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Temo llegó al salón de clases, llegó más temprano de lo normal, seguro estaria vacio. Pero al llegar a la puerta vio a su rizado favorito, por alguna razón Aristóteles había llegado demasiado temprano a clases.

Cuauhtémoc lo observó, Ari tenía los audífonos puestos, tarareaba la canción que escuchaba y con el lápiz golpeaba la banca siguiendo el ritmo. Temo sonrió y de su mochila sacó su cámara Polaroid, espero a que el rizado le diera un ángulo perfecto y justo cuando Ari levantó la mirada hacia el techo y acomodo sus rizos, Temo capturó el momento obteniendo su nueva foto favorita.

Cuando Ari bajo la mirada noto la presencia del castaño, lo vio con su cámara y sonrío, Temo en modo fotógrafo era su Temo favorito.

-Hola.-Dijo llamando la atención del López.-¿Que haces?.

Temo lo miro y sonrio.

-Te tome una Polaroid, capture tu brillo en ella.-Temo respondió haciendo reír al chico.

-¿Puedo verla?.

Temo le tendió la foto y Aristóteles la tomo. La observo por unos segundos dándose cuenta que Temo había estado observando, porque de no ser así no hubiera capturado tan buen ángulo.

-Eres muy buen fotógrafo.

El castaño se sonrojo.

-Nah, tu eres un modelo muy guapo.

Los chicos se miraron directo a los ojos, sin dejar de sonreír. 

Poco a poco Temo se fue acercando al rizado, ambos comenzaron a sonrojarse y Aristóteles sintió como sus manos temblar y su corazón latir con fuerza. 

No era la primera vez que él experimentaba todo eso, cada vez que veía a Temo le pasaba y a él le agradaban esas emociones.

De pronto las voces de varios chicos se escucharon y Temo retrocedió de golpe, haciendo que Ari se asustara un poco.

-¿Estas bien?.-Pregunto el rizado al ver a Temo mirando a la puerta. El chico asintió y vio cómo los chicos se seguían de largo.

-Si…-Temo miro a Ari.-¿Qué hacías antes de que llegara?.

Pregunto para cambiar el tema.

Aristóteles miró hacia su banca y rápidamente tomo la libreta que estaba ahí y la cerró.

-Yo, pues, solo… hacia la tarea que no termine.-Mintió.-Nada más, nada importante.

Temo lo miro y no dijo nada ya que sus compañeros comenzaron a llegar y cada uno tomó asiento para esperar que el profesor llegara y la clase comenzará.

Aristóteles estaba esperando a Temo en las escaleras. Las clases habían terminado pero la profesora le había pedido al castaño que ayudará a una chica con el trabajo que les había encargado y Temo acepto con gusto.

Aristóteles pensaba en la canción que estaba escribiendo, quería tenerla lista lo antes posible, para que fuera la segunda canción que le dedicara a Temo y si tenía suerte, sería la más especial.

-Córcega.-La voz de un chico hizo que Ari se sobresaltara y mirara a quien lo llamó.

Daniel rio y se sentó aun lado del rizado.

-Tranquilo,-Dijo aun entre risas.-Solo soy yo.

-¿Qué haces aquí todavía?.-Preguntó el rizado.

-Tengo cosas que hablar con el entrenador sobre el equipo.-Ari asintió.-¿Y tú?.

-Espero a Temo, siempre nos vamos juntos.

POLAROID ·ARISTEMO·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora