Sea (AbbacchioxBruno)

Parte 9

Lamento, en serio, mucho mucho, lamento la demora.
Es solo que no nos poníamos de acuerdo, yo y mi otro yo (?), bueno ellos.

Anyway....

☆.☆.☆.☆

El momento se había arruinado, no, ni en lo más mínimo. Leone seguía sentado junto a la roca, con el pescador durmiendo a su regazo y el solo peinaba su cabello.

Risotto, aquel hombre, seguía a lo lejos mirando, imaginando como presentarse, que decir, como hablarle. Si aparecía así de la nada, si le saludaba y sonreía era seguro que el escaparía, pero el hombre no quería eso, y más aún, no quería que le hiciera nada a Bucciarati.

No lograba entender, no sabía porque, el joven pescador le había encontrado o peor aún, como era posible que aún siguiera vivo. Pues según las leyendas, según lo que se decía en los mares, es que seres como aquel que estaba junto al muchacho, encantaban a los hombres, a los pescadores para después... No, aquí algo era diferente.

-Así que tu nombre es Leone- susurro, jamás dejo de ver al dúo, hasta tener la certeza de que no le haría nada malo al menor. Observo un poco más, hasta que el ser marino con cautela bajo al joven Bucciarati al suelo, y en el agua se sumergió.

Risotto, dudó en acercarse, no supo si era prudente o no. Vaya, era difícil saber qué hacer, así que solo se dedicó a ver a lo lejos por un tiempo más. Bruno seguía adormilado, y Leone salía de vez en cuando para verle, cantarle y hacer dormir otra vez. No dejaba de hacerlo, parecía tan emocionado que incluso la aleta parecía brillar con más y más intensidad. Leone se atrevió a tomar al pescador entre sus brazos, tiro de el con sutileza de la tierra al agua, Risotto reaccionó para descubrir que al final solo flotaba con el muchacho en la laguna.

-Leone- susurro Bruno, pegando su rostro a su pecho, y el ser marino sonrió. Siguió cantando para él, para hacerle dormir y dejarlo flotar con cuidado y sutileza en el agua. No quería que el momento terminara.
Risotto ahí hizo su jugada, no pudo esperar más e hizo su primera prueba, arrojando una piedra a la distancia, llamando la atención del ser que rápidamente hundió bajo el agua, Bruno quedó flotando. Fue cuestión de segundos, para que Leone volviese a salir, y evitar que el muchacho se ahogara.

Nadie salía, nadie aparecía, hasta que Risotto hacia otro ruido, el ser se volvía a ocultar. Tenía que pensar en un plan.

Aun así, esa alerta, esa inquietud repentina, solo hizo que Leone sacara al muchacho del agua para después desaparecer. Leone dejo a Bruno adormilado a la orilla de la laguna, acaricio su pelo, beso sus labios y se adentró de nuevo al agua para ya no salir.

El tiempo pasó, quizás no fue mucho, Risotto salió del escondite para caminar con cautela y lento hacia donde estaba el menor. Una vez más, con la diferencia de saber ahora sí, porque había dormido así, le tomo entre los brazos, estaba helado.

-¿Joven Bucciarati?- hablo, pero no hubo respuesta, aún seguía con las prendas mojadas y ni qué decir del aire, que le hacía enfriar más.

Bruno se apretó por instinto contra él, el profundo sueño no le hizo despertar, y camino con el menor de vuelta a casa. El agua de la laguna estaba tan tranquila, tan callada, era obvio que Leone ya no estaba.
Cuando llegó a casa, arropó al menor en sabanas, prendió una fogata al interior de la sala y aunque dudo, al menos le cambio la camisa. Tiro de ella con sutil fuerza, toco su muñeca; dos pulseras.

Risotto, hizo su labor, y al menos lo dejo dormir esta ocasión cerca del fuego. Aunque hiciera movimientos, ruido y caminase de un lado al otro de su pequeña casa, Bruno no despertaba, no había duda que aquellas canciones de cuna, si es que podían llamarse así, hicieron al joven pescador caer profundo sueño.