𝘚𝘰𝘴𝘱𝘦𝘤𝘩𝘰𝘴𝘰 #4 - 𝘚𝘱𝘦𝘬𝘵𝘰𝘳

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Me encontraba sentado sobre el suelo,  con mi rostro hundido en mis manos, estaba harto y deprimido. Le había estado dando demasiadas vueltas al asunto, y eso que apenas habíamos comenzado con la lista, no quería ni saber los que seguían.

—Vamos Julian, levántate para ver otro sospechoso— oí a Remiel a lo lejos.

No tenía ganas, pero ¿quién era yo para oponerme a un arcángel? Así que solamente me quejé y lentamente me puse de pie.

Apenas y podía mantener mis ojos abiertos, cuando me vi otra vez, estaba caminando por la calle en un día bastante lluvioso.

Creo que fue cuando había ido a Los Ángeles hace varios meses, no recuerdo a qué, pero si sucedió algo.

   ' ¿por qué no me traje un paraguas? Me preguntaba a mí mismo, ahora estaba todo empapado y no encontraba ningún lugar en donde pudiera entrar y refugiarme, por lo que seguí caminando.

Miraba el suelo, viendo como pisaba los charcos, al menos mis botas eran de piel y no traspasaba el agua.

De pronto unas luces neón llamaron mi atención, era una tienda de discos y vinilos. Sin dudarlo crucé la calle y entré, sintiendo un ambiente acogedor y calientito, con un ligero aroma a café.

Alcé la mirada y miré brevemente todo el lugar, hasta toparme con unos ojos curiosos detrás del mostrador. Una cajera me estaba mirando, y por la manera nerviosa en la que lo hacía, seguro sabía quién era yo, así que solamente le sonreí y continué en lo mío.

La tienda era bastante grande, así que decidí mirar todo en lo que la lluvia paraba. Me dirigí al área de vinilos y comencé a verlos uno por uno, tal vez de casualidad encontraría alguno que me interesara.

—¿Julian?— Escuché una voz femenina a mi espalda, a lo que volteé rápidamente.

Ahí estaba, frente a mi, Regina Spektor, con quien no había tenido contacto desde hace años.

—Oh, hola Regina— hablé nervioso.

—Qué sorpresa verte— dijo soltando una risita.

—Lo mismo digo yo.

—Ehm... y... ¿qué tal te va?— me preguntó, trabándose un poco.

—Bien— respondí cortante, en realidad no quería hablar con ella, me sentía incómodo.

Continué mirando los vinilos y no le presté mucha atención, esperando que captara mi indirecta y no me hablara demasiado. Si quería saber algo más simplemente podría buscarlo en Google.

—Yo... solo quería decirte que casi arruinas mi carrera musical. Y creo que lo sabes, por eso no me puedes mirar a los ojos— dijo Regina, y no en tono de reclamo, solo como si quisiera asegurarse de que lo supiera.

—¿Perdón?— pregunté confundido —¿De qué demonios hablas?.

—No te hagas, Julian.

—No me estoy haciendo, en realidad no sé a qué te refieres, nunca te he hecho nada.

—¿En serio? Mira que conveniente, ¿no te acuerdas de cómo hablaste de mi frente a tus amigos? A todo el mundo le dijiste lo que hacíamos juntos; Y por tu culpa nadie me tomó en serio por muchos años, lo único que querían sacarme era lo que te di a ti, ya nadie quería mi música, solo aquello, y no sabes lo que me costó encontrar personas que solo se interesaran en mi trabajo. Eres un hombre muy poderoso, y no tienes ni puta idea de lo que puedes lograr con tus palabras— habló Regina, molesta y con los ojos vidriosos.  '

Recordándolo bien, me arrepiento de haber hablado sobre lo que hubo entre nosotros. En ocasiones cuando estaba bebiendo y divirtiéndome con mis amigos, sacábamos el tema de las chicas, y casi siempre hablaba sobre lo increíble que había sido tener sexo con ella, pero de verdad nunca pensé que la afectaría así.

Ella fue muy buena conmigo y no tenía ningún derecho a hablar a su espalda, aún menos su hubiera sabido que casi le arruinaría la vida.

   ' —Yo... en realidad lo siento, no fue mi intención hacerte eso— me disculpé, volviéndola a mirar a los ojos.

—Olvídalo Julian, yo te perdoné hace años, pero solo quiero que sepas que el karma existe— dijo mientras tocaba mi hombro suavemente, para después darse la vuelta y salir rápidamente de la tienda, dejándome ahí sin poder decir nada más.

Todo había sucedido tan rápido que no pude reaccionar, me sentía tan confundido que volví a recrear todo en mi mente.

No era la primera de que lastimaba a una mujer que alguna vez quise. '

"El karma existe" no podía dejar de pensar en esa frase. Realmente estaba dudando de Regina, si yo casi arruiné su carrera era posible que ella en venganza hubiera querido terminar con la mía, pero no había necesidad de matarme, si lo hubiera querido simplemente hubiera exhibido todas aquellas veces que me involucré con groupies menores de edad y hubiera ido a prision probablemente.

Regina era dulce, lo sabía, ella no podría llegar a tanta maldad... pero pensándolo bien, nunca llegué a conocerla del todo, lo nuestro fue tan superficial y fugaz, un romance de unos cuantos meses, y si está en esta lista, significa que no es la persona que aparenta ser.

Detrás de esa persona dulce que no mata ni una mosca, se puede esconder la peor de todas. No estoy seguro aún, pero creo dudar de ella.

Regina estaría entre mis sospechosos.

11th Dimension (Julian Casablancas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora