Se han quedado fritos.
Están ahí, abrazados de alguna manera, dormidos. Uno babeando más que el otro...
Shiro permanece en el local. Está mirando un punto fijo. Está pensando en lo sucedido.
En por qué Adam tuvo que salir. En por qué él.
Suspira y cierra sus ojos, masajeando su sien.
Mira el techo. Sólo hay una mísera lámpara blanca y en la esquina una lámpara antimosquitos. Una cárcel blanca.
Peor que una cárcel. Su cárcel ahora son sus remordimientos.
Su cárcel ahora no es una pared de pladur. Es su conciencia. Es Adam. Es un agujero atravesando la piel de café de su chico.
Es ver sus gafas en la mesa. Es ver la silla vacía.
Golpea la mesa con el puño y coloca sus dedos en su sien.
Puta porquería es la vida.
La vida es una puta ruleta rusa.Y, la verdad, aún tiene una bala en la recámara.
Sendak sale al exterior. Ha pensado en las palabras de Lotor. En ese plan suyo.
Ha pensado en él. Mucho.
Pero claro... después de cogerle del pelo y follarle hasta correrse dentro de él, poca seriedad le va a coger.
Chasquea su lengua y tira el humo del cigarro que ha encendido.
Está bien el plan. Está bien de no ser por eso, por que le ha follado vivo y parece que le ha traído él mismo la lucidez, y por otro detallito: no ha sido suyo.
No es un plan suyo.
Y no le sale de la punta de la polla obedecer el hijo puto de Zarkon.
No le da la gana.
Detrás de él se abre la puerta.-Sendak. -un galra fiel suyo se pronuncia detrás de él. -¿Que... has pensado? Me han dicho que tienes... -el galra más alto tira el aire de forma bruta y malhumorado. Tira el cigarro a medio acabar al suelo y en el charco de agua y barro se apaga muy muy lentamente.
Muy lentamente.
Mucho.-Llama al canijo. Al de antes.
-Pero no... tenemos su teléfono. -Sendak gruñe.
-¡Pues lo buscas, joder! ¡Hay que daroslo todo mascadito! -el mayor entra de nuevo al local.
Y el galra no tarda mucho en salir en su búsqueda.
Y no, no tarda en encontrarlo.
Lo normal es que estén en comisarias, farmacias, médicos, urgencias, supermercados comprando tiritas y alcohol medicinal...
Lo normal después de una paliza y a saber que drogas en el cuerpo.Sendak le coge del cuello. Otra vez temiendo por su vida.
-Vas a obedecerme. Vas a obedecer cada cosa que te diga ¿vale? Por que si no... te pienso arrancar los dedos uno a uno... Uno. A. Uno. -Slav asiente con los ojos llorosos.
-S-Si... s-si... -traga saliva y mira sus ojos.
Y obedece.
Obedece como un puto perro.
Es que así funciona todo.
Como te cojan de conejito, eres suyo.
Todo suyo.
Si un día necesitan que lleves un pedido, lo llevas. ¿Que tienes que llevar droga en agujeros inexplorables? La llevas.
¿Qué tienes que pegarle un tiro a uno? Se lo pegas.Es por la tarde. Es por la tarde, y tarde.
Akira no puede dormir más. Está agotado mentalmente. Su cabeza no le permite continuar.
Mira a su lado.
Leandro duerme con un brazo estirado y la boca abierta. La saliva que resbala por la comisura de su boca le hace ver tan enternecedor... eso y un poco asqueroso. Es como un crío. Lo es, al fin y al cabo. Que tener 18 años o 19 no te hace muy mayor.
Mira el techo. ¿Lo primero que piensa? Adam.
El hospital.
Que está sólo.
Que se ve a despertar y sólo.
Mira a Leandro de nuevo.-¿Leo? -susurra. Nada. Sigue frito. Y va para largo seguro.
Se levanta y se viste en silencio, mirando a su compañero desde los pies de la cama.
Tiene el culo asomando por el final de las sábanas, y, sinceramente, le dan ganas de morderlo. Cosas suyas.
Se recoge el pelo en una coleta alta y se pone un gorro.
Se pone unas gafas de pasta falsas.
Pone su flequillo de forma distinta a la habitual y se pone la capucha de la sudadera.
Parece un puto pijo "revolucionario" con alma de punky capitalista.
Sale por la puerta y enciende un cigarro.
Da una calada y tras tirar el humo, respira hondo.
El hospital más cercano está a unos minutos largos.
Lo mejor sería la moto pero... eso es muy descarado. No se chupa el dedo.Fuerza el candado de alguna cadena de bici y la desengancha en segundos silenciosos.
Se sube en ella y corre hacia el hospital.Entra.
Sabe que les tienen fichados. Tal vez las gafas de pasta ayuden en algo...Se acerca a la primera mesa de recepción y pregunta.
-Hola. Eh... ¿ingresados?
Sube en ascensor. Los señores y las mujeres que hay dentro le miran por encima del hombro. Huele a tabaco y a colonia pesada. Alza una ceja al ver como un chico le mira con superioridad.
Sale del ascensor y con cara de mala hostia, busca una recepción. No está para tonterías.-Hola. -otra vez. -¿Podría decirme donde se encuentra Adam Ware? -el recepcionista frunce el ceño.
-No puedes entrar con tabaco. -Akira alza una ceja algo molesto.
-No voy a entrar con tabaco.
-Aún así no puedo decirte nada, chaval. Tu cara me suena mucho. - el coreano mira a su alrededor. Silencio.
-Se que le sueno. Tal vez... -se acerca a él y en susurros le habla. - ...nos entenderiamos mejor en otro lado. -susurra Akira sonriendo.
Y ahí acaba. Una vez más.
Una vez explotando esos encantos suyos. Una vez más incando rodilla.
Es que es lo que toca.
Las personas tienen deseos. Las personas pecan y, por muchas estampitas y rezos, siempre hay pecado. Que los siete pecados no se escribieron en vano. Y aún les faltan más. Vaya que si faltan...
Que podrían incluir la imaginación y los sueños.
Incluso el apetito.Ahora Akira está entre las piernas de ese hombro, de rodillas, con los ojos y los puños cerrados. Se clava sus propias uñas en las palmas de sus manos. Quiere que acabe cuando antes.
Están en un baño del hospital. Dentro de un cubículo oscuro. Huele a lejía ahí abajo, en el suelo.
Levanta sus ojos al hombre mientras mueve su cabecita muy lentamente, apretando con sus labios su sexo y robándole gruñidos y sonidos guturales.No le duran nada. Lo mismo que un caramelito.
Tampoco pone restricciones. Si quiere ganarse algo tiene que esforzarse... aunque sea así.
No suele ser agradable, no.
Prefiere los polvos. Prefiere que le empotren. Al menos se lleva algo...Acaban corriendose en su boca, acariciando su cabello y levantándole la cabeza desde el mentón. Akira les mira sonriendo como un crío y limpiando su boca con el perfil de su mano.
Le dice la habitación tras mirar su culo.
Acaba con la capucha puesta de nuevo y con la cara pintada en una mueca molesta y seria.
Por el pasillo se encuentra con un hombre que tiembla y suda.
Sale apresurado de allí.Akira tiene delante de él la habitación de Adam.
Abre la puerta tras mirar a su alrededor.
No hay un alma allí.
Sólo él y el tipo sudoroso que se ha cruzado.Pero ese ya se ha ido.
Shiro sale de la salita y mira a Corán.
-Ponme uno cortito... -murmura con la voz suave y la mirada triste.
-Te veo desanimado. -Corán coge una botella y sirve el chupito. -¿Es por él?
-Si. No te voy a engañar. -coloca el chupito frente a él y mira sus ojos.
-Puedo ir a verle. - murmura Corán. -Sabes lo bien que se me da el disimulo.
-No puedo arriesgarme contigo.
-Hachiko, que nos conocemos. Sólo te pediré algo mínimo a cambio... que ya tenemos una edad y sabemos de esto. -Shiro juega con el licor que se ha desbordado del vasito con la yema del dedo.
-Corán, no creo que sea lo oportuno. -Corán niega.
-Nada lo es ahora mismo. -Shiro sigue mirando la barra de acero. Levanta sus ojos a Corán.
-Cuánto.
-Con quinientos pavos me basta. -Shiro asiente.
-Ves. Pero por favor, ten cuidado...
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NEON TRAFFIC // Leakira!AU // Alternative Voltron Fanfic
RandomParece mentira. Altea está más que poblada y más que avanzada. Hay recursos, hay avances y hay fiesta. Y donde hay fiesta, hay consumo. La quintaesencia, esa gran buscada por tantas mafias y tantos clanes, esa esencia ansiada que promete efectos d...