Aquella carta personalizada que dejaba ver quien era el causante del robo, Kim TaeHyung o más conocido como V, el ladrón más buscado de toda Corea del Sur.
Nunca se encontraba más que esta carta en el lugar del robo, ni una sola huella, ni un solo...
Jungkook se pasó una mano por el rostro en señal de frustración, llevaba más de una hora en el psiquiátrico, tratando de que los señores Kim contestaran alguna de sus preguntas sobre su hijo.
-Esto es pérdida de tiempo- Le susurró Jimin al oído, el estaba igual o incluso más frustrado que el pelirojo.
Justo cuando Jungkook estaba por formular otra pregunta, las luces se apagaron, la habitación se inundó de una absoluta oscuridad.
-¿Qué rayos?- Dijeron al unísono Jungkook y Jimin levantándose de sus asientos.
El pelirojo iluminó rápidamente con su celular, asegurándose de inmediato que los señores Kim siguieran con sus manos esposadas tras sus espaldas.
-Mi bebé está aquí- SooAe sonrió enormemente mirando a su esposo, quien le correspondió la sonrisa.
-ve por unas linternas y dile a los guardias que Kim TaeHyung está aquí- La voz de Jungkook se notó firme, no dejaría que V se escapara esta vez.
Jimin salió rápidamente como pudo entre tanta oscuridad, el pelirojo llamó a la estación de policía, no le quitó la vista a los señores Kim que empezaron a tararear una canción desconocida para el, que le empezó a dar mala espina.
-Llama el oficial Jeon, ocupó refuerzos en el psiquiátrico Asan- la canción que cantaban los Kim empezó a tornarse un poco escalofriante.
Jungkook no estaba en la mejor situación, estaba solo en una habitación a oscuras con un Canibal y una psicopáta, que tarareaban una canción que le estaba poniendo los pelos de punta.
-¡Piso 2!¡Está en el piso 2!- se escucharon pasos detrás de la puerta, los gritos de los guardias se alejaban del tercer piso, donde se encontraba el pelirojo.
Jungkook se acercó a la puerta para ver que pasaba afuera, pero al querer abrirla...esta estaba trabada. El miedo empezó a crecer dentro del pelinegro, estaba encerrado.
—— 🔎 ——
-Solo a ti se te ocurre hacer esto...Me quitas mis horas de sueño idiota- Se quejó YoonGi estacionando el auto a unas cuadras del psiquiátrico.
-Es divertido- Sonrió y se bajó del auto.- Ademas dormiste mientras Namjoon y yo preparábamos todo- renegó, recordando como el peligris dormía plácidamente en el sofá.
Los tres caminaron hasta encontrarse en la parte trasera del edificio, escondidos detrás de unos arbustos miraban a los tres guardias que cuidaban la puerta. Los tres sonrieron y apuntaron a los guardias un dardo con anestesia, los guardias se desplomaron en el suelo a los 5 segundos.
Rápidamente entraron al edifico y se metieron aún cuarto de limpieza, donde se pusieron el uniforme que usaban los enfermeros.
-YoonGi te encargas de los guardias de la planta dos, Namjoon distraerás en la primera planta y contarás la luz...yo sacaré a mis padres.- TaeHyung dio órdenes tan pronto los tres estaban cambiados y con sus tapa bocas puesto.
Los tres salieron del aula de limpieza con calma, cada quien a su respectivo punto.
TaeHyung tenía una sonrisa detrás del tapa bocas, las enfermeras pasaban por su lado sin saber lo que ocurriría ese día.
-Qué recuerdos...- susurró recordando las veces que jugaba con sus enfermeras.
TaeHyung era una mezcla tanto física como sicológica de sus padres, el creció desde niño en este mundo, su padre le enseñó el delicioso sabor de la carne humana y su madre le enseñó a matar sin dejar rastros. A pesar de los gustos peculiares que sus padres le inculcaron, el decidió irse por la idea de robar, le dejaría las muertes a sus padres...al menos que fuera necesario utilizar sus habilidades.
La relación con sus padres era rara, pero a pesar de sus mentes retorcidas...ellos se amaban con todo el alma. TaeHyung había planeado este día desde que sus padres fueron traídos aquí cuando tenia 15 años, ahora tiene 24 años, ya era todo un hombre...uno del que sus padres están muy orgullosos.
Se escondió en una de las habitaciones vacías, mandó un mensaje a Namjoon y las luces fueron apagadas de inmediato, espero un momento con la oreja pegada a la puerta, escuchando como los pasos iban y venían.
El pasillo quedó en silencio y TaeHyung se dejó guiar por la familiar canción que sus padres tarareaban.
—— 👁 ——
Jungkook intentó girar de nuevo el pomo de la puerta, la risa repentina de SooAe le mando escalofríos por todo el cuerpo. A pesar de no creer en Dios, el pelirojo rezó por su vida, era muy joven para ser comido y maltratado hasta morir.
La oscuridad le empezó agobiar, el señor Kim tarareaba sin parar y su esposa le seguía el ritmo durante unos segundo para luego reír sin razón.
Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, desde los dedos de los pies hasta el último pelo, de repente sus oídos percibieron una tercera voz tarareando, su cuerpo se congeló frente a la puerta.
De repente se sintió como un conejo siendo encerrado con tres Zorros, el pelirojo sentía su corazón latir con rapidez, seguía escuchando aquellas tres voces tarareando una canción que se volvía cada vez más lenta y escalofriante.
Jungkook tomó su teléfono con fuerza y llevó su mano desocupada a donde descansaba su pistola, suspiro lentamente, armándose de valor se dio la vuelta. La linterna fue iluminado conforme giraba, hasta que los ojos marrones de Jungkook se toparon con aquellos tres pares de ojos negros, su corazón se detuvo por unos mi unos, sus manos amenazaban con temblar y soltar lo que sostenían.
Jungkook miró como una sonrisa se formaba en el rostro del pelinegro, lo reconoció rápidamente, no había ni una duda, el parecido entre las dos personas a su lado lo confirmaban. El tiempo se detuvo, Jungkook se quedó paralizado analizando la situación en la que se encontraba, todo lo que pensaba terminaba en una muerte segura, donde claramente el era el muerto.
Jungkook estaba encerrado con toda la familia Kim
-Lindo conejito- la gruesa voz de TaeHyung llegó a los oídos del pelirojo, provocándole un escalofrío.
Y si como el destino no lo quisiera, el celular de Jungkook murió, dejándolo en absoluta oscuridad con la familia más peligrosa de todo Seoul.
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