11th Dimension (Julian Casablancas)

𝘐'𝘭𝘭 𝘣𝘦 𝘪𝘯 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘸𝘰𝘳𝘭𝘥 𝘸𝘩𝘪𝘭𝘦 𝘺𝘰𝘶'𝘳𝘦 𝘱𝘪𝘴𝘴𝘪𝘯𝘨 𝘰𝘯 𝘮𝘺 𝘤𝘢𝘴𝘬𝘦𝘵

Advertencia: este capítulo contiene escenas fuertes, por lo que no recomiendo su lectura si son sensibles.

Cinco minutos, veinte minutos, cuarenta minutos... el tiempo pasaba y Andrew seguía esperando el momento en el que Julian saliera de casa. Juliet le había avisado y supuestamente él debería de haber salido hacía ya bastante tiempo, pero no fue así.

Se recargó en aquella banca de madera y miraba a su alrededor, pretendiendo que esperaba a alguien, mientras que en realidad estaba por matar a alguien.  Admiraba aquellas palomas que picoteaban el piso, los carros lujosos que pasaban frente a él y a las atractivas chicas que meneaban sus caderas provocativamente, sabía qué estaba mal verlas lascivamente, pero probablemente sería la última vez que vería mujeres.

El repentino vuelo de las palomas lo sacaron de su trance y entonces lo vio, Julian acababa de salir del edificio a pasear a su perro.

Rápidamente se levantó y cruzó la avenida, tratando de no perderlo de vista, y una vez que se acercó lo suficiente, comenzó a seguirlo.

Probablemente lo habría seguido por más de cinco minutos, pues estaba dudoso y extremadamente nervioso, ya que sería la primera vez que mataría a alguien y serían sus últimos momentos de libertad, no quería hacerlo, claro que no, y ahora se estaba maldiciendo a sí mismo por haber estado en malos pasos, pero ya estaba, no había vuelta atrás.

Sacó el arma del bolsillo de su chaqueta, procurando que no se le resbalara con el sudor de su mano, le apuntó a Julian, a la cabeza, y disparó.

Uno.

Dos.

Tres.

Todo ocurrió tan rápido, y antes de que lo supiera, Julian ya estaba tirado en el suelo, escupiendo sangre a borbotones y personas corriendo a ayudarlo.

Había fallado, no logró dispararle en la cabeza, pero si en el pecho y abdomen, cuyas balas perforaron los pulmones.

Andrew contempló aquella fatídica escena por lo que pareció una eternidad, hasta que finalmente las sirenas de las patrullas aproximándose lo hicieron reaccionar.

Aún con el arma entre sus manos, comenzó a correr, lo más rápido que podía, empujando a todo aquel que se encontrara en su camino.

Algunas de las patrullas se detuvieron en él área donde estaba Julian, pero otras parecían estar buscándolo. Pronto, algunos policías comenzaron a perseguirlo, provocando un caos en las calles, pero no podían alcanzarlo, era demasiado rápido y por más que le exigían que se detuviera, no lo hacía.

De una pequeña calle, aparecieron dos policías a caballo, cuyos animales tan ágiles lograron alcanzarlo en cuestión de segundos.

—¡Entréguese ahora o nos veremos forzados a tomar medidas drásticas!— le gritó uno de los policías.

Andrew sabía que su final estaba cerca, así que en un último esfuerzo se metió en un callejón, el cual estaba cerrado por una valla de madera, y tomó impulso para poder saltarla, pero antes de tan siquiera intentarlo, escuchó un disparo y su pierna derecha dejó de responder, haciéndolo caer al suelo.

Los caballos se detuvieron abruptamente, casi pisándolo, y los policías bajaron, para inmediatamente someterlo contra el piso y esposarlo.

Su pierna sangraba bastante y le dolía hasta el alma, pero entendía que era lo menos que merecía, así que solo se quejaba un poco.

Un minuto después, oyó la sirena de una ambulancia, la cual se detuvo donde estaba y rápidamente bajaron los paramédicos, poniéndolo bruscamente en una incómoda camilla y amarrándolo a ella con aquellas cuerdas negras.