Capitulo 19

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MATT

El día de ayer había sido duro. Esta mañana, era fría, otra vez. Parece que el clima y la música de radio se habían puesto de acuerdo para mantenerme completamente triste. Por una parte, necesitaba a mi madre, me cubrí el rostro con las manos, mientras cruzaba mis piernas desnudas. Solo tenía un BVD negro, y mi bóxer puesto.

Roger me había traído a casa temprano, y aunque no pareciera, dormí como un ángel. El teléfono colgaba en mis manos, y miraba a todos lados, como si lo que estuviera a punto de hacer, sería algo malo. Suspiré mientras marcaba su número, y lo colocaba cerca de mi oreja.

Uno, dos, tres timbradas de teléfono...

-Hola- hablé al escuchar la que había agarrado la llamada. - ¿Estas ocupado?
-Qué bueno oírte- respondió Benjamín desde la otra línea. -No, ¿necesitas algo?
-Sí- respondí. - ¿Puedes venir?

Hubo un silencio corto, casi de un minuto, y luego se escuchó un suspiro de su parte.

-Estoy en camino- y entonces la llamada se terminó.

No sé si habrá sido una buena idea llamar a Benjamín en un momento como este, pero realmente lo necesitaba. No estaba bien al 100% y necesitaba hablar con alguien que sea de mi confianza. Me acurruqué otra vez en mi cama, y traté de mantenerme despierto mientras esperaba a Benjamín, pero como dije, traté.

9:00 A.M.

El sonido de la puerta me saco de los brazos de Morfeo. Me quejé un poco mientras me levantaba. Bajé con pocas ganas las escaleras, y abrí la puerta.

Y ahí estaba él, apagando su cigarrillo contra el piso, con el cabello despeinado, una camisa azul a cuadros, su chaqueta negra de cuero, su jean, y sus botas negras. Él levantó el rostro y me sonrió, yo no pude aguantar ver sus ojos verdes, cerca de sus hoyuelos, y entonces salté encima, agarrándome de su cuello, como un Koala. Él tomó mi cintura y me abrazo más fuerte aún. No sé si fue el momento, o porque lo extrañé, o porque realmente estaba sensible, que rompí en llanto, al extremo de casi caer de rodilla, si no fuera por Benjamín que me tenía agarrado.

-Vamos- habló él cerca de mi oído. -Te llevaré a tu habitación.

Él tomó mis piernas con su brazo, y mi espalda con el otro, para cargarme como un bebe, escaleras arriba hacía mi habitación.

BENJAMÍN

El día de ayer había sido duro para Matt, y aunque estaba al tanto de la muerte de su madre, las cosas entre los dos estaban muy distanciadas en ese entonces como para hacer mi aparición en el funeral, eso hubiera sido un drama total.

Estaba saliendo de la ducha cuando escuché el sonido del teléfono, la resaca del día anterior no me había dejado dormir mucho. Al ver su nombre en la pantalla, mi corazón latió con desesperación, parecía un adolescente enamorado.

No estaba molesto con Matt, estaba decepcionado, y la única solución que podríamos darle a esa pelea que tuvimos en la playa, un día antes de la muerte de su madre, sería hablándolo como personas civilizadas. Y sí, también había admitido mi pequeña atracción hacía el castaño. Bueno, por pequeña quiero decir enorme hacía el chico de ojos oscuros, y cabello castaño. Suspiré antes de decirle que estaba en camino, porque Matt no tenía ni idea lo que su voz podría provocarme, estaba enamorado, muy enamorado. Maldita seas, Matt Pocket.

MATT

El ojiverde me deposité en la cama, dándome un pequeño beso en la frente, y entonces se sentó a mi costado. Tomé su mano, y la acaricié con delicadeza.

-Lo siento- admití, Benjamín me miró. -No debí tratarte así.
-Podemos hablar de esto en otro momento si deseas- respondió él.
-No- respondí mientras me sentaba un poco sobre la almohada. -Quiero hablar de eso ahora. No soy quien para decirte que debes, o no hacer con tu vida.
-En realidad sí- el pelinegro me interrumpió. Yo, quien miraba nuestras manos entrelazadas en ese momento, levanté la mirada para encontrarme con sus ojos verdes. -Eres una persona muy especial para mí, Matt. Y me importa lo que piensas de mí.

Yo solo me puse sentimental otra vez. ¿Cómo alguien después de una humillación de esa manera vuelve a hablarte como si nada hubiera pasado?

-No tengo derecho- respondí mientras me acercaba hacía él. -Y haré lo que sea para que me perdones.
-No estoy molesto, Matt- respondió él, y lo miré un poco confundido. Él volteó su cabeza, y suspiró. -Estoy decepcionado.
-Por mi decisión- respondí. - ¿Verdad?
-Pensé que eras más inteligente- respondió el ojiverde.
-Pensé que eras un chico sin sentimientos- respondí, entonces él volvió a mirarme, y entonces sonrió, eso era una buena señal.
-La gente cambia, a veces- respondió el ojiverde.
-Y aunque no pueda cambiar lo que dije- lo interrumpí. -Puedo demostrar lo buen novio que puedo ser.

Benjamín tomó mi barbilla con su mano, y la acerco a su rostro, entonces volvió a sonreír. Su mirada era pura, y sus ojos brillaban.

- ¿Qué me has hecho Matt Pocket? – susurró más para él, que, para mí, y entonces junto nuestros labios, en un pequeño beso.

Cuando me separé de él, necesitaba más. Y él al darse cuenta solo sonrió, y negó un poco.

-Habrá más besos cuando comas algo- habló mientras se ponía de pie, -Te prepararé algo para desayunar.

Yo asentí, y él me cubrió un poco con mi frazada, como si estuviera enfermo de influenza o algo parecido. Un pequeño beso en la frente, y desapareció por los pasillos. Era bueno tener a Benjamín de vuelta a casa.

BENJAMÍN

La cocina de Matt estaba hecha un desastre, y aunque había comida, no sobreviviría por más de dos semanas. Negué mientras terminaba de limpiar. Cocinar no era algo que naciera de mí para alguien, pero Matt no era un simple alguien. Tomé una bandeja y puse el café con los panqueques sobre esta.

Mientras subía las escaleras, pude observar una pequeña foto de Matt cuando era pequeño, junto a su madre. El niño sonreía, mientras ella lo cargaba. Suspiré antes de seguir mi camino hacia la habitación de Matt. Yo había pasado por eso, y necesitaba demostrarle a Matt que yo estaba ahí cuando él lo necesitará.

Al entrar al cuarto del castaño, encontré una paz indescriptible. Su pecho subía y bajaba en un ritmo calmado, parecía un ángel durmiendo. Dejé el desayuno en la pequeña mesa de noche, y acomodé un mechón que sobresalía de los otros. Matt abrió los ojos lentamente.

-No quería levantarte- hablé, él negó con la cabeza.
-Échate conmigo- respondió él, y se movió a un lado. -Huelo a panqueques con café.
-A ti no se te puedo hacer sorpresas- respondí mientras me sentaba a su costado.

Tomé la bandeja y la acomodé en mis piernas, Matt tomó como desesperado un panqueque y se lo devoró como si no hubiera comido en años.

-No comía algo tan rico desde ayer- respondió él. -Estaba en el hospital.
- ¿Hospital? – pregunté confundido, él asintió.
-Me sentía mal, la muerte de mi madre me afectó a tal manera que vomité, me desmayé, y me tuvieron en atención- respondió él mientras devoraba otro panqueque, la miel se le chorreaba por los labios. -Pero llamé una ambulancia, estoy bien.

Entonces él volvió a meterse otro panqueque en la boca, y sonrió un poco, algo que me hizo sonreír a mí también.

-Te amo.

Mi voz sonó débil, algo nerviosa. No planeaba decirlo, salió así sin más. Me sorprendí de haberlo dicho, y al parecer Matt también, porque volvió detuvo lo que estaba haciendo para prestarme más atención de lo normal, pero luego sonrió, y eso era una buena señal.

Matt se acercó hacía mí y me dejo un pequeño beso casto sobre mis labios.

-Te amo- respondió él cerca mis labios, y volvió a sonreír. -Nunca me dejes solo otra vez.
-Aunque tú quieras- respondí, y él volvió a meterse otro pedazo de panqueque a la boca. 

BAD CLASSMATE [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora