Capítulo 7

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MATT

Estaba en la puerta de la casa de Benjamín, detrás de él para ser exactos. Mi mirada estaba perdida en la puerta, como si fuera lo más importante en mi vida. Pero ¿realmente me merezco esta parte de la vida de Benjamín? Digo, conocer a su hermano debe ser un gran paso en esta "relación".

Escuchaba el sonido de las llaves, abriendo la puerta. Era un hecho, estaba a punto de entrar a su casa de la mejor manera, al parecer.

-Tranquilo, -me susurró el ojiverde mientras entrabamos -No te van a comer- él dejo sus llaves sobre una repisa, mientras se abría un poco la camisa. -Al menos, él no.

Lo miré confundido, él mantenía una sonrisa en el rostro. Al parecer es el único gesto de Benjamín tiene para mí. Estaba a punto de decir algo respecto a eso, pero una voz femenina me corto.

-Benjamín- lo llamó, él se movió incómodo.

Volteé el rostro para ver a la dueña de la voz, y entonces me di cuenta de todo, desde la incomodidad de Benjamín, hasta la mía propia, conocía a esa mujer, al menos de vista.

-Rebecca- habló el ojiverde dando un paso al frente, quise saludarla, pero otra vez, Benjamín me interrumpió -Necesitamos hablar, en la cocina.
-Sí- respondió Rebecca. -Hablemos.

Benjamín se perdió camino a su cocina. Ella, antes de irse, solo me miro de arriba abajo. Me sentí avergonzado, literalmente, era la otra. Vi cómo se perdió en la cocina, justo detrás de Benjamín. Entonces decidí tomar asiento en un sillón. Eso tomaría tiempo.

BENJAMÍN

No me molestaba el hecho que Rebecca siga viviendo en esta casa, me molesta que se meta en mis asuntos. Ejemplo, esta noche con Matt, era uno de mis asuntos.

-Explica- habló ella ni bien llego a la cocina, segundos después que yo.
- ¿Qué te tengo que explicar? – pregunté, un poco confundido.
-No es uno de tus amigos- respondió ella -Así que explícame, ¿qué hace él aquí? – hizo énfasis en la palabra él - ¿y por qué?
-Estábamos en una cita, - respondí de lo más sincero -Y decidí que debía conocer a mi hermano.
- ¿Una cita? – preguntó confundida, aquí vamos otra vez - ¿Con él?
-Sí, Rebecca- respondí yo -Con él.
- ¡Me estas engañando! – gritó ella desesperada, acercándose a mí. - ¿desde cuándo?

Suspiré un poco cansado, para explicar un poco. No la engañe. Mi relación con Rebecca siempre fue sexual, nada más. Cuando ella me explico que no tenía donde quedarse, por pensar con la cabeza de abajo, y no la de arriba, le ofrecí un cuarto, por un tiempo, que se volvieron años. Con eso no quiero decir que quiero que se vaya, no. Ella puede quedarse todo el tiempo que quiera, es una amiga cercana, al fin y al cabo, pero no tenemos nada serio, al menos no de mi parte.

-Tú sabes, más que nadie, -respondí acercándome a ella -Que lo nuestro no existe.
-Sé que es un negocio sexual- respondió ella, algo molesta -Pero pensé que tal vez, pasaría a algo más.
-No ha pasado en años, Rebecca- respondí mientras me apoyaba en la cocina, con los brazos cruzados.

Ella solo negaba con la cabeza. Sabía que hiciera lo que quisiera hacer no había nada que pudiera decir para hacerme cambiar de opinión.

-Nunca me llevaste a una cita- soltó ella -Solo me ofreciste un cuarto.
-Hemos salido varias veces- contesté, vi como limpiaba con sus dedos sus mejillas.
-Sí- respondió ella, estaba llorando -Pero nunca lo llamaste una cita.

Mierda, me sentía todo un capullo. Era como una patada en el trasero ver a Rebecca así. No quería que eso pasará, no debí darle ilusiones.

-Fue error mío, Rebecca- hablé suspirando -No debí hacerte esto.
-No- respondió ella, soltando una risa sarcástica -Yo debí detenerlo cuando pude.

Rebecca se acercó a mí, y con sus pequeñas manos agarró el cuello de mi camisa. Pude ser su rostro, perfilado, y fino. Sus ojos completamente oscuros. Pero, algo dentro de mí no me dejaba pensar en algo sexual. Solo apreciaba su belleza.

-Rebecca- dije cuando sentí que se acercaba. Y antes de que pudiera darme un beso, giré mi rostro. Sus labios chocaron mi mejilla.

Ella solo suspiro con tristeza. Golpeo un poco mi pecho como versión de despedida. Y sentí como se alejaba de mi cuerpo.

-Me iré- habló ella desde la puerta de la cocina -Mamá volvió, y tengo un nuevo hogar, con ella.

Yo solo sonreí, me sentía genial por ella. Tendría la vida que siempre a querido con su madre. Tal vez encuentre a alguien, y sea muy feliz como se lo merece.

-Me alegro por ti- respondí.
-Me despediré mañana de Selena- habló ella, aun de espaldas -Cuídate, Benjamín.

El tono de su voz en sus últimas palabras sonaron extrañas. Dudaba en si Rebecca era capaz de hacer un plan de venganza o algo en contra de mí, ella no era ese tipo de mujeres. Suspiré con fuerza antes de salir de la cocina, se escuchaban voces en la sala.

MATT

Habrán pasado unos cuantos minutos cuando sentí que alguien entraba por la puerta hacía la sala. Volteé mi cabeza, para encontrarme con un chico alto, más alto que Benjamín incluso, pero tenía su mismo color de cabello, ese negro, combinado con castaño. Y esos hermosos ojos verdes, aunque a Benjamín le quedaba mucho mejor.

-Bueno, bueno- habló el chico, quien supuse, es el hermano de Benjamín.

Me puse de pie casi al instante para estirarle la mano. Había una chica detrás de él. Ella tenía los ojos marrones, junto a un cabello oscuro también. Ella era delgada, y alta, tenía una sonrisa en su rostro.

-Hola- saludé, sonriendo también.

El apretón que me gané de parte del hermano de Benjamín fue muy fuerte. Tanto que emití un pequeño gemido.

-Francesco Qithe- habló él, en medio del agarré, que duro unos segundos.
-Matt Pocket- respondí, y él libero de mi mano.
-Ella es Selena- me habló Francesco, el hermano de Benjamín mientras se sentaba en el sillón frente al que yo estaba sentado, y sacaba unas latas de cerveza de allí.

La chica solo me miraba de arriba abajo, algo que, obviamente llamó la atención de su novio.

BAD CLASSMATE [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora