Caitlin parecía uno de esos personajes de novela, que cuando ven algo que las asusta, colocan sus manos en su boca para cubrir la sorpresa, como si alguien se hubiera muerta. Fuera de eso, ella se acercó casi corriendo a Max, y toco lentamente su ojo morado.
-Tienes que ir a la enfermería.
Max negó con la cabeza mientras se tiró en el asiento tirando sus cosas en la mesa. Yo no decía nada, porque Caitlin preguntaba todo lo que quería saber.
- ¿Cómo sucedió? – preguntó la castaña sentándose al lado de Max.
-Nada- respondió Max -Simplemente nos peleamos.
-Debes dejar de hacer eso, Max- respondió Caitlin -El año pasado casi te expulsan.
-Lo sé- respondió el más alto.
Podía ver el hecho de que Max estaba furioso, pero aún tenía curiosidad que pudo haber pasado para que Benjamín reaccionara de esa manera. Nadie de la nada golpea a alguien. Y ahora yo lo estoy defendiendo contra mi mejor amigo.
-No creo que Benjamín te haya golpeado por nada- solté y luego me arrepentí de lo que había dicho, sonaba mejor en mi mente.
- ¿Qué? – preguntó Max, si las miradas mataran, estaría totalmente enterrado.
-No digo que hayas empezado algo- aclaré, un poco tarde -Pero tampoco creo que Benjamín te haya golpeado porque se le antojo.
-Pues sí- respondió Max, tomando su mochila, y acercándose a mí, señalando con el dedo -Y si te preocupas tanto por él, puedes ir a verlo.
-Estoy aquí contigo, Max- respondí, sincero.
-Yo no quiero que estés aquí- respondió él, seco. Caitlin solo nos observaba. -Eso chico es peligroso, y si lo penes sobre tus amigos, mucho más.La mirada de Max al recalcar la palabra sobre, llamó mucho mi atención. Era una mirada dura, casi deprimida, pero la disimulo muy bien con la molestia de ese momento. Estaba a punto de decir algo, pero Max tomó sus cosas, y se alejó casi corriendo de donde estábamos. Suspiré fuerte, y Caitlin me observó.
-No sé qué acabo de hacer.
-Yo sé que Max puede ser muy impulsivo a veces- habló Caitlin tomando su cartera -Pero no creo que esto haya sido culpa de él.
Y entonces ella también se fue. Me quede solo en el pasillo. El sonido de la campana me anunciaba que debía ir a clase de arte, pero no tenía ganas de ver la cara de Caitlin, o Max.
BENJAMÍN
Deje a Malory dentro del salón de clase, dándole una excusa de querer ir a los servicios, realmente no quería entrar a clase así que entre al baño, y Max estaba ahí, mirándose el ojo en el espejo. Caminé de frente, sin hacerle caso, no valía la pena. Entré a un cubículo del baño, y escuché que me hablaba.
- ¿Sabes lo que me acaba de decir Matt? – preguntó sarcástico. Suspiré, no me agradaba su compañía.
-No- respondí, y escuché una risa sarcástica.
-Te defendió, Benjamín- respondió él, justo en el momento que yo salía del cubículo.
Me quedé mirándolo por un momento. ¿Por qué Matt me defendería sobre Max? Se supone que él tiene más peso que yo en su vida.
-Al parecer si le importas- habló el cerrando el agua. Me observó -Si le haces daño, te juro que nada me detendrá de partirte la madre.
-No pienso hacerle daño- respondí.
Él se acercó a mi lentamente, rozando mi hombro, porque en realidad saldría del baño, pero susurro a mi oído.
-Eso lo veremos, Qithe.
Entonces salió del baño, yo abrí la regadera para lavarme las mano, y salí del baño, ahora viendo a Caitlin cruzar, para su clase, el timbre sonó, y pude ver a un pequeño Matt, completamente solo, en medio del pasillo. Sonreí.
MATT
Estaba a punto de salir de la escuela, y comprar unos cigarrillos. Pero unas manos fuertes empezaron a hacer pequeños masajes en mis hombros. Solo reí, al ver el tamaño de la persona que estaba a mis espaldas.
- ¿Alguien no quiere entrar a clase? – preguntó, mientras dejaba un brazo en mis hombros, y se colocaba a mi costado.
-Quiero fumar- respondí -Tienes cigarros.
-Tengo algo mejor, nena- respondió él -Pero, debemos ir a otro lado.
Tomé la mano de Benjamín, y lo literalmente, corrimos por el pasillo hacia la salida de la escuela. Él se sorprendió un poco de mi decisión tan precisa, y sin dudas. Llegamos hasta Lucy y Benjamín me tendió el único casco que tenía.
-Como has cambiado, Matt- habló él.
-Tengo una pequeña mala influencia en mi vida- respondí.
- ¿Es esa mala influencia mala para ti? – preguntó él mientras encendía los motores de la moto, yo, con el casco puesto, subí agarrándome de su torso.
-Es la mejor mala influencia que me ha podido pasar.
-Idiota.
Fue lo último que escuche de Benjamín antes de que él acelerada. No sabía exactamente a donde íbamos, pero al parecer era muy lejos. Con el pasar de los minutos, estábamos casi en las carreteras de la ciudad. Aproveché una luz roja, para preguntar.
- ¿A dónde me estas llevando?
-Un lugar extraño- respondió Benjamín, y no pude preguntar más porque volvió a acelerar.
Pude distinguir el bosque cuando estábamos dentro de la carretera, pero Benjamín seguía conduciendo. Llegamos casi a la mitad de la carretera cuando Benjamín se adentró al bosque por un pequeño camino, el cual ya estaba trazado. Al parecer este es un ligar al que viene, o venía muy seguido. El casco no me dejaba ver muy bien el lugar. Así que, cuando llegamos, baje automáticamente, quitándome el casco.
La escena era perfecta. Una pequeña cascada caía contra un río pequeño, rodeado de árboles grandes. Puede ver una pequeña ardilla, que se alimentaba de una avellana entre sus manos. Volteé a ver a Benjamín, y él estacionaba su moto frente a una cabaña, un poco vieja, pero hermosa. La pintura y el acabo era antigua, pero se veía acogedora.
- ¿Te gustó? – preguntó él acercándose a mí.
- ¿Gustarme? -pregunté sarcástico -Me encanta.
Miré hacia el cielo, llevándome la sorpresa que había un pequeño círculo de árboles, que dejaban luz solo a ese lugar, justo al río. Moví mi cabeza de lado a lado sorprendido.
- ¿Cómo conoces este ligar? – pregunté.
-Mi padre- habló él -Siempre venia como mamá.
No pregunté más, aunque Benjamín nunca me ha hablado de su madre, estaba seguro de que debe ser algo más fuerte que la historia de su padre. Me acerqué a él, y lo abracé por los hombros.
-Gracias.
Sentí sus brazos en mi cintura, moviéndose de lado a lado. Sus labios tocaban mi mejilla. Poco a poco, llegamos a chocar frentes, mirándonos el uno al otro directo a los ojos, podía sentir que miraba su alma. No había necesidad de palabras. Nos podíamos decir todo de esa manera, así que, choqué mis labios con los de él, en un beso. Su lengua y la mía se conocían muy bien, y sabia como jugar una con la otra. Metí mis dedos en su cabello, pero él corto el beso.
- ¿Vamos a bañarnos? – preguntó, yo sonreí, y asentí.
-El último en llegar es una ardilla.
Entonces corrí, riéndome de lo que acababa de decir, y lo ridículo que ha de haber sonado. Entonces empecé a sacarme los zapatos, el pantalón, la camiseta, y solo en bóxer salte al río, viendo como Benjamín estaba en el grass sacándose ese jean pegado. Y también en bóxer se lanzó al río.
- ¿Soy una ardilla? – preguntó acercándose a mí, sentí debajo del río sus brazos en mi cintura.
-Una ardilla grande, y gorda- sonreí, mientras ponía mis brazos alrededor de su cuello.
- ¿Enserio? – sentí los dientes de Benjamín tocar mi cuello, en una pequeña mordida, solo reí.
- ¿Te gusta morder? – pregunté, él suspiro mientras aspiraba el olor de mi cuello.
-Me encanta tu piel.
Entonces sabía que era el momento, sabía que debía decirlo tarde o temprano, pero este chico simplemente me volvía loco, todo él. Sus labios, sus ojos, pero más que todo eso, el hecho de estar aquí con él, en un momento que quería desaparecer. Él llegó, y me llevo lejos.
-Te quiero.
Los ojos de Benjamín brillaron un poco, aunque también transmitían sorpresa. Estaba preocupado de haberla cagado, porque no me respondía, aunque no era necesario, cuando sus labios reclamaron los míos. Entonces él coloco mis piernas alrededor de su torso, y tomo con sus manos mis muslos, mientras sus pies, chocaba la tierra del río, y salía de esta cual piscina, conmigo entre beso y beso.
-Benjamín, bájame- hablé cuando estábamos fuera del río, caminando hacia la cabaña, totalmente mojado.
-Repítelo.
Sabía exactamente a que se refería, no sé si alguien le haya dicho eso antes, pero creo que el mío fue sincero, y eso fue lo que le gusto. Aunque yo seguía piernas abiertas hacia él, apoyando mis brazos en sus hombros, mientras el me sostenía muslo tras muslo, solo pude sonreír.
-Te quiero.
Pero antes de poder decir otra cosa, sus labios volvieron a reclamar los míos, entrando a la cabaña.
Cuando entramos no pude observar nada. Benjamín me tenía agarrado como si fuera algo que podía romperse en cualquier comento. Sentí mi espalda chocar con algo que parecía el sofá de la cabaña, y entonces el ojiverde dejo de besarme, solo para tomar aire, y volver a reclamar mis labios.
Benjamín estaba muy excitado, lo podía sentir muy bien. Estar tan pegado a él, era casi imposible de evitar, pero esa no era la peor parte, aquí viene lo mejor, yo también lo estaba, y él me sentía.
- ¿Quieres hacerlo? – me preguntó mientras tomaba con sus manos el borde de mi bóxer. Yo suspiré, pero asentí.
Entonces sentí los dedos de Benjamín bajar por mis piernas, llevándose la única prenda que tenía con sus dedos. Un poco rojo, traté de cubrirme el rostro, por vergüenza, él solo rio.
-Eres perfecto.
Sentí pequeños besos en mis piernas, que subían lentamente hasta mi abdomen, luego en mi pecho, y terminaban en mi cuello. Me sentía entregado al cien por ciento. Se sentía tan bien tener a Benjamín encima de mí, besando cada rincón de mi cuello.
-Te quiero- dijo él mirándome a los ojos.
Y entonces caí en cuenta que era verdad. Nada era un sueño, este chico existía, y estaba conmigo. Entonces me deje llevar por cada beso, cada pequeño toque en mi cuerpo. Disfrute cada vez que Benjamín tocaba el cielo con mis besos, y mis actos. Pequeños detalles que me hizo hacerle, y luego viceversa. Las horas pasaban, y yo seguía en el cielo, junto a él, hasta después de hora haciéndolo, y por fin decir que no era virgen, ambos llegamos a un clímax inimaginable, entonces me di cuenta de que éramos uno para el otro.
-Te quiero- repitió Benjamín mientras se levantaba.
Yo estaba desnudo, en el sillón, sorpresivamente grande de la cabaña. Quise levantarme, pero Benjamín justo llegaba con un vino, cigarros, y una manta.
- ¿Te divertiste? – preguntó mientras nos cubría con la manta.
El ver a Benjamín desnudo, con naturalidad, era excitante. Él hombre tenía todo bien puesto en su lugar. Me apoyé en su hombro, mientras el me daba una copa con un poco de vino.
-Sí- respondí encendiendo un cigarrillo.
- ¿Fui el primero? – preguntó un poco burlón, mientras tomaba su vino. No respondí y él se rió, golpeé su pecho.
-Sabía que era virgen- respondí -Pero ya no.
Él solo rió conmigo, y beso mi frente. Estaba feliz, relajado, bese el hombro de Benjamín, dejando la copa a un lado. Él me cargó para sentarme sobre sus piernas, yo solo sonreía al sentir su brazo en mi cintura, y el otro tenía su cigarro. Sus labios tocaron mi pecho, entonces sentí su pequeño amigo crecer entre mis nalgas, me volví a poner rojo.
- ¿No te cansas? – pregunté un poco burlón. Él negó con la cabeza.
-Contigo no.
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BAD CLASSMATE [EDITANDO]
Romance¿Porqué enamorarse de una persona que realmente no vale la pena? Una persona de la cual tú sabes no tiene futuro, una persona que no le da importancia nada ni siquiera él mismo, mucho menos su familia, ¿porqué enamorarse de este tipo de persona?. Bu...