Capítulo 6

14.5K 713 88
                                    


La posición en la que nos encontrábamos era muy incómoda. Lentamente me separe de Benjamín, él me tomo de la cintura, para que no me separare mucho. Lo miré sorprendido, él agacho la cabeza, y soltó mi cintura al instante, pero no me alejé, al contrario, me pegué un poco más a él.

-Hoy vi como mi hermano le disparaba en la pierna a una persona- soltó de la nada mirando sus manos. Yo estaba un poco confundido por lo que acaba de decir. -Sé que estoy en donde quiero estar, porque así yo lo decidí- soltó otra vez, yo lo miré un poco confundido, ¿A dónde iba con todo esto? -Pero, quiero empezar bien contigo.

Entonces todo cuadro. Benjamín se estaba disculpando, aunque es un poco complicado creerlo, sabiendo que viene de él.

-No quería que te sientas mal por nada- añadió, ahora sí me estaba mirando -Me disculpo si no te dije que tenía novia, y si me aproveché de alguna oportunidad para besarte.

Soy yo, o este chico está siendo demasiado caballeroso. O sea, el hecho de decirme todo eso, movió algo en mí. Maldito seas Benjamín Qithe.

- ¿Cuál es tu punto? – pregunté un poco confundido.
-Que quiero salir contigo, - respondió Benjamín viendo otra vez su mano, ¿nervioso?
-Y si querías eso desde un principio, ¿por qué nunca me contaste la verdad? – pregunté, juntando mis piernas contras mi pecho, y abrazándolas, mientras ponía mi barbilla sobre mi rodilla, y lo observaba. Él estiro sus piernas.
-No lo sabía aún- soltó sincero -Pensé que tenía todo lo que necesitaba, pero bueno...- soltó un suspiro -No lo tengo todo al parecer.
- ¿A qué te refieres con eso? – pregunté más confundido aún.
-Matt- habló mirándome a los ojos -Vi como asesinaron a mi padre cuando tenía siete años, lo único que dejo para mí fue su moto, nada más. Pero, a partir de ese día dejé que mis demonios me controlaran con cualquier decisión que tomará.
- ¿Y esta? – pregunté refiriéndome a "nosotros" si así se puede llamar.
-Esta no- respondió el curvando su labio para la mejilla derecha -Tú me traes paz.

Las palabras de Benjamín me sorprendían, era raro escuchar a un hombre de esa pinta hablar de esa manera, ni yo me creo el siguiente movimiento que yo mismo hice. Planté un pequeño beso en su mejilla fue un impulso, no quise hacerlo a propósito, algo me dirigió a hacerlo.

-Pues- dije sincero -Empecemos de nuevo.

Él solo sonrió mientras se tiraba en mi cama, poniendo sus brazos detrás de su cabeza. Yo sonreía ante tal gesto de comodidad conmigo. Él mostraba una sonrisa blanca, completamente sexy para su tipo.

- ¿Cómo quieres empezar de nuevo? – preguntó un poco burlón, yo me tire en la cama justo a su lado, él apoyo su cabeza en mi hombro.
-Tal vez...- respondí mientras sentía unos pequeños besos en mi hombro - ¿Una cita?
- ¿Una cita? – repitió él, riendo.
-Sí- contesté seguro -Una cita.

Benjamín solo sonrió, y yo le seguí. Él dejo de darme besos, y en lugar de escuchar sus risas, y piropos subidos de tono, escuche su respiración lenta. Se había quedado dormido. Apoyé mi cabeza sobre su hombro, poniéndome boca abajo, empecé a jugar con mis dedos sobre su pecho, hasta que me quedé dormido.

18:00 P.M.

La vibración de mi celular al lado de mi almohada hizo que me despertara. Abrí lentamente mis ojos, mientras tanteaba con la mano donde estaba mi teléfono. Cuando lo tomé miré la llamada entrante. Era Caitlin.

-Hola- respondí mientras me ponía de pie, y caminaba un poco al baño.
-Gracias a Dios- habló ella. - ¿Dónde has estado?
-En mi casa.

Y era la verdad, el hecho de no haber respondido mi teléfono por el dolor de cabeza que tenía toda la mañana, no significaba que estaba muerto o estaba en otro lado.

-Te he estado llamando como loca- respondió ella por la otra línea, mientras escuchaba a maullido de su gato.
- ¿La estas bañando? – pregunté un poco burló, mientras dirijo mi mirada a mi cama preguntándome ¿Dónde estaba Benjamín? Y encontré un pequeño pedazo de papel en mi almohada.
-Sí, pero esta no se deja- respondió Caitlin en la otra línea, mientras tomaba el pequeño trozo de papel en mis manos -Tengo muchos arañazos.
-Caitlin- la llamé -Te dejo, haré un par de cosas. Te amo, adiós.

Y colgué antes de que pudiera decir algo, me concentré en la letra un poco cursiva, pero imprenta de Benjamín.

"Te recojo a las 8. Alistaste, besos. – B"

Sonreí por el detalle de dejarme un pequeño papel en la almohada, si Caitlin no me hubiera llamado, probablemente ni cuenta me hubiera dado, y si lo veía, lo botaría como basura. Gran problema que me causaría eso.

Conecté mi bluetooth con mi reproductor de música para poner música mientras me tomaba un baño. Había sudado un poco, y necesitaba relajarme, tal vez una película en la bañera.

BENJAMÍN

Había pedido una camioneta prestada a mi hermano. "Nada es gratis en esta vida", ya sabía que le debía un favor, pero quería impresionar. Aunque sabía que Matt no era de esas personas, quería que se sintiera cómodo conmigo. Había hecho un par de llamadas para poder reservar una mesa en "Le Theater" era un pequeño restaurante al sur de California, reservado, pero bonito, elegante, y rustico, cerca al mar.

MATT

Sin darme cuenta, la hora había pasado como flash ya eran casi las ocho, y yo todavía estaba en boxers. Sin saber, en realidad, a donde me iba a llevar este chico, me puse un polo simple, jean, y zapatillas. Me estaba retocando el cabello, cuando tocaron el timbre. Estaba a punto de gritarle a mi madre que abriera la puerta, pero me acorde que estaba trabajando aún. Moví un poco mi cabello a la derecha, y bajé, corriendo las escaleras. Esta casa parecía la de Alan Parrish en Jumanji.

Abrí la puerta y observé un chico súper alto, con una camisa muy ajustada, pantalón negro, y zapatillas. Esto era formal ¿Por qué no me dijo que era formal?

-Pensé que iríamos al cine o algo así- comenté mientras dejaba la puerta abierta, y lo dejaba entrar.
-Iremos a un restaurante- me dio, mientras entraba y cerraba la puerta -Buenas noches a ti también.
-No estoy listo aún, -respondí mientras ponía mi mano en la superficie metal de apoyo de la escalera. -Espérame unos minutos, hay cerveza en la cocina.

Y casi corrí escaleras arriba, como amo tanto las escaleras. Me desnude, otra vez, y busqué dentro de mi closet algo que dijera formal, pero no tanto. Me puse un par de pantalones súper pegados, una camisa, y mis converse blancas. Estaba apurado, no sabía a donde iríamos, es lo mejor que pude hacer en segundos.

Bajé, otra vez, las escaleras. A este paso ya debí haber bajado como tres kilos. Y busqué a Benjamín por la sala, cuando lo encontré saliendo de la cocina con una Miller* en a mano, alzo su mirada, y se quedó ahí observándome.

BENJAMÍN

No sabía exactamente cuándo iba a demorar Matt, así que acepté su oferta sin problema, y me dirigí a la cocina para agarrar una cerveza. Cuando abrí el congelador, entro la decisión más difícil de mi vida. ¿Un pastel de chocolate, o una Miller? ¿Por qué no los dos? Busqué una cucharita en la repisa del comedor, hasta que la encontré. Regresé al congelador, y saqué la cerveza junto con el pastel de chocolate. Empecé a comer de poco en poco, hasta que escuché los pasos de Matt bajando las escaleras, giré los ojos, y guardé el pastel, y abrí la cerveza mientras salía de la cocina. Le di un pequeño sorbo, y alcé la mirada, clave mis ojos en su pantalón, no pude decir nada más.

-Quítate ese pantalón.

MATT

Fruncí el ceño por lo que me había dicho, miré mi pantalón, no estaba sucio, y menos se veía mal.

-No está mal ¿cierto? – pregunté, mientras volvía a observarme.
-Te queda muy bien- respondió Benjamín tomando asiento. -Demasiado bien, por eso quiero que te lo quites.

Su tranquilidad a decir las cosas me desesperaba, no era una dama de compañía, y mucho menos su empleada para hacerle caso.

-No.

Fue lo único que dije mientras lo observa a los ojos, él frunció el ceño, al parecer, nunca le han negado algo.

-Si no te quitas ese pantalón- habló el ojiverde acercando su paso hacía mí. -No hay cita.

Agache un poco mi cabeza mientras pensaba. Suspiré, y caminé hasta la puerta de mi casa, pasando por él. Y la abrí.

-Fue un gusto.

Benjamín se acercó hacia la puerta y me jalo de brazo, pegándome, literalmente a su cuerpo.

-No me hago responsable de mis actos, con ese pantalón tuyo.

Y me jaló, junto con él mientras salíamos de mi casa. Suerte que había guardado mi llave en mi bolsillo desde mi habitación. Entonces, como si yo fuera un saco de papas, me jalaron hasta una camioneta muy bonita para ser cierto.

- ¿A quién se la robaste? – fue lo primero que pregunté.
- ¿Puedes dejar de hacer preguntas tontas y entrar al auto? – respondió él abriendo la puerta del copiloto para que yo entrará.
-Al menos tienes modales- respondí. Él solo rio.

Él le dio la vuelta al auto para poder entrar, se sentó mientras se ponía el cinturón de seguridad.

-Es de mi hermano- respondió él -La usa a veces, por eso está en buen estado.
- ¿A qué te refieres? – pregunté, poniéndome el cinturón, mientras el ojiverde avanzaba.
-Es un auto que se compró trabajando, y solo lo usa con Selena- dijo mientras miraba por el retrovisor, para poder retroceder.
-Oh- solo respondí, sin querer saber que habrán hecho su hermano y Selena e este carro, pero después de pensarlo, las imágenes no salían de mi cabeza.
-Es nuestro por esta noche.

Fue lo único que respondió Benjamín mientras aceleraba, ya un poco lejos de mi casa. El resto del camino, el ojiazul me contaba las cosas que, hacia su hermano, y él, mientras fumaba un cigarrillo.

- ¿Alguna vez pensaste salirte de eso? -pregunté un poco curioso.
.No se puede, Matt- respondió el ojiazul, mirando la calle.

Después de no parar de reír, por un par de tonterías que Benjamín pudiera decir, me di cuenta que era muy chistoso cuando no estaba diciendo cosas sin sentido, o referente a contenido sexual.

Después de unos minutos, vi como benjamín aparcaba cerca de un muelle, y ahí pude ver el restaurante, a lo lejos, cuando baje, pude observar que había como un pequeño puente para llegar al restaurante.
- ¿Planeaste todo esto? – pregunté al cerrar la puerta del auto. Benjamín también salió.
-Pensé que te iba a gustar- respondió el ojiverde poniendo su brazo en mi cuello, y su otra mano en su bolsillo. -Y al parecer, no me equivoque.

Cuando él susurraba al mi oído, sentía miles de gases en mi estómago, era como un movimiento extraño, y no sabía cómo sentirme respecto a eso, así que solo sonreí., mientras le seguía el camino. No es mi primera vez en restaurante elegante, pero si me primera vez en uno cerca al mar. El tener que caminar por un pequeño muelle, para llegar al restaurante, es simplemente bello. Ver el mar a un lado mientras caminas, te relaja, te da paz.

Llegamos a la puerta del restaurante donde Benjamín pidió nuestras mesas. Una señorita muy bien producida nos llevó hasta la mesa donde debía estar.

-Mi nombre es Carolina Stewart- habló ella -Cualquier cosa, pueden avisarme. Permiso.

Y la rubia se alejó de nosotros, Benjamín le había sonreído tanto, que casi me dan arcadas en la mesa.

-Es lesbiana- me comentó mientras abría el menú, ¿se nota tanto en mis gestos? -Y es una amiga, ella me ayudo a que estemos aquí hoy.
-Oh- respondí muy avergonzado. -Lo siento.
-No te preocupes- respondió Benjamín cerrando el menú -Te caerá muy bien.

Carolina se acercó a nosotros con una botella de champagne y dos copas, donde ella los sirvió.

-Gracias, Carolina- respondí mientras me daba la copa.
-Es lindo conocerte, Matt- respondió ella. -Benja me habló un poco de ti por teléfono.

Me sonroje, no es normal que la gente hable de ti, y menos por teléfono, a menes que diga cosas malas.

-No dijo nada malo- aclaró la rubia como si me hubiera leído el pensamiento. Benjamín solo empezó a reír. -Pero espero que sepas controlar esta bestia de niño.

Ella tomo la oreja de Benjamín jalándolo en un acto como si fuera una mamá castigando a su hijo. Entonces, me empecé a reír tan fuerte, y ella también.

-Basta- habló el ojiverde, un poco avergonzado. -Quiero un bife, con puré de papas, y vainitas- pidió el ojiazul, luego me miro a mí.
-Costillas- respondí, ella sonrió.
-Eres de los míos, jovencito- respondió ella tomando nota- Los dejo para ver sus platos.
-Me agrada- comenté cuando ella se había alejado con nuestros pedidos. Benjamín solo sonrió.
-Fue amiga de mi padre, aunque me lleva un par de años- respondió.
-Fue muy duro lo de tu padre ¿verdad? – pregunté mientras tomaba un poco de champagne.

Vi como Benjamín suspiraba, y tomaba toda su copa de un porrazo. Creo que hice una pregunta un poco dura.

-Era pequeño- habló él mientras se servía más champagne -Estaba jugando mientras escuchaba una discusión entre mi padre y uno de sus socios- su mirada estaba perdida en la servilleta -Los gritos eran más fuertes, así que salí para ver qué pasaba, - se puso a jugar con la servilleta con las manos -Solo vi como las balas atravesaban su cuerpo, una tras otra. La persona se había puesto una capucha negra, y salió corriendo de la casa, yo... -Benjamín se limpió la cara, al parecer había empezado a llorar.
-No tienes que contarme todo- respondí.
-Quiero hacerlo- habló él. -Solo grité a los vecinos, a mi madre, solo se quedaban petrificados viendo a mi padre desangrarse, hasta que llego mi hermano -Benjamín jalo sus mocos mientras respiraba -Él se encargó de llamar a la ambulancia.

Yo solo acaricie su mano, él me miro a los ojos, estaban húmedos, no había llorado, se estaba aguantando.

-Es difícil, -respondí -Aunque yo hubiera querido que mataran al mío.
-No digas eso- respondió Benjamín -Sea la persona que sea, es tu padre.
-Él tiro a mi madre de las escaleras, y se fue de la casa- respondí -Sin pedir ayuda ni nada, solo se fue. Cuando llegué yo, recién llamé a la ambulancia.
-Hijo de perra- respondió Benjamín.
-No lo volví a ver en mi vida- respondí -Desapareció del mundo.
-Pues, -Benjamín susurró -A los dos nos falta papá.

Suspiré mientras veía como llegaba mi comida, junto con la de Benjamín. El ojiazul vio su comida como si se fuera a casar con esta.

-Nos tenemos el uno al otro.

Benjamín alzo su mirada, para verme. Sonrió, mientras tomo mi mano. Y luego volvió a su plato, para terminar nuestra cena.

Después de una pequeña discusión sobre quien pagaba y quien no, pagamos half-half y nos retiramos del restaurante, no sin antes despedirnos de Carolina.

-Fue un gusto- dije sonriendo, ella solo me abrazo.
-Espero volverte a ver- respondió ella abrazándome.
-Nos vemos otro día- comentó Benjamín despidiéndose de ella, -Gracias por todo- y nos dirigimos a la salida.

Benjamín decidió llevarme a su casa para presentarme formalmente a su hermano. Me contó que daba un poco de miedo al principio, pero después era todo un mansito.

-Mientras no sea como tú- comenté mientras me relajaba en el asiento.
-Nadie es como yo, nena- respondió Benjamín, entrecerré mis ojos hacía él en molestia, pero no me quejé.

El camino fue cálido, y en silencio. No era para nada incomoda, era un silencio tranquilo, donde cada uno disfrutaba de la compañía del otro, entonces una incómoda idea se adueñó de mi cabeza.

-No me quedaré a dormir.

No es que no quiera que pase, es que no me sentía listo aún, ese era un gran paso, quiero estar muy decidido, y mejor preparado, para disfrutar cada detalle.

-No haré nada que tú no quieras.

Y con esa respuesta pude saber que Benjamín me llevaba a su casa, solo a violarme, la conocer a su hermano, solo era una excusa para tenerme allá. Así que solo me burle mientras perdía mi vista en la noche a través de la ventana del auto, sería una noche larga.

-Si tratas de hacerme algo, llamaré un taxi.

Él solo se burló de mi queja mientras encendía otro cigarrillo, y prendía la radio de la camioneta. 

BAD CLASSMATE [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora