Barnaby y Beatrice Hamilton eran dos gemelos, muy influyentes y prácticamente los dueños del pueblo de Belmont Falls, tenían un vida perfecta, atractivos, ricos, prepotentes, se hacia todo como ellos querían, todos los adoraban ... O al menos eso pe...
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Shaína:
Me encuentro acostada en mi cama mientras pienso en mi extraño primer día, puse mis ojos en un chico el cual ni sé como se llama, encontré una nota perturbadora en mi casillero y tuve una conversación con Jade Nicholls.
Saco el celular de mi mochila negra de la escuela y algo dentro de la misma hace llamar mi atención, no son las notas de hace unas horas, esa las tengo en otro compartimiento, lo que ven mis ojos es una cajita de cartón, de esas en las que regalabas pendientes o joyas, es toda de color negro y tiene un pequeño lazo azul arriba. La abro con la intención de saber que tiene dentro, que extraño nadie me da regalos, ¿Quién rayos metería algo en mi bolso, sin qué yo me diera cuenta?
Dentro de ella hay un collar, parece de oro, elegante y luce muy costoso, tiene un pequeño rubí en el centro, es realmente bonito. Reviso mi mochila para ver si hay alguna pista de quien metió eso allí, ¿quién sabe?, quizás fue por error... tengo que devolverlo. Vuelvo abrir la cajita, y si, hay una pequeña nota, que no noté porque me quedé embobada viendo el caro rubí. Esta tiene el mismo papel de esta mañana, perfectamente recortado y con la misma letra, pero está vez dice:
"Llevaré una rosa a tu tumba,úsalo ese día, Shaína"
Dejo de respirar por unos segundos y digamos que estoy en estado de shock, si esto es una maldita broma mataré a la persona responsable. ¿Por qué a mí?, No le hablo a nadie, no me burlo de nadie, no molesto a nadie, ni siquiera me junto con nadie.
Sinceramente, ya tenía decidido no ir a la casa de Jade, pero quizás ella sepa quién está haciendo esto, no tengo nada que perder, a ella también la estan molestando. Tomo una mochila guardo una pijama, unos jeans, la primera camisa que veo, mis cosas personales, las notas extrañas y el collar costoso.
—¡Mamá!— grito saliendo de mi cuarto, tomando mi casco y las llaves de mi moto.
—Aquí estoy, hija— la escucho decir desde la cocina, bajo rápidamente y me la encuentro allí, ella me mira extrañada al ver mi mochila.
—Iré a casa de Jade Nicholls, y me voy a quedar, creo, ¿Puedo ir?— digo algo cohibida, ni siquiera creo mis palabras, todo es muy raro.
Mi madre me mira extrañada pero de inmediato asiente.
—Claro, me alegra que tengas amigas — yo asiento para esquivar las preguntas y ella me sonríe. —Diviértete, no te preocupes por nada.
—Gracias mamá, me iré en la mañana a la escuela y volveré a casa después de clases.
Me despido de mi madre, salgo de la casa y en un instante ya estaba en la moto, no se que se supone que hago, solo sé que recibir este tipo de cosas no es normal, y Jade era mi única especie de ayuda en estos momentos.
El camino dura unos cuantos minutos. Ella vive en la mejor zona, su familia es una de las más ricas del pueblo. En el camino veo la mansión de los Hamilton y una imagen de los engreídos gemelos cruza por mi mente.