Capitulo 15

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CAPITULO 15

Tom estaba en el paraíso, después que le dieron el alta en el hospital y no sin antes mandarlo a conversar con un psicólogo porque un intento de suicidio no era cualquier cosa, lo mandaron a su casa con la recomendación de que no volviera a intentar cometer una estupidez similar en el futuro. Trudi le aseguró al médico que lo vigilaría bien y que si fuera necesario lo amarraría, lo djo en tono de broma, pero Tom sabía que ella hablaba en serio y aquí se encontraba él atado de pies y manos en la amplia cama que compartían juntos desde hacia semanas.

La dicha era absoluta, no podía creer que todo se hubiera solucionado, se sentía estúpido e inmaduro por intentar matarse pero ahora estaba cumpliendo su castigo, esperando a que Trudi le diera el mejor orgasmo de su vida y aunque ella lo cabalgó tres veces, llegando ella las tres veces y prohibiéndole a él llegar, se sentía muy feliz, y gozaba de su castigo.

Su erección estaba arriba como el asta de una bandera, esperando, anhelando, sin permiso a bajarse, Trudi volvió y lo montó de nuevo, fuerte y rápido como le gustaba a ella y cuando estuvo a punto de llegar le dió el tan esperado permiso y Tom llegó al más tremendo orgasmo que tuvo en su vida, fue tan intenso que gritó el nombre de su preciosa rubia al correrse, sentia sus piernas temblar, demonios si no fué una brutal eyaculación.

Trudi comenzó a reirse al ver el temblor de sus piernas y él se contagió riendo por igual.

Amaba a ésta mujer, nadie lo hacía sentir como ella, nadie jamás se preocupó por él como Trudi lo hacía, y Thomas se conformaba con lo que ella quisiera darle, no pediría más, no exigiría nada, sólo se conformaría con lo que pudiera ofrecerle.

Tenía miedo de perderla si le pedía amor o si le confesaba que estaba perdidamente enamorado de ella desde que eran unos críos, temía ver la burla en sus ojos o tal vez lástima, sabía que ella no era así, que nunca lo humillaría pero siempre fué inseguro, y si se ponía a pensar bien era un cobarde por no expresarle lo que sentía por ella, pero prefería ser un cobarde con Trudi a su lado que un valiente y perderla.

Al final ella soltó sus ataduras, lo nalgueó fuerte y Tom ya tenía ganas de mas, pero Trudi ya estaba agotada y a la promesa de que más tarde tendrían otra ronda, se acurrucó en su espalda dispuesta a dormir por un rato, entrelazó sus dedos con los de ella, Tom las llevó hacia su corazón y Trudi dijo las dos palabras que el soñó por años pero que nunca creyó que ella se las diria: te amo

Y se durmió con ella abrazada a su espalda, sonriendo embobado porque era correspondido, porque su dulce Trudi lo amaba.

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