Charlotte🎮: Entonces, te irás de la ciudad por unos días. Qué mal, ¿a quién le patearé el trasero en los videojuegos? 😔😝
Yo: Eres experta en romper momentos agradables, teníamos una buena charla sobre nuestras personalidades y tuviste que decir esto. Amas romper mi orgullo, ¿cierto? 😒
Charlotte🎮: Oh, vamos~, no te enojes «oppa» 😝😂
Yo: NO ME LLAMES ASÍ 😤😥
Charlotte🎮: No me vas a negar que te reíste al leer esto, vamos, sabes que sí 😏😝 soy hilarante, no puedes resistirte a mis chistes 😎
Y en efecto, volví a reírme como un completo idiota ante su declaración a lo «Sherlock Holmes», me conocía bastante bien a pesar de estar unos meses socializando en línea mas agregando estas charlas por celular; no paraba de afirmar que me sentía muy a gusto con ella, y deseaba reencontrarme pero no en el hospital.
No, una verdadera reunión entre amigos y compañeros (rivales) de los videojuegos.
Yo: Comenzaré a creer que estás acosándome, Lottie 😉
De acuerdo. Eso fue bastante arriesgado.
Espero que no piense que estoy coqueteando con ella, porque eso sería tan vergonzoso y desastroso que estaba seguro que ella me borraría de todos lados, solamente fui juguetón, eso no era flirtear... ¿verdad? Ugh, no entiendo cómo lo logra Tony Stark en los cómics.
Charlotte🎮: ¡Hey! No pienses cosas raras, eh, ni que fueras tan interesante 😒
Yo: Me hieres, porque para mí tú sí eres interesante.
Charlotte🎮: ...
Charlotte🎮: 🙊Sonreí de forma ladina ante sus mensajes, dejarla sin palabras me parecía un logro justo como cuando consigues perfeccionar esa rutina de ejercicio que tanto te cuesta, así me sentí en esos momentos al leer su respuesta.
Notando que ya iban a ser las doce, debía de dejar aquella agradable plática con ella, tendría mi examen a primera hora y debía llegar sin parecer un zombie de Resident Evil con la cara demacrada por falta de sueño. Así que, con todo mi pesar, me despedí de ella prometiendo escribirle al día siguiente después de clases.
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𝐇𝐞𝐲, 𝐂𝐚𝐧𝐜𝐞𝐫! ↪ novela cristiana
SpiritualNo existe enfermedad más destructiva que el cáncer, pero no existen los imposibles para Dios. Charlotte lo sabía, Jaemin lo discutía. Pero ella le mostraría otra perspectiva, donde incluso al verse en el espejo le decía a su enfermedad: Hey, cáncer...