a Max para encontrarnos con Caitlin. Ella me esperaba en el patio de la escuela, cerca al estacionamiento, con unos libros en la mano.
-Es lindo que nuestro primer día de clases se una viernes- habló ella abriendo la puerta del auto -Pero es horrible que te dejen tarea para todo el fin de semana.
- ¿Quieres saber que nos paso hoy? – pregunto Max en forma de burla.
-Max, cállate- respondí, mientras metía mi mochila en la parte trasera del escarabajo de Caitlin.
-Hay un chico nuevo,- Max entraba primero, porque siempre iba en la parte trasera del auto, a parte ahí atrás se podía estirar, el auto era un poco pequeño para él -Parece que a Matt le gusta.
-No digas babosadas- respondí mientras entraba al auto, Caitlin solo se reía de lo que Max había dicho, mientras encendía los motores.
-Y ¿Quién es ese chico misterioso? – preguntó Caitlin, pero antes de que yo pudiera decir algo.
- ¡Matt! – gritó el chico nuevo, quien venía corriendo por el estacionamiento de la escuela.
-Y hablando del diablo- susurró Max, y Caitlin se quedó viendo al chico.
- ¿Podemos ayudarte en algo? – preguntó Caitlin.
-Sí- respondió en pelinegro, sonriendo. -Matt me ayudará con la escuela- respondió sincero.
Yo solo salí del auto, tirando la puerta del escarabajo, Caitlin me miro un poco molesta.
-Cuídalo, adiós.
Caminaba junto a Benjamín llegando a la escuela, para hacerle un pequeño tour.
Fueron las últimas palabras de la castaña antes de salir acelerando junto a Max dentro del auto.
-Creo que no les agrado mucho- soltó el pelinegro de la nada.
-No es eso- respondí sincero. -No te conocen.
- ¿Y tú sí? – preguntó él, mientras entrabamos a la escuela.
-Estamos aquí para eso.
Benjamín abrió la puerta de la escuela, me miró, en señal de que yo entrará primero.
Primero entramos al salón de Pintura y Teatro. La mayoría de las personas que estudiaran algo que llevaba creatividad, llevaban este curso como obligación, aunque también, si te gusta, lo podías usar sin ningún problema.Mientras yo le explicaba eso a Benjamín, el pelinegro había tomado un pequeño libro que encontró en una carpeta, y hacia pequeños garabatos, o eso era lo que yo creía.
- ¿Qué estás haciendo? – pregunté acercándome un poco a él.
Benjamín me enseño lo dibujos que había hecho, lo junto todos, como si fuera un cuaderno y empezó a jalarlos con su dedo pulgar.
-Esto se llama secuencia animada- habló el pelinegro -El juntar varios dibujos del mismo personaje para darle movimiento.
- ¿Una caricatura? – pregunté.
-Una caricatura- respondió él.
El dibujo consistía en un pequeño niño corriendo, y resbalándose constantemente. Yo solo me reía de lo que Benjamín había hecho.
Luego pasamos a la sala de computadoras, donde le explique que podía usarla si quería hacer trabajos, tenía buenos programas, aunque casi nadie se la pasaba aquí.
Benjamín apoyo su brazo en una de las computadoras más antiguas, y con el peso, rompió la tapa, haciendo que saliera mucho polvo.
-Eres un peligro aquí.
-Eso estaba viejo- se justificó el pelinegro.
Pasamos por la cocina de la escuela, donde habían unos pastelitos de fresa que sobraron. Él ya los tenía en la boca, automáticamente. Tome la difícil decisión de no llevarlo a carpintería, ese niño podría lastimarse un dedo, o matarme con clavos.
-Y esta es la sala de música.
Él abrió la puerta, y me hizo entrar primero. Benjamín era caballeroso cuando quería, pero también podía ser desagradable. Vi como el pelinegro agarraba la guitarra del salón de música, y la ponía sobre sus piernas mientras se sentaba.
- ¿Sabes tocar la guitarra? – pregunté.
-No- respondió él -Solo me gusta ponérmelo en las piernas.
-Idiota.
Respondí mientras apoyaba mis brazos en el piano. El empezó con un pequeño sonido mientras movía sus dedos.
Hey, do you feel, do you feel me?
do you feel what I feel too?
do you need, do you need me,
do you need me-e-e?
Un toque romanticón, y rudo. Tenía bonita voz, Benjamín era un cliché con piernas y brazos.
- ¿Siempre piensas o no dices? – preguntó dejando la guitarra a un lado.
-Estuvo lindo, es eso pensaba.
Benjamín solo me sonrió en respuesta, y se puso de pie. Estaba a unos pequeños pasos de mí, pero no muy cerca.
-Ahora eres tú el que piensa y no habla.
Él me volvió a mirar, sus ojos oscuros, y sus cejas gruesas hacían muy buena combinación.
- ¿Quieres saber en que pienso?
Yo me apoye un poco contra el piano, él estaba muy cerca, demasiado para mi espacio personal.-No.
-Quiero besarte.
-Te dije que no quería saber en qué pensabas- respondí casi al momento, él puso su cara a un lado, y solo volvió a reír.
Tomé un poco de valor, y lo empuje suavemente con mi mano tocando su pecho. Puse mis labios en una línea.
-Tenemos que irnos- hablé mientras salía del salón de música.
Benjamín iba detrás de mí, yo caminaba un poco rápido. Este chico tiene un don de derretir a las personas. Metafóricamente hablando.
Llegamos al estacionamiento donde estaba su moto. Sabía que había aceptado ir en moto, pero al verla, me dio pánico.
-Tranquilo, -me dijo el pelinegro -No te vas a morir por subir a una moto.
-Son peligrosas- respondí mientras tomaba el casco que él me daba.
-Lucy no.
- ¿Tiene nombre? – pregunté un poco burlón, él me miro molesto.
-Fue un regalo de Papá antes de que muriera.
Cerré la boca al instante. No podía burlarme de algo así. El pelinegro se subió a la moto mientras se ponía el casco, yo me coloqué el que me había dado segundos antes de burlarme de su difunto padre.
-Agárrate fuerte.
Subí a la moto, y agarré el pecho de Benjamín como si mi vida dependiera de ese agarre.
-Te dije fuerte, no que me dejes sin aire.
-Lo siento.
Él solo negó con la cabeza, y arranco la moto. El viaje fue extremo, este chico no conocía el límite de velocidad. Solo sentía mis piernas frías y que en cualquier momento que él tiraba la moto sin tocar el pavimento, para voltear me iba a caer.Cuando llegamos a la puerta de mi casa, me saque el caso y, bese el piso, literalmente.
-Eres un exagerado.
-No me gustan la motos- me puse de pie, y le estaba sonriendo.
Estiro su mano devolviendo mi celular, que en algún momento del día se salió de mi bolsillo.
- ¿Cómo tienes eso? – pregunté cuando tomé mi celular.
-Lo dejaste tirado en la sala de arte, lo tome como una oportunidad para guardar mi número.
-Así que tu número está aquí.
-Sí- respondió sonriente, y muy cerca, otra vez.
-Deberías irte- hablé un poco incomodo por la posición y el momento.
-Me iré- respondió él, pero su mano fría toco mi mejilla derecha, dándome escalofríos, por un efecto humano, humedecí mis labios, y el pelinegro se quedó observándolos.
-De verdad, debes irte.
Pero él era más fuerte, y sin dejarme decir otra palabra, juntos sus labios con los míos. Un beso pequeño, un beso casto.
Al segundo, nos separamos, él solo sonrió satisfactoriamente.
-Ahora sí, me puedo ir.
No podía decir nada, aún estaba quieto por lo que había pasado. Muy rápido, muy lindo. Negué con la cabeza, y entré a mi casa, mi celular empezó a sonar por una llamada entrante de Caitlin.
ESTÁS LEYENDO
BAD CLASSMATE [EDITANDO]
Romance¿Porqué enamorarse de una persona que realmente no vale la pena? Una persona de la cual tú sabes no tiene futuro, una persona que no le da importancia nada ni siquiera él mismo, mucho menos su familia, ¿porqué enamorarse de este tipo de persona?. Bu...