Sea (AbbacchioxBruno)

Parte 3

¡POR FIN!

Cero palabras, más lectura

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No recordó si fue corriendo o caminando a prisa, de vuelta a su hogar. Era muy noche y solo fue directo a tomar una ducha antes de volver a la cama.

Jamás había disfrutado tanto de un baño, del agua caer sobre su cuerpo, hasta ahora. Solo podía revivir el momento en su mente, una y otra vez, el pequeño momento en que nadaron juntos, el apretón de su mano en la suya bajo el agua y el toque de sus labios sobre lo de él. ¿Le haría daño eso?

No supo que pensar, más que sonreír tontamente, para salir del baño e ir a dormir. No faltaría mucho para madrugar y volver a trabajar la pesca al día siguiente.

-¡Buenos días Bucciarati!- oyó la voz de la mayor parte de los trabajadores. Él les devolvía el gesto con una sonrisa, y se preparaban para zarpar.

-¡Buenos días Risotto!- saludo a su mayor, y curiosamente provoco lo mismo en él. Lo hizo sonreír.

-Veo que estás muy alegre hoy- le contesto, a minutos antes de zarpar.

-¿Se nota mucho?- respondió con una pregunta, Risotto solo negó, siguiendo el juego. -¿En serio? ¿Entonces por qué lo dices?- hablo Bruno confundido, y solo lo hizo reír más.

-Esa chica debe ser muy hermosa, y no dudo que muy afortunada- dijo Risotto antes de partir nuevamente a mar abierto. Bruno tuvo que tratar de contenerse para concentrarse en el trabajo, curiosamente, esta ocasión le encantó pescar. ¿En serio tenía un semblante diferente? ¿Seria por lo de la noche anterior?

Además , de ser todo esto cierto, era por alguien que no era una chica.

Apenas agito su cabeza sutilmente y trato de enfocarse en su trabajo, dio las órdenes que tenía que dar, se despidió de su padre quien veía todo desde el muelle y zarparon.

El día, simplemente parecía perfecto.

-¡Alcen las redes!- dio la orden, una vez más, al notar a los pescadores revisar que las redes estuviesen lo suficientemente llenas como para levantarlas.

Bruno alzo la vista al horizonte, estando pie en la punta del bote y reconoció aquella silueta, un brillo peculiar bajo el agua, que parecía resplandecer especialmente para él, en pleno día. Se sorprendió sin duda, a la vez que reviso a su alrededor si alguien más la vio. Nadie, todos estaban enfocados en su trabajo.

-¡Volvamos a casa!- dio la orden, sin pensarlo dos veces, fue caminando hacia Risotto que ayudaba a los demás a guardar la pesca, antes de que se atrevieran a volver a lanzar la red, tras haberla vaciado. -¡Risotto!- insistió, todos estaban confundidos.

-Joven Bruno- contesto el de cabello blanco, caminando junto a él hasta el timón -Aun no es hora, falta para que volvamos y la pesca esta saliendo bien- continuo hablando al joven, que parecía ignorarlo, pues solo lo vio mover cosas para después mirarlo.

Tuvo que tomarle la mano, para que Bruno reaccionara.

-Joven Bucciarati- le habló, haciéndolo volver en sí. El miro a todos que le veían sorprendido, y a cambio Bruno les sonrió.

-Ya cumplimos la meta de hoy, más temprano, ¿no lo ven?- les contesto, señalando la pesca -Además...- intento pensar en alguna excusa, no se le ocurrió ninguna.

-Aprovechemos una tarde libre- apenas hablo -No se preocupen, les pagaremos el día completo- sonrió, y al festejo de algunos y la sonrisa de otros, Risotto apenas aparto su mano de el.

-Vamos a casa Risotto- le dijo el menor, él solo hizo caso.

Tan pronto habían vuelto, no fue sorpresa que el padre de Bruno aún estuviese en el muelle. Les recibió sin esperarlos tan temprano.