Lottie💘: No lo olvides. Servicio de jóvenes hoy en la noche, voy a mostrarte lo que es cantar con todo el alma y corazón 😉.
Sonreí como un completo estúpido al leer el mensaje, junto con el nuevo nickname que le había colocado en su contacto, mas su foto de perfil en Whatsapp era radiante para mí; Rowlan aún estaba sorprendido de que accediera a ir a la iglesia por ella, pero como dije, era un hombre de palabra y ya había prometido a Charlotte dejar que me enseñe sobre quién es Dios realmente.
Yo: ¿Es un reto, eh?
Lottie💘: Si eso crees, pero sé que te sentirás diferente cuando lo experimentes 😊
Ah, esta chica...
Negué sonriendo de forma divertida ante su declaración asegurada, encendí el motor de la camioneta y presioné el acelerador para tomar rumbo al hospital, de seguro mi madre estaba desvariando por el hambre que debía estar padeciendo.
Y decirle que me tardé por haber hecho del tonto hablando con Charlotte, no era nada viable.
—Aquí vamos. –Murmuré con cierto nerviosismo, a Charlotte le iban a realizar otra quimioterapia.
Y estaba algo angustiado, porque sé lo mal que la pasaba ella cuando pasaba por tales tratamientos, sin duda alguna yo deseaba ser quien sufriera aquello por ella.
—Buenas tardes. –Saludé a los colegas de mi madre con una educada sonrisa, antes de ingresar al pabellón de personas con cáncer.
Ella se encontraba junto a Charlotte y un niño, quizá de algunos seis años, hablando animadamente con ellas. Carraspeé llamando la atención de los individuos frente a mí, a lo que les dediqué una sonrisa ladeada algo leve.
—Hola, aquí está lo prometido. –Agité levemente el recipiente que contenía el almuerzo de mamá, y ella sonrió de manera tan alegre que me sentí mal por haberme tardado tanto.– disculpe mi tardanza, me distraje.
Charlotte soltó una risita pequeña ante mi excusa, y la miré de soslayo algo divertido, ella sabía por qué me había retrasado. Era una niña traviesa.
—No te preocupes, hijo, voy a comer antes de llevar a Charlotte a su quimioterapia. –Avisó sonriente antes de salir y dirigirse al comedor del hospital.
Al verla irse, me senté en la camilla junto a la mencionada, el niño no dejaba de mirarme fijamente desde que entré al pabellón, por lo que le sonreí ampliamente.— Hola, campeón.
No me dio respuesta alguna ante mi saludo, solo se quedó fijamente observándome como si yo tuviese algo extraño en la cara, y comenzaba a sentirme incómodo. Me dirigí a la ojimarrón esta vez, algo preocupado.
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𝐇𝐞𝐲, 𝐂𝐚𝐧𝐜𝐞𝐫! ↪ novela cristiana
SpiritualNo existe enfermedad más destructiva que el cáncer, pero no existen los imposibles para Dios. Charlotte lo sabía, Jaemin lo discutía. Pero ella le mostraría otra perspectiva, donde incluso al verse en el espejo le decía a su enfermedad: Hey, cáncer...