NEON TRAFFIC // Leakira!AU // Alternative Voltron Fanfic

Treinta y dos

-No tenías por qué invitarme.

-Tenía que hacerlo.

-No.

-Si. Esta semana he estado currando mucho para ti. -la morena le guiña el ojo. Romelle alza una ceja.

-Para ti y para Hachiko. ¿Me equivoco?

-Es que le debía una parte, ¿vale? Era poco, pero... -Romelle ríe y da un trago largo a su vaso. Allura sonríe de vuelta como si fuese algo mecánico. Como si estuviese escrito. Su sonrisa es preciosa. Mucho.
Le fascina. ¿Como algo tan bello puede ser tan mortal? Es un puto arma de doble filo. Es preciosa.
Es una princesa de cuento. Es perfecta.
¡Dios como nadie puede ser tan bonita y perfecta!

-Llura. -la rubia le llama. -Que no hacía falta. Podíamos ir a medias.

-No. Quiero invitarte.

-Ni que fuese tu novia. -y un silencio sólido. La rubia bebe de nuevo, mirando los ojos de Allura fijamente. La albina ruborece.

-No vamos a hablar del tema...

-Por que sabes que yo...

-Calla. -Romelle ríe de nuevo.

Le encanta estar con ella.
Le encanta acariciar sus pies bajo la mesa y coger su mano. Le encanta sentir la suavidad de sus dedos entre los suyos.
Le fascina toda ella.
Toda.
Pero a la vez tiene miedo.
No todo es una película de amor de Nueva York, de bombones de chocolate negro y rosas por las mañanas.

Esta tumbado en el sofá.
Está de lado.
Está en el sofá de... ¿de quién es este sofá? Huele a tabaco y lavanda.
Huele bien pero... es que ese no es "su sofá". "Su sofá" es más grande y no hace esquina, y además está en el piso de Akira.
Él suyo propia es enano y lamentable.
Pestañea muy muy lentamente.
Todo da vueltas.
Parece que se ha fumado cuatro porros y una pastilla. Va mal. Muy mal. Y no siquiera ha tocado un sólo vaso.
¡Ni un mísero porro!
Gime del dolor al girar su cuerpo. Está muy muy mareado. Siente como todo se encoge y se oscurece. Casi de la misma manera que cuando te vas a desmayar. Esa sensación de desvanecimiento.
Pues es eso, constante.
Está sudando.

Escucha unos pasos hacia él.

-Te has despertado, otra vez. -dice sonriendo. Peina su melena tras su oreja y ladea su cabeza. -Te has quedado frito a mitad de camino. ¿Te encuentras mejor? -Leandro tuerce sus labios. Cierra sus ojos y curva sus cejos de manera desagradable.

-Voy a vomitar... -murmura.

-Espera. Iré a por algo. -el chico se levanta. Leandro aprecia su melena. ¿Por qué todos tienen que tener el pelo tan largo? Yo que se, aunque sea un trozo rapado...
No le da tiempo a pensar más. Las náuseas inundan su ser y hacen que sus dedos tiemblen. Se encoge y bufa.
El chico de piel morena llega con un barreño. Deja este a los pies del sofá.
-Te lo dejo aquí. No tienes que hacer apenas esfuerzo. -el chico se queda mirando al castaño. Leandro le mira como puede. Sus ojitos azules se asoman entre sus párpados.
Un auténtico crío enfermo.
El desconocido sonríe y ladea su cabeza.
-Debes estar pasándolo mal... -Leandro coge aire y lo tira.

-Me da todo vueltas...

-Es como si hubieras bebido.

-No he... bebido... -murmura.

-Lo se. No hueles a alcohol. Hueles a tabaco. -ríe en voz baja y saca una sonrisa débil a Leandro. -Descansa un rato. Te vendrá bien. -el chico se levanta. - No te preocupes por estar aquí eh, no me molestas en absoluto. -coge su teléfono y se apoya de nuevo en la pared. Está tecleando algo de manera relativamente seria.

-¿Tienes... agua?... -el dueño de la casa asiente. Se incorpora y deja el móvil bocabajo. Saca una botella y llena un vaso hasta que alcanza la mitad.
Se acerca a Leandro y espera a que se incorpore.