CAPITULO 14
Cuando Christian abrió los ojos se encontró en un lugar que le resultaba vagamente familiar, pero no podía recordar de donde, su mirada no estaba centrada, era como si el mundo girara a su alrededor, estaba seguro que el tipo ése lo había drogado y definitivamente no estaba en un destacamento policial.
Estaba sentado y atado fuertemente a una silla, no las de madera, ésta era especial, fabricada de hierro y atornillada en el suelo, supuso que su captor la fabricó. Había plástico a su alrededor, no sabía con qué fin, o tal vez sí, pero no quiso pensar en ello.
-Por fin despiertas cretino, le dijo el tipo.
-¿Qué mierda te crees que estás haciendo? le espetó furioso Christian.
El sujeto ni se inmutó de su enojo, paseó sus manos por una serie de cuchillos que había en una mesita a su lado derecho.
Christian se asustó, abrió los ojos desmesuradamente sabiendo lo que el otro hombre pretendía.
-¡No soy puto! ni creas que voy a tocarte, lo sado me gusta pero solo con mujeres...
-Con mujeres indefensas a las que luego asesinas, le escupió enojado su captor.
Christian puso cara de póker, no iba a confesar nada, después de todo él cubrió bien sus huellas, nadie podía saber la verdad.
-¡Hablo de mi hermana, hijo de puta! gritó el hombre fuera de sí.
De pronto Christian recordó porque aquel lugar le parecía conocido, era donde una vez lo llevó esa chica que conoció en el chat, aquella bonita rubia de la que disfrutó y a la que mutiló y terminó enterrando a algunos kilómetros de allí. Comenzó a sudar frío, se estaba poniendo nervioso. Trató de zafarse de sus ataduras pero por mas que lo intentó no lo logró.
-No sé de qué me hablas, le dijo al tipo tratando de poner cara de inocencia. Falló miserablemente.
-¿Qué hiciste con ella?
-No se de qué hablas.
Un golpe fuerte casi le disloca la mandíbula.
-¡No te hagas el imbécil! ¿Dónde está mi hermana?
-¡Muerta! le escupió Christian a la cara, feliz de ver el momentáneo dolor del otro hombre en su rostro para luego transformarse en furia asesina.
-¡Vas a pagarlo! y tomando un cuchillo de la mesa comenzó a cortarlo.
Christian gritó pero sabía que nadie lo ayudaría, como tampoco nadie ayudó a aquella bonita rubia cuando él la torturó.
De pronto comprendió para que era aquel plástico que rodeaba la silla cuando su sangre comenzó a salpicar el lugar.
Y el tipo no paró allí, siguió golpeando y cortando con toda la rabia que debía tener acumulada, Christian dejó de gritar desde hacía rato, sin embargo lo reemplazó con su sádica risa al comprobar como su captor suplicaba que le dijera donde estaba el cuerpo de su hermana.
Christian no supo cuanto tiempo estuvo allí, ni cuanto tiempo aquel infeliz lo cortó en todas partes de su cuerpo, pero ya no le importaba, sus ojos comenzaron a cerrarse y sintió plena satisfacción al saber que ese tipo nunca podría darle un entierro digno a su hermana, porque a pesar de toda la tortura jamás le dijo donde hallarla.
Cerró sus ojos feliz con su asquerosa y macabra victoria y murió desangrado como aquellas chicas que asesinó.
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El sumiso
RomanceTom está enamorado de Trudi desde los 6 años, haria lo que sea por tenerla...lo que sea. Si ella quiere azotarlo, bienvenido sea, con tal de tenerla seria capaz de todo, pero el hecho de gustarle ser dominado por ella no estaba en los planes.