Shaína.
Barnaby Hamilton, popular, atractivo, bueno en cualquier cosa que hacía, alumno con honores, impecable, perfecto, totalmente intocable. Todos querían ser como ellos, como los Hamilton, ellos parecían saberlo todo, tenerlo todo y serlo todo. Como si el mundo estuviese a sus pies y ellos Los Reyes.
Desde el primer momento en el que ese par llegó a este pueblo se declararon los dueños del lugar, y no necesitaron decir ni una palabra. Todos querían ser sus amigos, todos querían ser como ellos, todos querían tener su aprobación, pero siempre eran ellos dos. Si, claro que salían con otros chicos y chicas que les lamían los pies y parecían garrapatas, pero todos tenían en claro que ese era su mundo y allí solo existían ellos mismos, reían entre ellos mismos y cada secreto era entre ellos. Como si fuese una especie de burbuja en la que sólo el par de chicos podían entrar, totalmente exclusiva.
Pero no todo era perfecto en ellos y muchos se habían percatado de eso. Ellos eran malvados, engreídos, egoístas y crueles, estaban dispuestos a lo que fuera con tal de que el foco de atención f fuesen ambos.
Y aquí estoy yo, en la habitación de Barnaby Hamilton, buscando algo, algo que sea valioso.
Dejo la puerta entreabierta porque me asusta estar aquí, en una habitación que carece de luz, la poca que entraba era la de la ventana. Miro a mí alrededor con total atención y al salir de aquí voy a poder asegurar que entré a una habitación más grande que mi sala. El papel de la pared es color gris, pero las mismas estaban llenas de cosas interesantes. Una de ellas estaba llenas de fotos junto a su hermana, los dos chicos pálidos riendo, jugando, de su infancia y llena de momentos que parecían ser felices. Otra de ellas tenía cuadros, hechos por él, todos sabían que Barnaby era talentoso y su habilidad pintar era increíble, en esa misma pared había lo que parecía ser un estante y un gran escritorio, con hojas perfectamente ordenadas en pila y cuadernos. En la otra no había aparentemente nada, solo estantes con libros que llegaba al techo, el clóset y un espejo. También había una puerta que daba al baño. La otra y última pared fue la que llamó mi atención más que las otras. Estaba la cama pegada a ella pero un poco a la derecha había lo que parecía ser un tablero de madera en la pared. Había un calendario con fechas aparentemente importantes, le tomo fotos. También varios nombres escritos en una hoja, algunos estaban tachados, también le tomo una fotografía, para ver todo detalladamente luego. Y habían un par de notas escritas con tinta roja, pero no tenían sentido, así que las tomo todas con mis manos. Miro abajo de la cama cuidadosamente, observo el piso con atención, incluso muevo un poco algunas cosas en la habitación, pero no parecía que hubiese algo más aquí.
Camino hacia la puerta para salir al fin de esta pieza, que me daba algo de miedo y me inquietaba para ser sincera, pero Zach entra con apuro, mira con atención el lugar y corre para el escritorio, yo frunzo el ceño porque no entiendo que le pasa a este chico.
A veces luce como un nerd, completamente y totalmente tonto e inútil y otras veces de la nada parecía activo, inteligente y nada cobarde, como ahora. Es un chico extraño, aún así siempre se le notaba lo friki, en todas las facetas.
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Breaking Habit
Ficção AdolescenteBarnaby y Beatrice Hamilton eran dos gemelos, muy influyentes y prácticamente los dueños del pueblo de Belmont Falls, tenían un vida perfecta, atractivos, ricos, prepotentes, se hacia todo como ellos querían, todos los adoraban ... O al menos eso pe...