Ephemeral

22

POV Hanna

Con el corazón en la boca me arriesgué y me senté a su lado, noté cómo se pueso yenso vasi al instante y en cierto modo me hizo gracia.

-Hola- dice mirándome directamente a los ojos, con una tierna sonrisa en sus labios.

-Hola repito apretando mis manos entre las rodillas, algo agitada.

Noto como estira un brazo por el respaldo de la silla en la que estoy sentada.

-Vaya... esto fue inesperado- suspira- me sorprendí al ver que me llamaste, de hecho me preocupé, pensé que tal vez te había pasado algo- carraspea serio.

Yo suspiro, realmente fue lo primero que pensé, como estúpida llamé a Richard antes que a la ambulancia ¿qué clase de amiga soy?

- Supuse que se lo contarías a Till y... venderían, ambos.- digo con las mejillas sonrosadas.

- Nada ni nadie te aseguró que yo vendría...- sonríe.

- Ya. Pero ya sabes... tenía una corazonada.

-Una corazonada muy certera querida...- alza una ceja mientras finge esa extraña y cómica la cual, mezclada con ese marcado acento alemán hace que mi risa se escuche en toda la sala.

Tras un rato de cómodo silencio Richard se mueve en su asiento. Al observarlo noto una clara somnolencia en sus ojos. Sus piernas se estiran y su cabeza se acomoda en mi regazo. Yo al no saber qué hacer ni cómo actuar decido simplemente dejarme llevar por lo primero que se me cruce por la cabeza. Mi mano se acerca con lentitud a su abundante y suabe pelo, el cual se desliza entre mis dedos con delicadeza y perfección, su tacto es sin duda adictivo. Mi otra mano se sitúa en la zona de su pecho, algo tensa por la dureza de la zona. Pero tras un rato de largo debate interno siento cómo esa zona tan entrañable sube y baja de una manera más profunda, Richard se había dormido en mi regazo. Lo observo con una extraña sensación en el vientre, él está aquí, junto a mí, este momento es nuestro y de madie más, algo que solo compartimos nosotros y que solo ambos sentimos con verdadero placer, algo que sólo los dos nos podremos recordar mutuamente hasta que de alguna manera, inevitable o no, lo nuestro se acabe.

Un ruido me saca de mis extraños pensamientos. Till cerraba la puerta de la habitación de Mel tras de sí, y se dirigía a nosotros con un ritmo pesado y cansino. Como si hubiera salido de la mismísima guerra.

Se para delante de Richard y se queda unos segundos mirándolo con un semblante inexpresivo, casi aterrador. Cuando el cantante nota mi mirada se pasa la mano por la cara y suspira con pesadumbre.

- Solo quiero que salga de esta pocilga escupe con desprecio.

Yo sin saber qué decir asiento sin más. En cierto modo tiene razón, según dicen aquí la comida sabe a puro cemento.

- Yo... -apoya los codos en sus tensas rodillas y sus manos, nuevamente y de una forma frenetica restriegan su cara- sólo quiero que esté bien y que no se preocupe por lo que vaya a pasar dentro de unas semanas, quiero que disfrute esto, lo que somos ahora.

Richard seguía dormido pero en cuanto Till mencionó esa indirecta de su ida a Rusia dentro denunas semanas se revolvió en mi regazo, al parecer ¿nervioso? ¿Perturbado?... quién sabe.

El caso es que creo que puedo ayudar a Till, y por ende también a Mel... Por un efímero segundo siento que toda la responsabilidad recae sobre mí, el bienestar de mi amiga, la felicidad de este frustrado cantante, y mi relación con el dormido guitarrista...

- Ella quiere disfrutar todo el tiempo que os queda antes de que os marchéis... yo también.- suspiro- está cansada, siente un gran apego hacia tí y creo que el pensamiento de que está haciando algo mal por el hecho de estar contigo... ya sabes, que eso la puede llegar a dañar como le han dañado muchas cosas en su vida la asusta.- suelto de improviso, pero con conciencia.

Él se queda pensativo, con las facciones perturvadas por la situación en la que se encuentra. Veo que sus manks forman fuertes puños y por un segundo me siento identificada, creo sentir lo mismo con Richard, no quiero que sienta que lo nuestro es un delito, y tampoco quiero dañarlo cuando se tenga que marchar...

- Quiero hacer algo ¿sabes?- dice alzando el dedo como si se le hubiera ocurrido una idea- quiero salir y hacer que sonría como no lo ha hecho jamás.- esboza una sonrisa.- Esto... no conozco Barcelona, así que...- suelta un sonoro suspiro que lo hace retorntar al mal humor de antes.

Pero tiene fácil arreglo...

-¿Sabes? Creo que tengo una muy buena idea.- digo con una sonrisa pícara.

Till y yo comenzamos a enebrar el plan que haría que Mel recobrara esa energía que ha ido perdiendo. Reímos y nos dimos la mano en señal de que el plan estaba sellado.

Till se fue a dormir a unas sillas junto la la habitación de mi amiga y se quedó dormido pocos segundos después.

Sueño de Till

Caminar lenta y pausadamente en la violacea hierba del crepúsculo y observar aquella silueta tan familar y atrayente. Con la vista y el olfato aguzado sentí la tentación fuyendo por mis venas.

Acercarme y sentir el pecado que ella emanaba, ese pecado que la destrozaría y acabaría con el amor que su cálido cuerpo suscita.

Me adentraría en las tinieblas del infierno si le provoco algo tan horrendo, tan duro como la soledad o la infelicidad... pero el hambre de algo desconocido me lleva con vertiginosa velocidad a sus faldas. A olisquear su adictivo aroma, mis zarpas pisan su vestido escarlata y por un segundo se detiene y me observa con esos ojos aniñados rebosantes de ternura.

Se acrecó a mí y depositó un suabe beso entre mis inexistentes cejas pues era una animal desconocido en mi extraño sueño.

Se alejó tras acariciar con sus manos mi peludo rostro.

Pero se alejaba, se desbanecía justo al sol que se escondía en el firmamento, juntos se fueron como una llama se apaga en la hoguera de un bagabundo.

Se fue, y la oscuridad se hizo. Dejandome como un animal indefenso en una fría y melsana soledad.

Nota de autora:
~~Hanna siempre ayudando a Mel...
~~El sueño de Till está basado en la canción "Du riechst so gut"
●Espero que les haya gustado este cap, comentad qué os está pareciendo la historia y cómo creéis que será el plan trazado por Hanna y Till ;)